La dialéctica del
dominó ilustra el terrible trance que sacude los cimientes de la nación, y
simultáneamente genera la más pavorosa incertidumbre que hayamos conocido en
décadas de nuestra historia, al extremo de desconocer en tiempo real el rumbo
de un país donde toda decisión en materia económica, política o personal está
supeditada al descaro gubernamental de descalificar el calvario diario que
vivimos los venezolanos ante su obstinada pretensión de aferrarse al poder.
En efecto, el poder
constituido del siglo XXI ha tenido una conducta inversa al orden establecido
en los días finales del puntofijismo, en aquel momento se abrieron las
compuertas de desenlace a la crisis institucional, mediante sentencia de la
Corte Suprema de Justicia en 1999, se delineó el curso de activar el poder
constituyente y la legitimación de los poderes públicos. Siendo una historia conocida
por todos, es fundamental destacar que ahorró tiempo e igualmente dio la
oportunidad de retomar las tareas nacionales incumplidas.
Encomienda que fue
trastocada por la nueva clase gobernante, al malinterpretar que se le había
entregado eternamente la nación como botín de guerra en nombre de una manoseada
operación calificada como “socialismo de siglo XXI”, con la que manipuló hasta el
cansancio a una población con dádivas y así justificar el birlado de más de 1
billón de dólares.
Hasta que el soberano
un domingo decembrino de 2015 mediante el voto desenmascaró el tinglado y la
farsa, desatando un tsunami popular que otorgó
a la oposición descalificada como escuálida mayoría calificada en el
Parlamento, lo que generó las alarmas y temores del poder constituido. Quien no
ha cesado de demostrarnos en estos últimos 100 días su malvada inventiva para
violentar el orden constitucional vigente.
De allí que todos al
compás de la cantinela infantil originaria del romancero español y mexicano “la
víbora de la mar”, la fiscal general, el contralor, el defensor del pueblo, el
presidente de la república, una minoría escuálida de la Asamblea Nacional y el
verdugo, la Sala Constitucional del TSJ, ya que el CNE ha sido más cauto, han
manifestado su fidelidad suprema a una revolución corrupta y a un régimen
deslegitimado ante la población.
Nos han demostrado su
diligencia y disposición a bloquear tercamente toda iniciativa del menú
constitucional, llámese renuncia, enmienda o reforma, revocatorio, asamblea
constituyente, con el objetivo de preservar el régimen hasta la conclusión del
periodo presidencial en 2019, con argucias demostradas hasta el súmmum del
descaro y la indignidad. Lo que
significaría la precarización absoluta de nuestras condiciones de vida.
Por tanto, la
propuesta opositora debe abordar con urgencia el tema de la cuestionada
nacionalidad presidencial, exigir su abandono del cargo, en el marco de un
inmenso plan de movilización nacional a través de marchas y concentraciones
multitudinarias, que hagan sentir los 8.000.000 de votos y la expresión
soberana de nuestra CRBV, y por otro lado, enfrentar la estrategia
gubernamental del caos y el cansancio.
Froilan Alejandro
Barrios Nieves
fbarriosnieves@gmail.com
@froilanbarrios
Movimiento Laborista
Zulia - Venezuela
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