“Ningún ejército puede detener una idea a la que le ha llegado su momento”. Del libro “Los Miserables” de Víctor Hugo (1802-1885), poeta, dramaturgo y novelista francés, considerado el político e intelectual más influyente en la historia de Francia en el siglo XIX.
No nos hace falta que
el informe Bloomberg, uno de los reportes económicos más respetados del mundo,
diga que Venezuela está entre los diez países más miserables, aquellos donde durante
2016 será más difícil vivir o trabajar, gracias a sus índices de desempleo e
inflación.
Eso lo sabemos los
venezolanos porque lo vivimos diariamente cuando a duras penas logramos comprar
algunos víveres a precios exorbitantes y con una calidad digna de comida de
cochinos; cuando necesitamos alguna medicina, porque como dice la ministra de
salud, nos da la gana de tomarla y no encontramos el antihipertensivo para las
subidas de tensión ante los precios, el acetaminofén para el zica o la toalla
sanitaria para la visita mensual. Se hace ya imposible pagar colegios privados,
comprar seguros, repuestos para los carros o pagar el condominio. Las tarjetas
de crédito engordan desordenadamente, tratando de sobrevivir a esto, que no es
una crisis pasajera, sino la consecuencia de 17 años de revolución y patria.
El agua está escasa y
más podrida que el gobierno. La electricidad falla desde 2007 y no se han
ocupado. El 40% del país no recibe agua regularmente y el 90% está
intermitentemente en penumbras. Tenemos el Internet más lento de América,
cuando lo tenemos. Y viene el informe Bloomberg a decir que estamos miserables.
Pero no es así. Nosotros tenemos un problema de suministros, un problema de
inflación, que según el Fondo Monetario (ya que el Banco Central no se atreve a
decírselo al país) fue de 275% en 2015 y será de 720% en 2016. Éste es un
problema de pobreza. Miserables son otros.
Miserables son los
que han regado con negligencia y aprovechamiento el jardín de pranes que se
ocupan de aterrorizar, secuestrar, extorsionar y “sicariar” a los ciudadanos.
Miserables son los que han expropiado casi 10.000 empresas productivas y casi 4
millones de hectáreas que ahora no dan ni yuca. Miserables son los que
expropiaron el 52% de las plantas de harina de maíz precocida para no producir
nada y echarle la culpa a Polar, que
produce el 100% del 48% restante.
Miserable es expropiar las torrefactoras para que no haya café en el país.
Miserable es expropiar 11 centrales azucareras de las 16 existentes, para que
penemos por azúcar. Miserable es dejar que los enchufados obtengan dólares a
6,30 para luego venderlos a 200, mientras que padres desesperados no encuentran
la medicina para sus hijos, ni siquiera a dólar negro. Miserable es que
mientras los boliburgueses roban miles de millones para vivir como jeques
árabes en el exterior, los venezolanos, legítimos dueños de la riqueza
nacional, vivan entre penurias increíbles.
Miserable es ver que
la gente está matándose por un pollo y gastar en fiestas de carnaval. En
Guanta, el “alcalde comunal socialista hijo de Chávez”, como se describe
Jhonnathan Marín en su tw, organizó unos rumbosos carnavales… en dólares.
Contrató nada menos que al colombiano de moda, Maluma, a Sixto Rein y a Jerry
Rivera. Todos cobran duro, por adelantado
y en efectivos verdes. Dicen que la gracia salió en 250.000 dólares,
pero la crítica estalló junto con una multitud desesperada por ingresar al
estadio del concierto, rompieron una puerta y la poblada fue contenida con
tiros en el aire, lacrimógenas y arrestos. Más de 60 personas con contusiones y
la indignación en las redes, donde se podían ver fotos del deplorable estado
del hospital Razetti, cuya remodelación no ha cumplido la Alcaldía. El alcalde
declaró que ningún organismo oficial había pagado los dólares, sino unas
empresas privadas. No aclare que oscurece. ¿Cuáles empresas privadas en esta
situación país y con un control de cambios desde hace 13 años tienen dólares? Y
si los tiene ¿quién se los dio para montar espectáculos? ¿Por qué una empresa
privada invertiría dólares en un concierto en lugar de comprar insumos y
repuestos?
En El Callao también
se vio, aparte del calipso y las comparsas, cuáles son las prioridades de los
miserables. La primera combatiente de Bolívar y su esposo el gobernador Rangel
fueron nombrados madama y madamo de la fiesta, que es así como reyes de ese
carnaval. Pues a la doña no se le ocurrió otra cosa que disfrazarse de garota
brasileña, luciendo dos días consecutivos trajes bordados en cristales de swarowski,
plumas, lentejuelas y pare usted. El
colega Marcos David Valverde, en una
detallada crónica en El Correo del Caroní, entrevista a entendidos que estiman
que el costo de los trajecitos podía superar el millón de bolívares. La miseria
de esta gente no se conmueve ante los desesperados pedidos de Carboplatino,
Avastin y otros reactivos para el tratamiento del cáncer que hacen familiares
desesperados a través de las redes sociales, ya que son medicinas de alto costo
que no consiguen en los hospitales porque el gobierno le debe a cada santo una
vela y no le fían las medicinas.
La prioridad es
darles circo a quienes quieren escapar de la horrorosa realidad de pobreza y
escasez. Porque pan no hay. Y no quieren producirlo ni dejan que nadie lo
produzca. El empresario más exitoso del país tiende puentes y da recetas para
activar la producción y los miserables le mentan la madre y lo amenazan con
expropiar Polar. Y son tan miserables que no se dan por enterados que acaba de
perder atronadoramente la Asamblea Nacional, que el presidente según encuestas
de enero tiene apenas 10% de aceptación y que el 85% de los venezolanos se
opone a la intervención de Polar. Ellos a lo suyo: hacerse los locos ante las
necesidades del país y empeñar las reservas de oro a dos bancos europeos.
Raspando la olla antes de irse.
Charito Rojas
Charitorojas2010@hotmail.com
@charitorojas
Carabobo - Venezuela
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