ACCIÓN HUMANA
Continuando nuestro recorrido de la igualdad en la historia, retomamos
el trayecto del antiguo Egipto, donde se impone un concepto de igualdad
religioso, lo que cobra relevancia en la época estudiada, porque en dicho
periodo lo religioso y lo político se encontraban fuertemente solidificados,
siendo fácil instrumento de dominación por parte de tales poderes, los cuales
también se hallaban unidos, habida cuenta que el rey se consideraba una
encarnación de la respectiva divinidad:
"Durante el período de la XVIII dinastía se produce una profunda
modificación en las costumbres y especialmente en la religión, imponiéndose un
dios único y universal (Atón) como exponente de un principio monoteísta e
igualitario en la creencia religiosa."[1]
Podemos suponer que resultaba mucho mas practico a los faraones
pretender encarnar a una divinidad única en lugar de serlo de la más importante
de un cúmulo de dioses diferentes, subordinados y dependientes unos de otros.
El autoritarismo creciente que toda posición de poder -tarde o temprano- termina
produciendo en quien o quienes lo revisten, puede permitir inferir que
impresionaría más a las masas la representación de todo el poder en una única
divinidad encarnada que en muchas. El principio igualitario -fácil es concluir-
reside aquí en la igualitaria subordinación de todos los súbditos frente al
"rey-dios".
"En la Mesopotamia se desarrolla una interesante civilización, cuya
hegemonía ejerce la capital Babilonia, traduciéndose en la unificación del
imperio caldeo y apareciendo bajo el reinado de Hammurabi (2000 a. C.) un
famoso cuerpo legal que lleva su nombre y que dio "a la vida del pueblo
caldeo un ordenamiento que tiene la regularidad y fijeza de una Constitución,
organizando la sociedad en tres clases: los hombres libres, los que podrían
considerarse semiíitares y, por último los esclavos."[2]
Aquí rebrota el concepto de igualdad entre los iguales, al que nos hemos
referido antes. La igualdad se concibe -exclusivamente- entre los integrantes
de una misma clase y se rompe fuera de ella. Pero es el estado (a través de la
ley) quien define y delimita la noción de "clase", de manera tal que
no existe igualdad de ninguna índole entre las desiguales clases. Los esclavos,
por ejemplo, eran iguales entre sí en su condición de esclavos y -obviamente-
desiguales en relación a los hombres libres y semilitares.
Todas las clases eran "iguales" ante el rey, que -a su turno-
era desigual respecto de todas las demás clases definidas por él mismo y por
debajo de su persona. Desde luego, recordemos, que ninguno de estos artificios
legales podían desconocer la natural desigualdad individual de las personas,
con absoluta independencia de la de su arbitraria atribución o asignación a una
antojadiza "clase social" por parte de funcionario de turno. Los criterios
de pertenencia a cada clase eran fijados externamente y resultaban forzosamente
arbitrarios. Todavía habría que andar mucho camino para llegar a la idea
liberal de igualdad ante la ley. La historia de la igualdad es la de la
igualdad mediante la ley y no ante ella.
"En el siglo XIII a. C. aparece en la India un cuerpo de leyes -el
Manara Dharma Sastra, o libro de la ley de Manú- que dio normas para la
organización política y social del pueblo. Según el cuerpo legal, la población
de la India se hallaba agrupada en cuatro categorías o castas, cuyo origen se
atribuye al Dios Brahama; la primera casta, la de los brahamanes, descendía de
la cabeza del Dios; los chatrias o guerreros, de los brazos; los vaisyas, o
comerciantes, de su vientre; y los sudras, o artesanos, de sus piernas. Debajo
de estas castas estaban los parias."[3]
Básicamente, comencemos diciendo que no hay discrepancias de fondo entre
la idea de casta y la de clase social. Algunos autores suponen que esta última
-en oposición de la primera- permite admitir cierta "movilidad de
clase" que se encontraría ausente en la noción de casta. Pero aun
aceptando este punto de vista, el mismo no justifica los criterios arbitrarios
con los cuales cada persona quiere definir lo que es una "clase social"
y cuáles son los razonamientos que permitirían conocer cuándo alguien pertenece
a una y no a otra. En el caso hindú, estaba más que claro que dichas castas
-que se creían derivadas de una divinidad- eran inamovibles. Absolutamente
estáticas. En última instancia, fueron los gobernantes de la India quienes
dictaron el Manara Dharma Sastra y, por tanto, ellos quienes decidieron por
todos los hindúes y sus generaciones posteriores quienes estaban asignados a
cada casta. En esta sociedad estratificada, la pertenencia viene dada por el
oficio u ocupación al que se dedica la persona.
"Se establece un principio igualitario con respecto a los
impuestos, pues se dispone una tributación proporcionada a los ingresos de los
comerciantes, teniendo en cuenta el precio pagado por las mercaderías, los
gastos de traslado, etc. También se dispone que el impuesto sea reducido para
los de la última clase y pequeños comerciantes."[4]
Nuevamente, como vemos, la igualdad se da dentro de la casta, en este
caso los vaisyas, lo que implica que el principio igualitario no regia en
relación a las tres castas restantes (los parias eran los descastados, ya que
no pertenecían a casta alguna). Parece que además de las cuatro castas,
existían sub-castas dentro de las mismas. Así lo revela el autor cuando manifiesta
que había impuestos distintos para pequeños comerciantes, lo que permite
inferir que existía otra sub-casta: la de los grandes comerciantes, y quizás
otra más, la de los medianos comerciantes. Todo lo cual nos recuerda a nuestras
"modernas" clasificaciones tributarias, que también nos dividen en
clases o castas: las grandes empresas y las PYMES. O grandes y pequeños
contribuyentes. Parece que a través de los tiempos, en esta materia, poco o
nada ha cambiado. Más allá de los contrastes de detalle, el denominador común
sigue siendo que la igualdad se de dentro de la misma clase y no fuera de ella.
[1] Dr. Antonio Castagno. Enciclopedia Jurídica OMEBA Tomo 14 letra I
Grupo 02. Voz "igualdad"
[2] Castagno, A. Enciclopedia....Ob. cit. Voz "igualdad".
[3] Castagno, A. Enciclopedia....Ob. cit. Voz "igualdad".
[4] Castagno, A. Enciclopedia....Ob. cit. Voz "igualdad".
Gabriel Boragina
gabriel.boragina@gmail.com
@GBoragina
Acción Humana
Argentina
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