NINGÚN SECTOR SOLO LOGRARÁ PASAR LA PÁGINA
El 23 de enero de 1958, hace
ahora 59 años, amaneció más temprano. En la madrugada, la “Vaca Sagrada” -como
denominaban entonces el avión presidencial- despega de La Carlota, Aeropuerto
de Caracas, llevándose a la República Dominicana al Gral. Marcos Evangelista
Pérez Jiménez, hasta entonces Presidente Constitucional de la República, como a
él le gustaba ser llamado. El dictador huía ante el clamor general de un pueblo
que le gritaba: “Vete”.
En mi juventud decíamos, y durante largos años repetimos, que el 23 de
Enero marcó el final de la última
dictadura en Venezuela, y el inicio del ejercicio democrático, que entendimos
sería para siempre y por siempre. No podíamos imaginar que pudiésemos caer en
otra dictadura, que una vez más, como tantas otras en nuestro recorrido como
pueblo, quedásemos sometidos al dominio absoluto de un hombre y sus secuaces,
que como en el remoto y legendario siglo XIX actúan desconociendo la
Constitución, violando los derechos fundamentales y con desprecio absoluto de
la voluntad popular.
Menos aún podíamos imaginar que esta dictadura sería peor que las
peores, peor que todas las sufridas en dos siglos de República, peor que la del
General Juan Vicente Gómez que nos sometió a sus brutales y primitivos métodos
durante 27 años, de 1908 a 1935. Esta de ahora es una dictadura comunista, lo
que encierra además de depravación política, un brutal retroceso social y
económico que, en 18 años, nos ha colocado a la cola de América Latina, el rico
país petrolero padece niveles de pobreza
y hambre nunca imaginados. ¿Qué hicimos mal, cuáles los errores y dónde las
fallas que nos retrotrajeron a tiempos pretéritos de amos del poder?
La historia se repite, como en la gesta 1957-1958, le ha tocado
nuevamente a la Iglesia dar un paso ante la dictadura brutal y asfixiante del
Socialismo del Siglo XXI, así como lo hiciera Monseñor Rafael Arias Blanco,
como clarinada para el 23 de Enero. ¿Qué cuál es la realidad de Venezuela hoy?
No lo diré yo, lo dijeron los Arzobispos y Obispos de Venezuela el recién
pasado 13 de enero, hace apenas unos días, en la Exhortación Pastoral
“Jesucristo Luz y Camino para Venezuela”.
“La actual realidad venezolana es extremadamente crítica”. Estamos
viviendo situaciones dramáticas: la grave escasez de medicinas y alimentos,
¡Nunca antes habíamos visto tantos hermanos nuestros hurgar en la basura en
búsqueda de comida!, el deterioro extremo de la salud pública, la alta
desnutrición en los niños, la ideologización en la educación, el altísimo
índice de inflación, la corrupción generalizada e impune, el odio y la
violencia política, los elevados índices de delincuencia e inseguridad, dibujan
un oscuro panorama que se agrava cada día, porque no se ponen correctivos a los
males”.
“Es necesario incluir en el inventario negativo el infructuoso diálogo
entre el Gobierno y la Oposición, que suscitó esperanza en la mayoría de los
venezolanos, pero su resultado fue decepcionante, a causa, principalmente, del
incumplimiento, por parte del Gobierno, de los acuerdos a que se había llegado
en la reunión del 30 de octubre de 2016”.
“Ante la desesperanza reinante, tengamos confianza y esperanza en
nuestras capacidades para cambiar la actual situación”.
“Más claro no canta un gallo”, decimos en Venezuela. El pueblo ha estado intensa e
intermitentemente movilizándose durante años, lo hemos vistos tomar la calle
nuevamente; la oposición organizada ha tenido triunfos y reveses, se ha hecho
la tarea, ¿qué pasa que no termina de pasar lo que va a pasar? ¿Cómo se da el
milagro de que no caiga lo que ya no está arriba, sino abajo? No termina de
consolidarse la unidad.
Que quede claro, ningún sector
solo logrará pasar la página, y el desafío es pasar la página del Socialismo
del Siglo XXI que no es otra cosa que el obsoleto comunismo del pasado. Unidad
de propósito y acción, y pronto tendremos otro 23 de Enero.
Paciano José Padrón Valladares
pacianopadron@gmail.com
@padronpaciano
Miranda - Venezuela
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