La derrota del
régimen es tan grande que casi no cabe en la imaginación. Los factores que la
hicieron posible conviene desglosarlos. Un factor fundamental fue el hartazgo
de la ciudadanía que fijó en Maduro el objetivo a derrotar, y en el voto el
mecanismo para hacerlo.
En esa confluencia el
país se hizo república en movimiento. El gesto ciudadano dejó sin aliento,
encunetada, a la jadeante revolución. Blandir el voto se hizo más eficiente que
blandir el mazo.
Ingrediente esencial
fue la presencia de los observadores internacionales invitados por la
oposición, especialmente los ex presidentes de Colombia, Panamá, Costa Rica,
Bolivia y Uruguay, quienes mostraron claridad política y coraje personal para
enfrentar las bravuconadas oficialistas tan lamentables como inútiles. La
presencia de centenas de periodistas y medios de comunicación internacionales
fue un ingrediente que, unido al anterior, convirtió el 6-D en un experimento
observado milimétricamente por el planeta.
Un tercer factor
fueron los militares. El general Padrino López había venido sosteniendo una
postura político-partidista al lado de Maduro. Sin embargo, tal vez para no
verse envuelto en la debacle final, y seguramente por presiones de los miembros
de los componentes de la Fuerza Armada, hartos de tanta corrupción, miseria
familiar y desprecio colectivo, hicieron sentir su “silencio activo” para que
se respetara la voluntad popular.
Finalmente, el papel
esencial de una dirección política decidida: Chúo Torrealba, la MUD y los
cuatro partidos que la dirigen, el resto de los partidos; así como el de esas
figuras emblemáticas de la lucha civil: María Corina Machado, Mitzy Capriles,
Lilian Tintori y Patricia Ceballos.
Esos factores
hicieron mucho, pero sobre todo dos cosas: orientaron a los ciudadanos para
estar a la hora del cierre de las votaciones, momento en el cual los fantasmas
tienden a activarse y alterar los resultados; y, por su parte, los militares
dejaron claro, a través de Padrino López, que no iban a permitir la violencia
de los “colectivos” paramilitares y otros sucedáneos. Así, la imposibilidad de
la violencia alrededor de los centros de votación, la negativa a convertir los
militares en acarreadores de votantes rojos remolones, y la imparcialidad que
el Plan República mantuvo en los días de su despliegue, convirtieron a la FAN
en elemento para impedir el fraude
El régimen, atrapado
entre la colosal votación, la observación internacional y la posición
institucional de los militares, quedó momificado, con la sonrisa congelada.
Carlos Blanco G.
@carlosblancog
www.tiempodepalabra.com
Caracas - Venezuela
Excelente análisis. No se puede esperar menos de usted. Saludos
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