viernes, 15 de enero de 2016

LUIS GARRIDO, TARDE PIASTE

El mensaje no llegó.  Al pueblo no se le engaña con proyectos fabricados en las horas agónicas del hundimiento del barco, así quedó demostrado el 6 de diciembre.  Una vez más, Nicolás Maduro recurre a la estrategia engañosa creando nuevos ministerios, jugando al enroque y haciendo su ejercicio retórico donde, más que generar confianza en la población siembra mayor pesimismo por su frecuente lenguaje soez y amenazante que en vez de contribuir a refrescar el ambiente excesivamente caldeado aleja el diálogo que está reclamando el país para enfrentar los graves problemas que golpean con rudeza a  los venezolanos.  Parece ser que el  señor Nicolás, acostumbrado al derroche de la ineficacia, llegó a imaginar que el poder sería eterno, apoyado en instituciones obedientes y en la hegemonía comunicacional, forzando el cierre de  medios escritos y radiales mediante el agotamiento del papel o negando las concesiones vencidas.    

El problema de nuestro país, que siempre fue respetuoso del derecho a la propiedad es que le han cerrado los caminos a los inversionistas que son los principales empleadores;  de allí la estampida del capital privado y el cierre de  empresas -por la alcabala de las divisas- lo cual ha multiplicado el  desempleo y el triste espectáculo de los anaqueles vacios en el comercio regular. No es con campañas intimidatorias  que llegan las señales de  confianza que Venezuela necesita transmitir hacía el mundo exterior. Esa confianza cumpliría su cometido, dejando a un lado el concepto pulpero  que ha implantado el gobierno  -a través  de sus mercales-  generando políticas que permitan a las empresas tener acceso a la materia prima y reactivando las 1200 compañías que fueron nacionalizadas, hoy sin producción regular y con sus estructuras destartaladas.  

 "Tarde piaste" presidente: no hay tiempo para la improvisación.  La política económica que con urgencia reclama el país está en el sector privado, en los hombres de negocio y sin debilidades socialistas.  Resérvese esa escogencia de su ciega confianza para que le saque mayor brillo a la ineficacia que es lo que ha caracterizado a su gobierno y le  servirá de consuelo  en la tristeza que se avizora, por ser usted -junto al difunto vivo- los responsables de que la Venezuela rica de ayer, la convirtieran en lo que es hoy: una nación pobre.

Luis Garrido
luirgarr@hotmail.com
@luirgarr

Carabobo - Venezuela             

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