martes, 15 de diciembre de 2015

LUIS MANUEL AGUANA, CONSTITUYENTE DESDE LA ASAMBLEA

Aunque sabedor del viejo precepto que reza que los militares son leales hasta que dejan de serlo, debo confesar que me tomó por sorpresa su intervención democrática en las pasadas elecciones del 6D. Esperaba lo que ya Maduro, Diosdado y Tiby nos tenían preparado, con la consiguiente aceptación del fraude por la oposición oficial. Pero todos nos sorprendimos empezando por esa oposición.

Sin embargo, algunas de las miles de explicaciones posteriores que circulan por las redes apuntan a negociaciones previas de ciertas cúpulas cuarto-republicanas con los personeros de siempre del régimen a fin de negociar una supuesta transición. ¿Quién sabe? A veces la realidad resulta ser más increíble que la ficción. Pero mejor descendamos de la nube de especulaciones y aterricemos en la realidad. La oposición oficial se hizo con la Asamblea Nacional con la ayuda de los militares. Cabe entonces de seguidas la gran pregunta: ¿estarán a la altura del compromiso entregado a ellos por la población?

Las primeras de cambio no parecen ser muy alentadoras. Desde los gestos de Henry Ramos Allup en la toma de posesión (ver http://www.el-nacional.com/politica/Soprendentes-gestos-Ramos-Allup-Caracas_0_754124587.html) hasta los consejos de Henrique Capriles a los ganadores del 6D (ver http://www.el-nacional.com/sociedad/Vea-consejo-dio-Capriles-ganadores_3_754754538.html) pareciera que ese triunfo opositor no decanta en la sindéresis que se requiere para abordar la pavorosa crisis que se nos avecina en 2016.

Este tipo de manifestaciones de la oposición oficial al triunfo el 6D – tal vez inicialmente muy entendibles tras 17 años de derrotas – son el catalizador de las virulentas reacciones de los personeros del régimen que ya adelantan acciones para entorpecer la agenda de la próxima Asamblea Nacional. Ya el ring está montado para un enfrentamiento entre los dos principales poderes políticos del Estado, con los venezolanos de espectadores en primera fila. Pero ¿saben qué? los venezolanos estamos obstinados del enfrentamiento y el odio permanente, que lo que ha traído como consecuencia ha sido la destrucción del aparato productivo, resultando en hambre y miseria para nuestro país.

Si algo demostró la masiva votación reflejada el 6D y unas elecciones parlamentarias convertidas en un plebiscito, fue que los venezolanos lo que necesitan es que ALGUIEN se ocupe de los principales problemas que los aquejan, y que dos poderes enfrentados muy poco harán para sacar al país adelante. La Asamblea Nacional no es el órgano ejecutivo del Estado y por más que los candidatos hayan prometido que al ganarla se resolverían los problemas, ESO NO ES CIERTO.

Y no puede serlo puesto que es el órgano contralor y legislador, no el ejecutor. Por lo que cualquier iniciativa de cambio será permanentemente obstaculizada, y mientras los poderes se deshacen en el enfrentamiento, los venezolanos nos moriremos de hambre, mientras el capital de confianza  depositado en esos votos del 6D en una nueva Asamblea Nacional se verá destruido a los pocos meses –quizá semanas- de haberse otorgado.

Entonces, decretado ya el enfrentamiento, los venezolanos seremos testigos de las acciones a las que recurrirá la nueva Asamblea Nacional para evitar que ese capital político se deshaga. De acuerdo al resultado de la primera reunión de los 112 diputados opositores electos, su principal vocero Jesús Torrealba advierte “que si el gobierno se empeña en frenar el trabajo de la nueva Asamblea Nacional, los legisladores recurrirán a los mecanismos constitucionales para lograr sus objetivos… Si el gobierno se opone al deseo de cambio y justicia, activaremos los caminos que la Constitución contempla para el cambio de gobierno, señaló en referencia a una eventual constituyente, revocatorio, reforma o enmienda” (ver http://www.el-nacional.com/politica/diputados-MUD-prioridad-agenda-reivindicacion_0_754724706.html).

