Es de obviedad manifiesta, que en la actualidad el
tejido social de Venezuela está visiblemente fracturado razón por la cual urge
mejorar las relaciones interpersonales por intermedio de la educación,
complementando su acción con políticas en materia de salud y alimentación,
hasta alcanzar la reconciliación nacional habida cuenta de la ruptura del
pueblo propiciada por el chavismo-madurismo con orientación cubana. Dicha
reconciliación, será auspiciada por el nuevo Gobierno que pronto se inicia y
estará apuntalada en valores morales y éticos como base para la reorientación y
transformación del Sistema Educativo venezolano, en pro de reposicionarnos como
uno de los países ¡más educados del mundo! mediante la instrumentación de
concretas políticas para los distintos Niveles y Modalidades.
El tejido social, hace referencia al entramado de
relaciones y vínculos consensuados desarrolladas por los individuos en sociedad
hasta configurar una cohesión social entendida como un marco de anuencia entre
los miembros hacia una situación percibida de interés común, como es el caso de
la equidad social: Todos los miembros de la sociedad deben tener las mismas
oportunidades para su participación en los mecanismos de redistribución de la
renta (riqueza nacional), lo cual resulta más viable en la medida que los
ciudadanos tengan acceso a la educación en igualdad de condiciones (incluida una
prosecución exitosa) ya que les facilita integrarse, de manera útil, al Sistema
Productivo Nacional y así combatir la desigualdad social muy especialmente en
lo que respecta a los estratos más bajos de la sociedad. En síntesis, el acceso
a la educación y los conocimientos promueve la equidad social al contrarrestar
las barreras sociales, económicas y culturales.
En concordancia con lo expresado, puede inferirse que
la movilidad social está íntimamente vinculada con el aprendizaje a lo largo de
la vida que en la práctica se convierte en un tipo de “estrategia educativa”
que nos sitúa como aprendices para toda la vida con la finalidad de aumentar el
conocimiento y elevar las competencias personales, sociales y de empleabilidad;
al tiempo de mantenernos sobresalientes dentro del mercado laboral y en
continuo crecimiento personal. Resulta propicio destacar, que la UNESCO
distingue dos (2) grandes áreas en el contexto de la Educación Superior: A.- El
Universitario, y B.- El Terciario No Universitario. En el primer caso, las
universidades tienen la responsabilidad de la formación profesional, la
investigación científica y la articulación universidad-sociedad estando
facultadas para conferir títulos profesionales y grados académicos. La
educación terciaria no universitaria, por su parte, es ofrecida por institutos
superiores adscritos a universidades o funcionando de manera independiente,
teniendo por finalidad formar profesionales con conocimientos técnicos en un
máximo de dos (2) años luego de finalizada la educación media, estando
facultados para emitir títulos de técnicos o tecnólogos al tiempo que los
egresados pueden o no continuar estudios universitarios. Es de aclarar, que
para la UNESCO la educación superior terciaria no universitaria es diferente a
la educación post secundaria no terciaria en razón a que esta última no conduce
a títulos y está focalizada en la capacitación vocacional, entendida como una
estrategia de aprendizaje para reforzar la aptitud natural que desarrolla el
ser humano para desempeñar algún oficio eficientemente de acuerdo a sus
habilidades y destrezas; modalidad donde Venezuela refleja potencialidades
concretas como p.ej. la cualificación en el área de las Tecnologías de la
Información y la Comunicación (TIC), en pro del reconocimiento académico formal
de las competencias desarrolladas bajo la figura de conocimientos, habilidades,
destrezas y actitudes adquiridos laborando sistemáticamente en el mundo
digital.
La estructuración perentoria en Venezuela de un
Sistema de Educación Superior Terciaria No Universitaria se justifica
plenamente, por variadas razones donde resaltan: A.- El país, cuenta con 72
instituciones de educación superior universitaria (con una tendencia matricular
decreciente) en un contexto de 5 universidades nacionales autónomas, 20
universidades nacionales experimentales, 28 universidades privadas, 16
institutos universitarios, y 3 colegios universitarios; B.- La población
escolarizada global alcanzó su punto máximo en el periodo 2004-2005 cuando se
situó en 8.071.959 estudiantes, año a partir del cual se inició un indetenible
crecimiento negativo hasta situarse para el periodo 2016-2017 en 7.195.335
estudiantes para una disminución absoluta cercana a un millón de estudiantes, y
porcentual de un 11% en clara contradicción con el crecimiento vegetativo de la
población; C.- De la matricula esperada en educación básica para el periodo
2017-2018, se calcula que apenas se inscribió un 38%; D.-.- En la actualidad,
se estima que cerca de 6 millones de personas en edad escolar se encuentran
fuera del sistema educativo; E.- En educación primaria, solo el 36% de la
matricula inicial culmina el sexto grado inmolando implícitamente un 64% sus
posibilidad de desarrollo personal por la vía educativa y de su incorporación
al sector productivo; alternativa que hoy día se ha complicado aún más
habida cuenta que en los últimos cuatro años el tamaño
de la economía se ha reducido en más de la mitad; F.- Del insignificante número
de estudiantes que obtienen la educación primaria, apenas un 3% inicia estudios
superiores universitarios con el añadido que en ese nivel la deserción supera
el 50%; G.- Es de manifiesta obviedad, que un altísimo porcentaje de la
población entre 18 y 24 años con derecho a educación, en el presente ¡ni
estudia ni trabaja! y por ende requiere que el Estado les brinde urgente
atención en aras de propiciar equidad e igualdad de oportunidades; siendo una
ocasión muy oportuna para apuntalar la citada educación superior terciaria no
universitaria bajo distintas modalidades de aprendizaje, donde se privilegie
articulada y planificadamente el uso intensivo de las TIC mediante un Programa
de Integración al Aprendizaje tanto presencial en aulas, como en la modalidad
en línea (vía Internet) cuyo financiamiento es altamente factible por
intermedio de los entes multilaterales; lo cual en conjunto contribuirá a
modernizar y expandir, a menor costo, la construcción de innovadoras
capacidades y habilidades profesionales así como para establecer una conexión
educación-sector productivo.
Reflexión final: La puesta en marcha, con prontitud y
eficiencia, de un Sistema de Educación Superior Terciaria No Universitaria para
el caso venezolano, exige de otras acciones complementarias dentro de las
cuales destacan: 1.- Instrumentar un Plan Nacional de Capacitación Docente en
el campo de las TIC y otros; 2.- Ejecutar un Programa de Digitalización de los
Contenidos Programáticos, en conjunto con herramientas que faciliten su
aplicación para un aprendizaje práctico no memorístico; con la finalidad de hospedarlos
en la “Nube” en aras de facilitar su acceso por intermedio de cualquier
dispositivo de bajo costo con una mínima capacidad de memoria; 3.- Expandir y
mejorar el servicio nacional de Internet, lo cual puede llevarse a cabo con
inmediatez si se cuenta con el acompañamiento de entes privados nacionales e
internacionales, a la luz de un relanzamiento del sector privado de la economía
en el marco de una Política de Reducción del Tamaño del Estado; 4.- En razón a
que la educación terciaria no universitaria, tiene como requisito de ingreso
contar con el título de Bachiller se puede (y debe) instrumentar un Programa de
Graduación Rápida de Bachilleres a través de las TIC; siempre y cuando esté
garantizado que ingresará a la mencionada educación terciaria.
Jesús Alexis González
@jesusalexis_gon
http//:www.pedagogiaeconomica.com
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