martes, 29 de marzo de 2016

POLO CASANOVA, REPUBLICANISMO VS LIBERALISMO

1)      Maurizio Viroli da clases en Princeton, la alma mater más exclusiva de los buques insignia de la educación norteamericana, las IVY-LEAGUE;  no todo el mundo estudia en Princeton, no todo el mundo da clases en Princeton.

La tesis central de Mauricio Viroli en estos dos capítulos de su libro publicado tan solo en 1.999, “Republicanismo”, parece ser la de establecer una clara diferenciación entre “el republicanismo” y  el liberalismo”.
Para él, la manzana de la discordia parece ser el desavenimiento sobre el concepto de libertad republicana. Ambas corrientes, siguiendo a Quentin Skinner coinciden en el significado de libertad política, que ambos identifican como la ausencia de coerción o interferencia; pero, a la vez, difieren en las condiciones políticas que permiten que “la libertad” sea un ideal asegurado (estoy parafraseando a Viroli).
La diferencia entre ambas corrientes, siguiendo a Skinner y a Viroli, está en la interpretación que ambos hacen en lo que constituye una constricción o una restricción, los republicanistas no aceptan que, como lo hacen los liberales, según Skinner, que la única forma de constricción es la fuerza o la coerción lo que interfiere con la libertad individual.
Para los republicanistas, como Skinner, y aparentemente también Viroli, en una economía de libre cambio, abierta, de mercado, de economía social de mercado, o, con mercado (como lo afirma un imbécil que merodea en la línea media que divide al planeta tierra en dos hemisferios) existe entre los asalariados, e incluso en las relaciones interpersonales – por ejemplo, una pareja donde la mujer no trabaja –una relación de dependencia (como si el trabajo de la casa, cuidar a los niños, etc., no fuese un trabajo, que lamentablemente no es contabilizado como parte del PIB, con lo cual cuando un señor se casa con su cocinera, baja el PIB), lo que significa también que una dependencia es una constricción o una limitación a las libertades individuales.
Lo que argumentaré –contrariando a esos dos gigantes- es que esas dos afirmaciones son falsas: a) que no es verdad que exista una diferenciación tajante entre el republicanismo y el liberalismo; antes por el contrario, existe una convergencia cada vez más acentuada, hasta el punto que es cada vez más difícil decir donde comienza uno y donde termina el otro; b) que también es falso, que la dependencia, en el largo plazo, sea una constricción o una restricción a las libertades individuales, porque en una sociedad económica post moderna, la dependencia será reducida casi a cero.
2)      Para que el gato se termine de subir a la batea, entra el amigo Phillip Pettit en la discusión al afirmar, contrariando a Skinner, que las restricciones o constricciones a la libertad individual debidas a la imposición de leyes no arbitrarias deben ser consideradas como una restricciones secundarias, que eso no es lo importante; que lo importante es, para determinar si existen constricciones o restricciones a la libertad individual, si existe o no “dependencia”.
Como yo lo afirmé en mi primer trabajo sobre las discusiones en clases, por las razones ya expuestas en párrafos anteriores –que no vale la pena repetir-, el amigo Pettit también está equivocado.
Señor Skinner, señor Viroli, señor Pettit, todo lo que ustedes han escrito hay que volverlo a escribir.
3)      La afirmación más gruesa de los dos capítulos del libro de Viroli que leemos es la de que desde un punto de vista teórico, el liberalismo puede ser considerado como un republicanismo empobrecido o incoherente ¡sic! Se basa en que el republicanismo es omniabarcante del liberalismo porque para él, las restricciones y coerciones a la libertad individual vienen tanto de la fuerza o de la dominación como de la dependencia, mientras que en el liberalismo la constricción o la restricción vienen solo de la fuerza, en consecuencia, al dejar de lado la dependencia, que como sostienen Viroli, Skinner y Pettit es el aspecto más difundido en las sociedades económicas modernas, entonces, el liberalismo deja de lado el aspecto esencial y crucial, “la dependencia”, por consiguiente, es empobrecido e incoherente, siguiendo a Viroli, porque no solamente que contempla un solo lado de la moneda –a contrapelo del republicanismo - sino que el lado que consideran es el menos significativo, y a su vez, lo hacen mal.
