La clave para el éxito
de las relaciones humanas y para cualquier empresa que se quiera emprender es
la confianza. Ella es la llave para el éxito como seres humanos y como individuos.
En lo político es de vital significación, igual en el matrimonio. Pero donde más
destaca como el pegamento más sólido es en los negocios y en la estabilidad política
de un gobierno. Frecuentemente es asociada a la fe y casi siempre van de la mano.
Cuando Moisés recibió la instrucciones de Yave, para liberar al pueblo de
Israel de la esclavitud, tuvo la
confianza necesaria en el Gran Dios y la fe de que podría lograrlo. Los
israelitas por su parte confiaron en su líder y a pesar de algunas deserciones
y falta de fe continuaron confiando en Moisés y lograron escapar del imperio
egipcio, con la ayuda de DIOS y entrar a la tierra prometida.
Cuando Miranda, Bolívar,
Ribas y unos pocos patriotas se hubieron convencido de la necesidad de
liberarse del yugo español, tuvieron la confianza y la fe que podían lograrlo,
y a pesar de no contar con un ejército organizado, de no tener armas
suficientes, unos años después lograron la independencia de Venezuela.
Pero el
ejemplo más palpable y mayormente documentado de la confianza y más aún, de la fe para triunfar, está en los Estados
Unidos de Norteamérica. En su acta fundacional, y en las batallas era invocado
el nombre de Dios. Su himno es una petición de bendición al gran Dios (God
Bless America) y su papel moneda la inscripción "En Dios confiamos". Digno
es destacar que las condiciones humanas y morales de los fundadores del gran país
del Norte fueron la pega para esa gran empresa.
En Venezuela, con la terrible
tragedia que vivimos, la mas terrible de las pocas que hemos padecido, más aun,
que la de las previas al nacimiento como país no encontramos explicación ni razones.
Ni para la solución de esta grave crisis, mucho menos cual es el hilo o los
hilos que la sostiene y la verdad de su sobre-vivencia. La falta de confianza y
la ausencia de fe, quizás sean las razones fundamentales para salir de esta vergüenza
mundial, que nos identifica como un país del que hay que salir corriendo, si se
quiere seguridad de vida y futuro para
las nuevas generaciones. No por nada son ya dos millones de venezolanos los que
se han marchado buscando paz, tranquilidad y un lugar donde la vida, el estudio
y el trabajo tengan algún sentido. Cada vez es más difícil vivir en el que fuera un ejemplo país para el mundo.
¿Muchas veces nos preguntamos cuando vamos a salir de esta pesadilla? y cuando
vemos a nuestro alrededor, la tristeza y la impotencia nos embarga.
Estamos secuestrados
por un régimen militar civil, corrupto, embustero, sin valores espirituales, secos
de afecto y compasión, y de una oposición que no termina de entender a que nos
enfrentamos y no genera la confianza y la fe que alguna vez tuvieron nuestros
libertadores, imbuidos en las conquistas de cuotas de poder, conspirando y haciéndose
viveza entre ellos mismos para hacerse de los privilegios que esos pequeños
espacios alcanzados les garantiza. Ahora que nos encontramos a un paso del
abismo, no tenemos más opción que pedir a Dios que envuelva con la confianza y
la fe a los venezolanos y con mantos de acero revista a los hombres y mujeres
que hagan posible nuestra segunda liberación.
Juan R. Aguilarte T.
panchoaguilarte@hotmail.com
@P_aguilarte
Láudate Dominun in
omni tempore
Alabado sea el Señor
todo el tiempo
Anzoategui -
Venezuela
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