NO A LOS INSTRUMENTOS DE CONTROL
Una de las cosas más perversas del régimen es su habilidad para que la
gente participe protagónicamente en su propia destrucción al consolidar el
sistema de control social –control total sobre la gente-, mediante instrumentos
como “el carnet de la patria”, vendido como un medio para beneficios y
construir un “Poder Popular”, que pretende exterminar las gobernaciones,
alcaldías, gremios, otros. El bozal de arepa, instaurado mediante la
depauperación de la gente, cosecha en esta guerra no convencional la cultura de
sobrevivencia: colas interminables para lo que sea, aún a costa de la vida, la
libertad, la justicia, la igualdad y la paz, que no tienen precio.
Por aquello de que “la esperanza es lo último que se pierde”, a pesar de
la pública y notoria estafa continuada, los incautos siguen inscribiéndose en
los sistemáticos censos del régimen, como quien compra un billete de lotería,
van como el insecto que atraído por el olor se acerca a la planta carnívora y
en lugar de alimento encuentra la muerte, porque muerte, miseria y enfermedad
es lo que se respira y respirará en la Cubazuela fundida a sangre y fuego por
el Socialismo del Siglo ¿XXI o, XIX? Una mezcla de ambos, por lo sofisticado de
sus métodos de control total, asesinato, represión y tortura.
Así las cosas, pareciera que no hay remedio, digo pareciera porque en
esta cultura de muerte el comunicado de la Conferencia Episcopal, del 13 de
enero de 2017, resulta de una importancia sustantiva en la reconquista de la
República y la democracia –libertad, justicia, igualdad y paz-, no sólo por la
claridad en el diagnóstico de la situación, sus causas y la valentía del
pronunciamiento, sino por la convocatoria a seguir la invitación de nuestro
Señor Jesucristo, a “iluminar los ambientes en que nos desenvolvemos con la
claridad de la verdad, la libertad, la justicia y la solidaridad, procurando
integrar a esta tarea a quienes no comparten nuestra fe o nuestras
convicciones, pero quieren construir una convivencia fraterna y pacífica.”
Quien entiende que fuimos creados por Dios a su imagen y semejanza, no
puede renunciar a su dignidad ni cambiar su libertad por nada, para convertirse
en menos que un animal dependiente de un amo que no le permite pensar, ni
satisfacer sus necesidades básicas, tal como bien expresan unos carteles que
circulan por la red, que dicen: “tienes hambre? Cómete tu carnet de la patria”,
“te van a robar? Saca tu carnet de la patria”, “Enfermo? Cúrate con tu carnet
de la patria”…
Una nación que dependa de un carnet es una nación de esclavos y los
venezolanos nacimos para ser libres. La libertad no se conquista con sumisión
sino con resistencia y coraje. Valore su vida y libertad, trabaje para ser
independiente, no se humille en una cola por “dádivas” de quien le niega el
derecho a ser persona. Si el rechazo a las propuestas del régimen es masivo éste
tendrá sus días contados.
¿Quiere ser libre? dígale ¡NO! Al régimen y a sus instrumentos de
control y destrucción de la institucionalidad.
Elinor Montes
elmon35@gmail.com
@Elinormontes
Miranda - Venezuela
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