Esas afirmaciones lo que demuestran es que genios como Viroli, Skinner y Pettit, también pueden decir necedades.
4)      Lo que está sucediendo es exactamente lo contrario. En una sociedad económica postmoderna que está en dolores de parto, y en consecuencia, no se hace evidente porque se solapan las categorías filosóficas que sostuvieron la modernidad que fenece con las nuevas categorías filosóficas que sostendrán la civilización que emerge, serán notorios los siguientes cuatro aspectos que paso a definir brevemente:
a)      Todo el pensamiento político y con ello la teoría política marxista y neo-marxista, que constituye un lado significativo de la posibilidad o potencialidad de restringir o constreñir las libertades individuales por medio de la fuerza será pulverizado por el peso de la historia.
Todas las categorías filosóficas que mantuvieron y mantienen lo poco que queda de semejante bodrio y que son uña y sucio con las categorías filosóficas de la modernidad, han sido demolidas. En una sociedad económica postmoderna un filósofo marxista no tiene cabida y a la inversa, las categorías filosóficas que sostuvieron el marxismo clásico  -y como secuela, el neo-marxismo –están muertas.
b)      Los potenciales y posibles gobiernos que pretendan restringir y constreñir las libertades individuales, fundamentándose en políticas económicas liberales en lo económico, y en políticas represivas a la disidencia en lo político, están acabados. Los derechos humanos, la libertad, el derecho a disentir y a expresarlo, el derecho a estar informado,  y algunos más, son derechos universales imposibles de ser erradicados. Cualquier intento de ir contracorriente a esa tendencia universal está condenado al fracaso, no tendrá ningún éxito; porque en lo adelante las políticas económicas de corte liberal, que son las únicas que existen, porque no existen otras, que cada vez son más dependientes de la mundialidad, para que tengan éxito dependen de lo segundo, y esa es una condición necesaria y suficiente, de la primera; en consecuencia, esos regímenes políticos están indefectiblemente condenados al fracaso, para muestra basta un botón, lo que sucede en ese pobre, atávico, atrasado, arcaico pensamiento político que regenta un país de Suramérica.
c)      El liberalismo no es monocolor, el liberalismo es un abanico inmenso de opciones que tiene una enorme variedad de posicionamientos, y por ende, de matices. No es como equivocadamente Skinner, Viroli y Pettit piensan, es todo lo contrario; el gigantesco abanico de matices del moderno pensamiento liberal absorbe, incluye, abarca y contiene cualquier posicionamiento republicanista, que no puede estar fuera de él, por excelso que este pueda ser. Eso que llaman la MUD en ese país atávico es la mejor demostración de ello.
d)      En la sociedad postmoderna que emerge, “la dependencia” será reducida casi a cero. Los nuevos sectores productivos que generaran el 80% del valor económico producido en esas sociedades, a saber : a) cuando todas las cosas hablen; b) la imagen; y, c) el trabajo inmaterial, concepto éste que proviene –por paradójico que pueda parecer- de Carlos Marx- ; desarrollado incipientemente por Walter Benjamin, que lo llamó “el trabajo espiritual” ; luego, en la década del 70 del siglo pasado –también por paradójico que pueda parecer- por el pensamiento liberal norteamericano de última generación- , que Henry Lepage describió magistralmente en su obra “Mañana el Capitalismo”, que encabezó Gary Becquer, y que él llamó “El Capital Humano” ; y, más recientemente, por Antonio Negri y Maurizio Lazzarato, a fines de la década del 90 y en la primera década de éste siglo que ellos llamaron “el trabajo inmaterial”; “la dependencia” no aparece por ninguna parte, salvo la dependencia de sí mismo, porque al vender “subjetividad”, la dependencia reposa sólo en tu conciencia, y en nadie más. La dependencia de tu conciencia no puede restringir tu libertad, antes por el contrario, la amplía hasta límites insospechados.
Polo Casanova
clubcotoperix@hotmail.com
Aragua- Venezuela

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