miércoles, 13 de enero de 2016

ANGELICA MORA, LOS SANTOS ESTÁN SORDOS PARA MADURO, DESDE NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS

Nicolás Maduro se siente atrapado y recurre con mayor fuerza a lo único que le va quedando, la santería, pero parece que los santos no le están escuchando.

Al Presidente parece que le queda poco tiempo en el gobierno de Venezuela.
Aislado física y espiritualmente en Miraflores, lleva a cabo una lucha inútil contra el destino. Tiene a sus antiguos seguidores huyéndole como la peste, porque no quieren estar con él para el hundimiento total del gobierno, luego de los resultados electorales del 6 de diciembre.
En lo espiritual, Maduro no cuenta con ningún respaldo desde lo alto y divino, y hasta la inspiración del pajarito Chávez ha desaparecido de los salones y pasillos del Palacio de gobierno. Al sucesor de Hugo Chávez las calamidades le están cayendo como esas lluvias tropicales a que están acostumbrados los caribeños.
Nube negra
Con la detención de sus sobrinos y la fuga del ex fiscal venezolano Franklin Nieves, quien huyó de Venezuela en noviembre pasado a Estados Unidos –donde denunció el montaje de pruebas falsas en el juicio contra el líder opositor Leopoldo López–, a Maduro le llueve sobre mojado.
La nube negra comenzó a espesarse hace cuatro años, cuando murió su líder espiritual, el indio Sathya Sai Baba, a quien había visitado en 2005 cuando era vicepresidente.
En aquella ocasión, Maduro, quien era además presidente de la Asamblea Nacional, acudió en compañía de su compañera Cilia Flores –que todavía no era su esposa y ostentaba el cargo de Procuradora General– y de su hijo de un matrimonio anterior. El viaje se hizo por recomendación de Hugo Chávez junto a un séquito de varias personas y todos se alojaron en la residencia VIP del Centro Sai Baba.
Cuando el gurú indio falleció en 2011, el Parlamento de Venezuela emitió una declaración de duelo nacional.
El misterio de la muerte de Chávez
Maduro recibió un duro golpe con la muerte de su mentor Hugo Chávez. Aunque se trató de extender una cortina de humo sobre ese fallecimiento, se estima que el deceso se produjo en La Habana en diciembre de 2012, cuatro meses antes de la fecha oficial dada por los gobiernos de Cuba y Venezuela.
El comunicado era falso y decía que la muerte del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, se había producido “a las 16:40 hora local del martes 5 de marzo de 2013 en el Hospital Militar Dr. Carlos Arvelo de la ciudad de Caracas, sitio en el cual se encontraba recibiendo tratamiento médico para poder aliviar una infección respiratoria contraída durante la última intervención quirúrgica que se le practicó para combatir un cáncer que lo aquejaba, tras estar casi tres meses internado en el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas, CIMEQ de La Habana, Cuba”.
Maduro Santón
Maduro heredó las aves de corral de Chávez, quien era tremendamente supersticioso y se rodeaba de talismanes y artefactos de santería que conoció directamente en su viaje a Cuba en 1994. Allí habría tomado contacto con logias rituales nacionales y santeros paleros.
Se comenta en toda Venezuela que en Miraflores se mataban, y se siguen sacrificando hoy en día, animales para el culto.
El sacerdote católico José Palmar decía que Hugo Chávez viajaba a Cuba a reunirse con Fidel Castro y para recibir ayuda de la santería.
Palmar señalaba: “Doy palabra cierta, Chávez ha personificado el mal en este país. Una madrugada bajé a Miraflores con la ayuda del que era Jefe de la Casa Militar de la época y vi para mi horror todos aquellos santeros cubanos con gallinas, con templos de sacrificios, con sangre de cualquier animal y un hedor incomparable”.
El sacerdote debe saber lo que habla, porque él es un religioso que pertenecía a las filas oficialistas y luego se declaró disidente.
Las debilidades de Chávez por la brujería tuvieron un largo trayecto.
Desde su llegada al poder en 1998, sus seguidores aseguraron que Chávez estaba “coronado por sus santos” y muchos daban fe de las relaciones que éste había establecido en Cuba con logias de santeros y de paleros.
Por aquella época, muchos periodistas hicimos caso omiso a esos comentarios por ilógicos e irracionales. Siempre fue su gente la que informaba –muchas veces con orgullo– que Chávez creía y practicaba paralelamente la santería y la religión Palo Mayombe, y que sus frecuentes viajes a Cuba, además de representar una oportunidad para establecer alianzas y acuerdos con Fidel Castro, eran para hacerse ver por babalawos, quienes “hipotéticamente” lo mantendrían “seguro” en su cargo e intacto de las garras de sus enemigos.
Cuando ya ejercía la presidencia, llovían rumores que aseguraban que Chávez tenía un brujo personal, en quien confiaba sus más íntimos secretos.
Manía por las exhumaciones
La manía de andar desenterrando muertos, además de Simón Bolívar, no era nueva en Chávez.
Una de las primeras gestiones que hizo como presidente, en 1999, fue repatriar los huesos del presidente que le dio mayor civilidad y modernidad a la Venezuela del siglo XIX, el general Antonio Guzmán Blanco. Con motivo del centenario de su muerte, el gobierno de Hugo Chávez hizo que se trasladaran, en vuelo comercial desde París a Caracas, los restos del llamado “Ilustre Americano”, cuyo cuerpo estuvo enterrado en un cementerio de la capital francesa desde 1899.
Luego procedió a buscar los restos de Manuelita Sáez, la amante del Libertador, para colocarlos junto a Bolívar en el Panteón. Dichos restos vinieron acompañados de tierra de cementerio, sin que ello ameritara alguna explicación.
Posteriormente, procedió a encargar a científicos genéticos, la búsqueda de los huesos del precursor de la independencia latinoamericana, Generalísimo Francisco de Miranda, para lo cual mandó a desenterrar al hijo de este prócer en Londres, Leandro Miranda Andrews.
Luego le tocó la exhumación de Simón Bolívar, que la hizo ante las cámaras de TV.
Después Chávez anunció que iba a desenterrar a la hermana del Libertador, Antonieta Bolívar, y posiblemente al mariscal Antonio José de Sucre, pero su enfermedad lo obligó a posponer estos proyectos.
Existía también el fanatismo de Chávez por las logias religiosas, especialmente la conocida como Palo Mayombe.
Recuerdo que para el año 2002 hubo llamados de varios residentes de la parroquia del 23 de enero, (cercana al palacio Presidencial de Miraflores), que advertían que en el patio del palacio había un león muerto o dormido.
Nunca fue posible verificar tales denuncias, pero sí existieron testimonios de varios vecinos del palacio que relataban exactamente lo mismo. Varios días después, hubo insistentes rumores que aseguraban que Chávez había practicado un ritual de magia negra, que suponía el sacrificio de una bestia, para salvarse de la crisis desatada luego de la marcha opositora del 11 de abril de 2002 en Caracas.
Maduro y el futuro
Todo ese fanatismo por la santería la heredó Maduro de Hugo Chávez y aseguran fuentes en Miraflores, que piden el anonimato, que la sigue practicando hasta estos días de crisis general en el chavismo.
Pero por las señales que salen del gobierno venezolano, los santos no le están respondiendo.
Angelica Mora
angelicamorabeals@yahoo.com
@copihueblanco
Estados Unidos

No hay comentarios:

Publicar un comentario