Y esto no es más que la crónica de una muerte anunciada, Gabo dixit. Tal y como lo indicáramos en la nota anterior (ver El costo de las bayonetas en http://ticsddhh.blogspot.com/2015/12/el-costo-de-las-bayonetas.html) el gobierno y su Asamblea moribunda se aprestan a desalojar a los nuevos legisladores de su sede del Capitolio Federal el 1ro. de enero de 2016 “como parte de la radicalización de la revolución”, en un acto simbólico, para entregárselo al “Poder Popular”, como lo reseña Luis Felipe Colina en La Razón de este domingo 13 de Diciembre, justo antes de la entrega de la Asamblea a los nuevos diputados. Mayor desconocimiento de la voluntad del pueblo demostrada el 6D imposible. Como dijimos, eso se lo aplicaron a Antonio Ledezma al ganar la Alcaldía Metropolitana de Caracas y pretenderán hacerlo ahora con la nueva Asamblea Nacional, para luego despojarla de sus atribuciones pasando por encima de la Constitución.

Tanto el pueblo chavista (aquellos que una vez creyeron y que siguen creyendo en las consignas de Hugo Chávez, y que todavía esperan respuestas) como el opositor, votaron masivamente para que se corrigiera el rumbo del país. Y el régimen que lo conduce se niega y se negará a hacerlo como lo están demostrando. Por lo que seguir esperando que corrijan el rumbo no solo es inútil sino que malgasta un tiempo que la población no tiene. Se impone entonces buscar la RECONCILIACION pero con las bases mismas de la población. Lo hemos dicho innumerables veces: la solución es la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, pero esta vez el pueblo abrió la posibilidad que fuera de la mano de la propia Asamblea Nacional.

Sin embargo esto no será fácil. Los principales líderes de la oposición oficial siempre han sido enemigos de la solución constituyente. Pero ahora la situación se les está imponiendo. Aun cuando los 112 diputados opositores decidieran en sus 2/3 convocar a una Constituyente, aún queda el problema del CNE y sus Rectores gobierneros.

La Asamblea Nacional deberá previo a una siguiente elección de cualquier naturaleza, no solo cambiar a estos Rectores en el CNE, sino modificar la Ley Orgánica de Procesos Electorales (LOPE), para poderle garantizar a los venezolanos elecciones transparentes y auténticas, comenzando por eliminar el escrutinio automatizado previsto en su Artículo 141, que deja a las maquinitas de Tiby la decisión de quienes resultan electos, y la restitución del escrutinio manual del 100% de los votos de los venezolanos.

Asimismo, establecer los mecanismos para no ir a un siguiente proceso electoral sin una auditoría completa del Registro Electoral y la revisión profunda de todo el proceso, con la eliminación de sistemas perversos como el SAI y las captahuellas, así como la RESTITUCIÓN inmediata de la proporcionalidad en cualquier elección del país.  Y eso solo para comenzar…

Sin embargo, TODOS los diputados electos el 6D lo han sido con un CNE corrupto que muchos  hemos cuestionado incansablemente y que ha sido más defendido por la oposición que por el régimen. Con lo cual dudamos que sea posible, no solo ir a una Constituyente con la actual composición de partidos opositores, sino que les interese cambiar la actual Ley electoral, que les ha dado una mayoría calificada con un sistema de proporcionalidad que ahora sobre-representó a la oposición, como antes lo hizo con el régimen.

Si los partidos y los dirigentes que resultaron electos no entienden que están en una posición única para cambiar la situación del país y sus instituciones, en particular la electoral, CONVOCANDO a las bases del pueblo venezolano, chavistas y opositores, para dirimir un NUEVO PACTO SOCIAL Y UN NUEVO PAIS en una Asamblea Nacional Constituyente, jamás se detendrá la confrontación ni se verán satisfechas las demandas que les dieron los votos el 6D. Tendrá entonces la misma sociedad, en medio de la más espantosa crisis, que generar sus propios anticuerpos para salir adelante…

Luis Manuel Aguana
luismanuel.aguana@gmail.com
@laguana

Caracas - Venezuela 

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