Mientras los
negociadores gubernamentales del proceso de la paz de Colombia aseguran que la
paz ya se encuentra en su recta final, los guerrilleros son de la opinión de
que para el 23 de marzo no será posible convenir los términos de un Convenio.
Esta semana en
algunos canales de TV europea se transmitió una entrevista al facilitador
alemán de este proceso quien no solo puso en duda la fecha de finalización de
las tratativas sino los términos generales del acuerdo. Este había interpretado
la posición de los terroristas de las FARC como una en la cual la distancia
negociadora es tal que resulta posible, o incluso probable, que ella no pueda
ser zanjada a favor de una paz acordada entre las partes.
Más elementos para
generar confusiones sobre las posibilidades reales de pactar un convenio
bilateral los encontramos en la prensa
de Colombia. El propio Presidente Santos
ha asumido la posición de no dudar por un segundo que la paz será firmada por
las partes aunque esta semana haya dejado claro que los aspectos mas espinosos
de la agenda están aún siendo revisados.
Lo que el Presidente ha transmitido a la comunidad colombiana es que él
se encuentra muy satisfecho con los avances para concluir que sí se va a llegar a la fecha meta con el
proceso maduro y con la negociación concluida.
En La Habana, el otro
lado de la mesa considera que tal seguridad de parte de quien lleva la batuta
de las tratativas en Bogotá no es otra cosa que una “ingenuidad ligera” .
Para poder hacer un
balance de donde estamos parados y calcular si se habrán limado todas las
asperezas para dentro de cinco semanas, debemos saber hoy cuánto se ha
avanzado- sin que haya retroceso posible- en temas cruciales como el desarme de
los guerrilleros y el cese al fuego, en las garantías de seguridad que ofrecen
las FARC para las áreas rurales, en la seguridad de los territorios de
concentración de los guerrilleros, en su reinserción en la vida civil y en el
cuestionado régimen especial de Justicia para
la Paz . La realidad es que solo los rebeldes saben a ciencia cierta
cuantos obstáculos van a poner aún en el camino. Importa sobremanera la
positiva resolución de un tema que las FARC acaban de airear y que tiene que
ver con la confesión de sus tropelías.
Uno de los elementos claves de estas negociaciones
es la aceptación de la culpabilidad y hay un terreno específico donde los
criminales no están dispuestos a admitir responsabilidad alguna. Es el que
tiene que ver con una de sus actividades“estrella”, el narcotráfico. Aquí el
escollo es monumental. A lo largo de los últimos años son numerosas las
declaraciones en las que asumen una firme exigencia de no ser considerados
narcotraficantes. Esta acaba de ser puesta de nuevo en el tapete.
El caso es que a esta hora en cada uno de los
dos lados de la mesa hay una percepción diferente, y antagónica frente al otro
lado, en cuanto al nivel de avance que se ha alcanzado, después de tantos meses
de conversaciones. Cada quien exhibe sus
propios parámetros de juicio y no se ve como los pueden hacer coincidir en
breve. No cuando existe un telón de fondo cuyas líneas deben ser apoyadas y
compartidas de cara al país expectante. El Sistema Integral de Verdad,
Justicia, Reparación y No Repetición, dista mucho aun de haber sido abrazado.
Beatriz De Majo
bdemajo@gmail.com
@beatrizdemajo
Miranda - Venezuela
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