SOCIALISMO: MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES
En el panel se encontraban cuatro personalidades que disertaban sobre la
revolución y la conexión que había entre las experiencias del General Ezequiel
Zamora cuya gesta se llevó a cabo en la
Venezuela de 1858, y la intentona golpista de Chávez en 1992 y su posterior
instalación del socialismo del siglo XXI, con 18 años en el Poder.
Entonces, un filósofo comienza la tertulia pintando un marco histórico
en la vida de Zamora y la Guerra Federal; echándole odios al General Páez y
explicando su enriquecimiento con tierras despojadas a los pobres campesinos
que no tenían medios para producir, ni mantener la posesión de las mismas. Le
siguió un líder comunal de la parroquia de Petare, quien gritaba que no habría
más elecciones en Venezuela y que a la oligarquía se le acaba con candela. “Yo
en ese momento, me puse a pensar, que si se pierde el derecho a elegir sus
gobernantes, entre otros derechos universales y para colmo se desata la
violencia contra los que piensan distinto y no están de acuerdo con la revolución
bolivariana, pues aquí los cementerios colapsarán y seguramente vivamos una
guerra civil de nuevo tipo como una especie de escalada en el conflicto que
tenemos actualmente, marcado por la polarización política.
Finalmente, un historiador muy inteligente infectado intensamente por el
comunismo más ortodoxo manifestaba que la guerra federal fue alimentada por la
injusta tenencia de la tierra en aquellos años de mediados del siglo XIX –cosa
cierta, sin duda-, y por la usura y que en nuestros tiempos, la igualdad del
hombre venezolano, se está logrando, gracias a la revolución bolivariana.
Muchas palabras emitidas por el panel de oradores, me hicieron viajar en
el tiempo y recordé las lecturas que hice en aquellos años de la década de los
setenta sobre Marx, Engels, Lenin, Gramsci, Rosa Luxemburgo y otros connotados
intelectuales revolucionarios, que estimulaban a caerle a plomo limpio al
sistema capitalista con un FAL y muchos cojones.
El poeta moderador , presidente de “La casa Andrés Bello” se esmeró en
darle un toque fresco a sus reflexiones, sin embargo un humilde ciudadano que
estaba en el público, abrió con su reflexión el espacio de preguntas al
panel: El hombre, un anciano con
evidente estereotipo de gente del pueblo comprometido con el proceso
revolucionario manifestaba “…que siempre había sido revolucionario y estaba de
acuerdo con el socialismo…pero notaba que se hablaba mucho y no veía mejoras en
su vida durante 18 años de gobierno, sino todo lo contrario, pues habían
aumentado sus angustias, habían crecido las dificultades para conseguir empleo,
para alimentarse, para limpiarse el fundillo, adquirir desodorante, y darse
cualquier gusto pírrico en una panadería.”
Naturalmente, la intervención del hombre tuvo su respuesta sesuda, cuando
le dijeron que 18 años no es nada para una revolución y formar al hombre
nuevo.; que el ser humano tenía miles de años sobre la tierra y en tan poco
tiempo era difícil notar los cambios, y un bla, bla, tan ingenioso pero tan
espurio que el anciano se fue convencido en su desesperanza,
Yo me quedé pensando en el asunto y le comentaba al grupo que en
Venezuela la cosa es peor, porque aquí reina la corrupción más vulgar que se ha
dado en cualquier proceso revolucionario y no hay quién le diga a un Rafael
Ramírez, por ejemplo, o a cualquier ministro de siete suelas que tiene una
riqueza súbita como la misma familia de Chávez, que demuestre su honestidad
revolucionaria y diga de dónde carajo sacaron tanto dinero.
Luis Alfredo Rapozo
luisalfredorapozo@gmail.com
@luisrapozo
Anzoategui - Venezuela
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