Para
reactivar la economía hay que hacer muchas cosas, entre otras, resolver los
desequilibrios macroeconómicos y microeconómicos, controlar la inflación,
sincerar los precios
En
Sidor, la más importante Siderúrgica de América Latina, que llegó a producir en
manos del grupo trasnacional Techint 359 mil toneladas de acero, lo único que
se escucha es un estruendoso silencio.
En
las áreas industriales en donde unos pocos años atrás habían hornos y equipos
trabajando sin parar hay un silencio ensordecedor. Ya no es solo un problema de
mala gerencia, esta industria demanda grandes cantidades de energía eléctrica
que no tenemos.
Dilema
en número
Es
un cementerio industrial donde ya no se hacen cabillas, ni planchones, ni
láminas de acero, ni productos para línea blanca, automóviles, ni hojalata para
envasar alimentos. La Industria está quebrada desde el 2014 y este año las
pérdidas llegaron a la cifra récord de 13 mil 177 millones de bolívares. 10 mil
hectáreas para sembrar papa en Táchira, Mérida y Trujillo están esperando 2.500
toneladas de semillas que vienen de Canadá. Si no llegan, 7 mil familias se
quedan sin sustento. Si no hay semillas no hay producción, si no hay producción
habrá escasez, con la escasez subirán los precios y con los nuevos precios se
acabó la papa en la mesa de la clase media y popular. No solo es la semilla:
hay incertidumbre en relación al suministro del resto de los insumos y los
costos de producción han tenido un incremento por encima de 150%.
Esto
mismo ocurre con el resto de la producción agropecuaria, y es igual a lo que
pasa con la industria química, farmacéutica, textil y automotriz. Toda la
industria está trabajando al mínimo de su capacidad. Reactivarla es
imprescindible para combatir la escasez, la inflación y evitar que se pierdan
empleos. Esa es la tarea más urgente que tenemos. Superar la crisis que estamos
viviendo en Venezuela supone cambios profundos en la política económica.
Extremadamente
complejo
Salir
de esto va a exigir grandes sacrificios de una población que ya está sufriendo
bastante. Con el petróleo a cien había recursos para desarrollar una política
social generosa, pero emprender el urgente camino de la rectificación económica
con el petróleo a treinta va a requerir de un equipo muy competente, mucha
planificación y la ejecución de políticas públicas inteligentes, bien pensadas
y desarrolladas.
Para
reactivar la economía hay que hacer muchas cosas: resolver los desequilibrios
macroeconómicos y microeconómicos, controlar la inflación, sincerar los
precios, devaluar la moneda para estimular la producción, desmontar los
controles, garantizar el estado de derecho y en particular el derecho a la
propiedad, establecer un sistema cambiario que garantice el acceso a las
divisas para que la industria pueda
comprar materia prima, hacer inversiones para mejorar en la infraestructura de
servicios públicos, garantizar la seguridad de las personas y de los bienes,
establecer estímulos fiscales y financieros para atraer inversiones, mejorar la
legislación laboral y rezarle a San Isidro para que por favor no quite el agua
y ponga el sol sino al revés.
La
industria no se puede reactivar porque no hay energía eléctrica para que
produzca. Para aumentar nuestra capacidad de generar energía eléctrica
necesitamos mucho tiempo, grandes inversiones en infraestructura y que la
naturaleza se apiade de nosotros y nos mande una agüita.
La
tarea es monumental
El
muerto pesa mucho para que lo cargue un gobierno solo. Va a hacer falta un
esfuerzo de la sociedad entera. En un ambiente de inestabilidad política como
el que estamos viviendo y de confrontación es imposible que se genere la
confianza necesaria para que haya inversiones que nos permitan superar la
crisis.
El
presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo hace unos días: “No es del
interés de Estados Unidos el ver fracasar a Venezuela, ya que si Venezuela
fracasa, eso podría tener un impacto sobre las economías de Colombia,
Centroamérica o México, y eso a su vez puede afectar a la economía de Estados
Unidos”.
Esa
es la verdad
Nadie
está interesado en que la economía venezolana colapse: ni los gringos, ni los
empresarios. La situación económica es grave y es consecuencia de una política
económica equivocada. Darle al problema la dimensión que tiene es fundamental.
Pedro
Pablo Fernandez
pfernandez@ifedec.com
@PedroPabloFR
Caracas
- venezuela
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