La decadencia,
abuso, despilfarro, delincuencia, corrupción, bachaqueo, traición a la patria,
nacieron y multiplicaron en manos de gobernantes poseedores en abundancia de
ignorancia, odio, rencor, ingratitud, envidia, egoísmo y ausencia de sentido de
pertenencia, patentizadas por la llamada revolución siglo XXI.
La pertinente ética
y moral política para el manejo de los asuntos públicos y privados, fue
desechada como cualquier toalla sanitaria que ya ha cumplido su uso. El
derroche del dinero de los venezolanos, se convirtió en la leche para los
desnutridos gobiernos de otros países que pululan cual zamuro, para entrar a
comer del guiso.
En nombre de la pobreza se generaron estrategias maquilladas para multiplicarla en cientos de miles, incluso, imponiendo el hambre para arrodillar a los ciudadanos con el regalo de las migajas. Las instituciones entraron en shock y sus funcionarios en parálisis por el terror impuesto. A los militares los convirtieron en bodegueros y desampararon las fronteras para que fueran controladas por grupos irregulares.
La angustia se
transformo en tristeza. El desorden creció como el río desbocado ante la
arremetida de agua buscando espacio para su tránsito, arrastrando consigo todo
a su paso. En esos escenarios se mueve lo que fue la República de Venezuela. La
convirtieron en el estiércol fértil para las corruptelas de cúpulas que se
entienden sin importar su gente e institucionalidad.
El
resquebrajamiento institucional lo consagran con la presencia de insensatos
para alardear de su desfachatez, exhibiéndose como ganadores de un trofeo
apetecido. La locura invade el espacio y la inmediatez se apodera de los
débiles.
Las Leyes
pisoteadas, los derechos restringidos, la impotencia creciendo y el rancho
ardiendo. La sobredosis de sol por las colitas sabrosas programadas por el
régimen, no sólo marchitan la piel, sino acumulan la rabia, transformándose en
un volcán a punto de ebullición.
El dique de contención parece no ser suficiente para dominar el impulso de la ola que promete convertirse en tsunami en cortísimo tiempo. El abuso crece y los ciudadanos comienzan a tomar la Ley pos sus manos. Suena algo así a: TULULUM-TULULUM.
Josue Arturo Molina
Suarez
@JARTUROMS1
jarturomolina@gmail.com
Tachira - Venezuela
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