lunes, 21 de marzo de 2016

JOSÉ FÉLIX DÍAZ BERMÚDEZ, NARVARTE Y EL "TIRANICIDIO" DE BOLÍVAR

Uno de los personajes venezolanos olvidados, pospuestos ante héroes y caudillos de nuestras épicas contiendas -sin los cuales a veces no hemos podido entender, explicar y concebir el destino nacional-, es el ilustre jurista Andrés Narvarte (La Guaira, 1871, Caracas, 1853), quien ocupó temporalmente el cargo de Presidente de la República en los años 1835, 1836-1837 y 1842.

Lo encontramos en los primeros años de la lucha de independencia obteniendo en 1810 el título de abogado y evidenciando su respaldo a la República. Vivió y sufrió como muchos los azares de la gesta implacable que no distinguía entre militares y civiles a la hora de padecer todos los males de la guerra.

En los momentos en que los independentistas asumieron partes del territorio, él estuvo entre los principales ciudadanos llamados a cumplir funciones de gobierno, como cuando por instrucciones de Bolívar se encargó de la Provincia de Trujillo entre los años de 1813 y 1814, época de Boves y la terrible: "Guerra a Muerte".

Luego, Narvarte tuvo que salir al exilio a la isla de Saint Tomás dejando tras de sí un territorio desolado, ausencia que no puede apreciarse como una falta al patriotismo.

De nuevo en Venezuela, en el año de 1822, fue nombrado en la Intendencia del país. Hombres como Cristóbal Mendoza, Pedro Gual, José Rafael Revenga, Francisco Javier Yánez y él mismo, estuvieron destinados a ocupar relevantes cargos judiciales y administrativos en la República.

David Bushnell en su obra sobre Santander, hizo mención de Narvarte al indicar que fue: "delegado durante el régimen de Soublette y posteriormente fue nombrado fiscal de la Corte Superior", y por otra parte, lo ubicó entre los hombres moderados, "hombres demasiado independientes como para formar parte de un partido claramente definido", "patriotas civiles experimentados..., que habían regresado en 1821 a fin de tomar en sus manos los más importantes cargos de la rama judicial".

Cuando a comienzos de 1827 se establecieron los nuevos estatutos de la Universidad de Caracas (la actual Universidad Central de Venezuela) y debía elegirse su Rector, junto a Vargas -quien resultó escogido-, Avila y Sanabria, figuró también el Doctor Narvarte, quien como bien apuntó Blas Bruni Celli fue: "abogado de notoria honradez y vasta ilustración".

Este digno ciudadano formó parte de los diputados electos a Convención de Ocaña reunida en abril de 1828 en medio de grandes tensiones y enfrentamientos entre los bandos los afectos a Bolívar y a Santander. Entre los votos decisivos de ese cuerpo se encontraba el suyo, hombre de equilibrio y buen juicio, mientras que a los extremos destacaron por el lado santanderiano, Vicente Azuero y Francisco Soto, y por el bolivariano, Pedro Briceño Méndez y José María del Castillo y Rada, y cuando este último fue designado Presidente de esa histórica asamblea, el Dr. Narvarte fue seleccionado como Vicepresidente, "quien aunque independiente -como ha señalado Pilar Moreno de Angel-, era gran amigo del Libertador".

Separada Venezuela de Colombia, el Dr. Narvarte fue legislador en el Congreso Constituyente de Venezuela en el cual asumió en diversos momentos su presidencia.

Cuando los enemigos de Bolívar lo injuriaron, despreciaron y expulsaron a través de insólitos decretos, sólo José María Vargas y Andrés Narvarte lo defendieron negándose ambos resueltamente a suscribir actos agraviadores.

Los conjurados del 25 de septiembre alzaron en Bogotá el puñal contra el Libertador, entre ellos  Carujo, quien estuvo detenido en Colombia y luego trasladado a Venezuela, donde al cambiar las circunstancias fue escuchado y hasta considerando por algunos como: "un héroe". Al Congreso de Valencia se le exigió adoptar un decreto para salvarlo. Narvarte alertó sobre las implicaciones de aquel hecho y  advirtió que la República no debía ser mancillada por la infamia.

"El deplorable hecho del 25 de septiembre en Bogotá no fue ejecutado por la Nación: lo fue por unos hombres que equivocadamente creyeron que había llegado la época de deshacerse del General Bolívar...", afirmó Narvarte en la Asamblea y horrorizado ante la posibilidad de que la propia patria del Libertador lo llamase: "tirano" y que calificase como: "tiranicidio" la tentativa de su crimen reivindicando y protegiendo a uno de sus autores, Narvarte expresó su decidida oposición y distinguió: "los actos de una nación para libertarse de un tirano que la oprime, y el atentado de un individuo que se resuelve a tomar venganza por sí solo", caso este último que se correspondió con el intento de asesinato de Bolívar.

El Doctor Andrés Narvate, Vicepresidente y sucesor en el gobierno de José María Vargas, puede ser recordado entre los ciudadanos más notables en la historia de la civilidad y de la dignidad de Venezuela.

Jose Felix Diaz Bermudez
jfd599@gmail.com
@jfdiazbermudez

Anzoategui - Venezuela

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