El discurso respecto
de la "creciente desigualdad social", es un problema que preocupa a
pensadores, y también a la gente común desde muchísimo tiempo atrás. Por lo que
será interesante hacer un somero análisis de los elementos que lo constituyen.
Entre los numerosos
factores que influyen en el fenómeno por el cual se reclama una mayor igualdad
social será de interés en esta oportunidad tratar algunos de los más
importantes a nuestro juicio. Si rastreamos en la historia, podremos encontrar
que conjuntos sociales fueron objeto de envidia por sus logros, a pesar de la
gran contribución al progreso que dichos grupos representaron en el devenir
histórico:
"Paul Johnson en su Historia de los
judíos señala que “Ciertamente, en Europa los judíos representaron un papel
importante en la era del oscurantismo […] En muchos aspectos, los judíos fueron
el único nexo real entre las ciudades de la antigüedad romana y las nacientes
comunas urbanas de principios de la Edad Media; […] La antigua religión
israelita siempre había dado un fuerte impulso al trabajo esforzado […] Exigía
que los aptos y los capaces se mostrasen industriosos y fecundos, entre otras
cosas, porque así podían afrontar sus obligaciones filantrópicas. El enfoque
intelectual se orientaba en la misma dirección”. Todos los logros de los judíos
en las más diversas esferas han producido y siguen produciendo envidia y rencor
entre sujetos acomplejados y taimados."[1]
Pero hay que destacar
que el sentimiento de envidia no solamente existe respecto de los judíos, sino
que está fuertemente extendido a nivel mundial, en virtud de haberse potenciado
a partir de la arenga marxista, el que en sus fundamentos básicos, ha sido
aceptado por una amplia mayoría de personas. De allí que, la condena a la
desigual distribución de la riqueza sea constante en prácticamente todos los
ámbitos, desde el familiar, social, pasando por el escolar, universitario,
hasta terminar en los medios de comunicación masivos, para no decir nada de la
enorme cantidad de obras literarias y científicas que se ocupan del tema. Entre
los economistas del mainstream es casi un dogma que la meta a lograr a como
sea, ha de ser la igualación social, lo que -en distintos términos- no
significa otra cosa que la más completa igualdad económica. Lo que se conseguiría
igualando ingresos:
"... el delta o
el diferencial de ingresos es simplemente lo que el público consumidor decide a
través del plebiscito diario del mercado con sus compras y abstenciones de
comprar. Es del todo contraproducente que los políticos prefieran la situación
donde el diferencial sea menor con ingresos también menores para todos respecto
a la situación en la que el delta es más grande pero los ingresos de todos
resultan mayores. La envidia y la demagogia empujan a la primera de las situaciones
descriptas en perjuicio de todos, especialmente de los más necesitados. Lo
importante es que el promedio ponderado se eleve."[2]
Desde otro ángulo, un
fenómeno digno de mención es la vinculación entre la corrupción política, la
moral social y la envidia. En tal sentido, el componente más importante que
determina el voto a candidatos corruptos es uno que muy pocas veces se alude. Y
es el principio moral de la sociedad. La corrupción aparece cuando la moral se
relaja, como sucede en muchos países del mundo, lamentablemente. Cuando el
electorado percibe que puede obtener ventajas de un político corrupto en
función de -precisamente- su condición de corrupto, entonces su voto estará
asegurado. En una sociedad virtuosa ocurrirá todo lo contrario. A su turno, existen
sistemas socio-políticos que se encargan de corromper los valores morales,
entre los cuales destaca por antonomasia el socialismo, con su prédica basada
en la envidia y la hipocresía en no pocos casos. Esto socava los valores
morales, implanta un relativismo moral y ético y deja las puertas abiertas a la
más rampante de las corrupciones. Estoy convencido que este es el constituyente
dominante. Es por esta razón que, existe un vínculo muy fuerte entre corrupción
política y anticapitalismo.
Y eso ocurre porque
la base del anticapitalismo es moral (o habría que decir mejor, antimoral). Los
anticapitalistas lo son porque están alimentados por la envidia y el
resentimiento hacia los exitosos, hacia los talentosos, contra el que sobresale
en algo, lo que sea, no importa. En definitiva, este es el sofisma que destilan
sus escritos y sus libros. Note el lector que es una constante en ellos. El
primero de todos quizás, el que inició esta cruzada sistemática de envidia y
resentimiento fue el padre intelectual de todos ellos, el mismísimo K. Marx.
Luego lo siguió el no menos nefasto Keynes, quien bajo el *inocente* pretexto
de querer *salvar* al capitalismo, intentó destruirlo.
"Por sugerencia
de un ex alumno del doctorado de la Facultad de Ciencias Económicas de la
Universidad de Buenos Aires que me envió el tape, acabo de escuchar una
conferencia de Miguel Ángel Cornejo trasmitida desde Lima en el Estadio
Nacional del Perú (ahora veo que hay varias de su autoría en Youtube). En estas
líneas quiero mencionar uno de los ejes centrales de aquella presentación que
estriba en su vehemente preocupación de que en nuestro continente
latinoamericano en general se ha insistido hasta el cansancio que es una virtud
el ser pobre y que constituye un galardón el sufrimiento. El orador dice que de
este modo no vamos a ningún lado ya que esa actitud conduce al estancamiento
cuando no al retroceso. Expresa Cornejo que se necesita una visión radicalmente
distinta para progresar, cual es la admiración a los exitosos que han logrado sus
sueños en base a procedimientos legítimos, cualquiera sea el ámbito de su
acción. Decimos nosotros que, además del sano consejo de la emulación, se
estimulan las tasas de capitalización (no la sandez del “efecto derrame”).
Sostuvo con razón el orador que el lamento, la victimización, la envidia y el
reclamo para que el fruto del trabajo de otros se destine coactivamente a
paliar problemas son características destinadas a perpetuar el
fracaso."[3]
[1]
Alberto Benegas Lynch (h). LA LLAMADA “CLASE SOCIAL” Y LA IDEA DE “RAZA”.
Fuente: http://bit.ly/benegaslynch
[2]
Alberto Benegas Lynch (h) "CONCENTRACIÓN DE RIQUEZA". Fuente :
http://bit.ly/benegaslynch1
[3]
Alberto Benegas Lynch (h) "La fantasía del efecto derrame". Fuente : http://bit.ly/benegaslynch3
Gabriel
Boragina
gabriel.boragina@gmail.com
@GBoragina
Acción
Humana
Argentina
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