viernes, 27 de noviembre de 2015

MAURO PARRA, TERROR EN VENEZUELA.

«Y que ninguno pudiese comprar ni vender sino el que tuviese la marca en la mano…» Apocalipsis 13.17
En estas épocas de tribulaciones, caos y malas intenciones, desplegadas por el funcionario y sus adláteres para mantener las garras de su  disminuido poder sobre los venezolanos, vemos con horror los medios que han venido utilizando. 
Enumerar se puede una serie de brutales violaciones al estamento político opositor del país, que  analistas calculan esta muy por encima del 60% del registro electoral. Pero antes  aclarar debo que  no hay intención alguna en estas críticas  de hacer énfasis en el desconcierto y la desesperanza creadas por  una campaña electoral del régimen llena de amenazas, marranadas, vilezas e infamias. Es simplemente un recuento de lo  sucedido para que no se nos ocurra aceptar  encubrimiento de hechos punibles, bajo la alfombra o en el closet de la ignominia. El poder ahora está en nuestras manos y tenemos que esgrimirlo.
Rematan en estos días con el resurgimiento de atentados y criminales actos contra la vida de opositores políticos en ejercicio de derechos inalienables como ciudadanos. Intentan igualmente restablecer el terror, al nuevo estilo Isis, pero escondiendo su  mano aleve bajo el manto impune de  asesinos motorizados comunes.   Así fueron los crímenes ejecutados, en 2014, aquella vez blandiendo las armas de la República en  contra estudiantes, cuya única defensa ha sido el talento y el intelecto para combatir la tiranía.
Cuando arriba mencionamos violaciones se trata, además   de los sagrados derechos, como el de la vida;  la excelente mitad buena de la Constitución Nacional, -según menciona un autor consecuente de este medio de comunicación- en temas  de importancia actual sobre la administración pública, cuyos servidores son de carrera,  al servicio del Estado y no de parcialidad alguna; así como el perjurio, la maledicencia y hace poco la aparente amenaza de una «guerra a muerte» contra opositores al régimen, en equívoca comparación con factores ineludibles durante la independencia. Este desatino, quizá puedan corregirlo, si leen al menos Venezuela Heroica o profundizan con obras históricas  de Fortoul, Lecuna, Morón, Pino, Luongo, Salcedo y muchos historiadores talentosos, o los archivos de la Nación
El terror se trata de imponer en Venezuela bajo la malhadada dirección de agentes extranjeros y venezolanos, civiles y militares de alto rango irredentos que solo  piensan que el poder  es para disfrute personal, cualesquiera sean los medios de sostén. Según fuentes periodísticas, el narcotráfico y el saqueo de bienes se han recrudecido más,  ahora que las arcas nacionales están desvencijadas y vacías por el continuado desfalco de sus fondos. Sin hacer  caso omiso a estos graves hechos, {imprescindible denunciarlos acerbamente en todos los contextos}   no debemos perder la atención, ni disipar esfuerzos, porque importante también es  lograr que el 6D se convierta en una realidad de triunfo, con optimismo, firme decisión sin cortapisas.  
Si el 6D se les ocurre hacer trampas, con el aval de la desacreditada Unasur, los acompañamientos al votante, el arrastre de personas y las amenazas a empleados públicos, tengan en cuenta que estaremos en alerta ante  estas transgresiones y haremos valer la decisión del pueblo. No cederemos un ápice en lograr la transparencia del supremo evento electoral. Para lograr ponerlos en fuga debemos ocurrir masivamente a votar y no dejar espacio en blanco en el cuaderno de firmas. 
No hay miedo ni terror que valga ante nuestra firme determinación de devolverle a Venezuela la ansiada recuperación del  sistema democrático y darle  con el foete al comunismo antillano. No queremos ni vamos a hacer  colas nunca más en establecimientos  comerciales, públicos y privados para adquirir bienes, alimentos o medicinas, así nos traigan –aunque descartado está- la bestia apocalíptica o el dragón mítico que derrotaremos como lo venció San Jorge. Todo con la sutil pero más poderosa de las armas: el voto.
 A partir de Enero del 2016, con una mayoría en la Asamblea Nacional, encenderemos la luz, borraremos la marca de la bestia, liberaremos nuestros líderes ignominiosamente confinados, poco a poco nos desharemos de las alimañas y empezaremos la tarea ardua que se requiere para  reconstruir a Venezuela.  No excluye hacer un exorcismo político para liberarnos por siempre  de los  maleficios que han traído quienes participaron durante más de una década en flagrante traición a la Patria y traer a la justicia a estos transgresores.
Mauro Parra
jmpzc@yahoo.com
@parratiticastro

Miranda -Venezuela

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