lunes, 7 de marzo de 2016

CHARITO ROJAS, LAS AVENTURAS DE MAD MAX

“Soy el único que huye tanto de los vivos como de los muertos. Cazado por carroñeros. Acosado por aquellos que no pude proteger. Así existo en esta tierra desolada. Un hombre reducido a un solo instinto. Sobrevivir”. Frase escuchada en el film “Mad Max”, triunfador en los premios Oscar.
Nicolás Maduro comenzó su gobierno bajo dos estigmas que no ha podido refutar: su nacionalidad venezolana y su aptitud para conducir a esa Venezuela post Chávez, arrasada por una revolución analfabeta de democracia y moral.

Desde el comienzo se apoyó en una tal “unión cívico militar” que no es más que la entrega del gobierno a los jefes de la FANB, cuya opacidad en el manejo de los dineros públicos conocemos desde los tiempos del Plan Bolívar 2000, cuando el finado engolosinó a los militares enseñándoles que es mejor la abundancia de un cómodo cogobierno a cambio de sostener a la revolución en el poder, en lugar de estar sometidos al poder civil y relegados a los cuarteles, como lo ordena la constitución nacional.

El 48% de los altos cargos gubernamentales está ocupado por militares, la mayoría activos. Las gordas negociaciones de las importaciones son llevadas adelante por bolichicos y enchufados,  muchos de ellos con uniforme. La complacencia del presidente hacia los militares no se limita a su defensa sino que persigue activamente a quienes osan pensar diferente dentro de los componentes. Los nueve oficiales condenados sin pruebas fehacientes por lo que Maduro llamó el “golpe Tucano” o el “golpe azul” muestran la complicidad total entre los intereses del ejecutivo con la cúpula militar y el estamento judicial.

La obsesión por no ser sacado del poder teniendo enemigos tan temibles como el capo rojo, lleva al presidente a permitir la represión salvaje contra las protestas del año 2014, donde 43 venezolanos murieron, cientos resultaron heridos y miles atropellados en su libertad de protesta y expresión. Como siempre, el gobierno culpó a la derecha, a las guarimbas, al imperio y a “La Salida”, esa protesta promovida por Leopoldo López, Antonio Ledezma y María Corina Machado que solicitaba “pacifica y constitucionalmente” la renuncia de Nicolás Maduro, quien a un año de gobierno, ya había hecho amplias demostraciones de sus capacidades para dirigir a una cada vez más convulsionada nación.

Hoy más que nunca, “La Salida” ha demostrado que tenía razón. Venezuela va cuesta abajo en un barranco económico, social y político que no parece tener fin. Las razones que produjeron los resultados del 6D están en la boca de cualquier venezolano. Lo indignante es que en una actitud que escapa a la más mínima sensatez, el presidente no se da por enterado de lo que sucede y sigue con el cuentico de vaqueros de la guerra económica, culpando a la “burguesía parasitaria” y dando explicaciones que hacen sentir estúpido a quien escucha tales disparates, usualmente en cadena nacional.

Mientras Maduro habla, canta, baila, inventa, viaja, el país es entregado a pedazos a una casta de aprovechados, que tal como ocurrió en la Rusia post Unión Soviética, son los millonarios que dejara la revolución y son quienes van a ser los dueños de esa Venezuela que quedará como un cuero seco, mientras los boliburgueses compraran  por dos monedas lo que quede de esta debacle de empresas quebradas, terrenos baldíos y propiedades  cuyos dueños no pueden mantener.

El régimen se está defendiendo de su anunciado fin. Le está dando “tenteallá” a los militares. Según el diario Tal Cual, desde julio de 2013 hasta febrero de 2016, se han creado 11 empresas para el desarrollo económico de la Fuerza Armada: Banco de la Fanb (Banfanb), Empresa Agropecuaria de la Fanb (Agrofanb), Empresa Militar de Transporte (Emiltra), Empresa Sistemas de Comunicaciones de la Fanb (Emcofanb), Televisión Digital de la Fanb (TVFanb); Fondo de Inversión Negro Primero (Fimnp); Constructora de la Fanb (Construfanb) y Agua Mineral Tiuna (empresa mixta dentro del complejo industrial del Fuerte Tiuna).

En enero  de este año apareció la Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas (Camimpeg), la cual realiza las mismas funciones que Pdvsa, con la diferencia que no tiene que rendir cuentas sino al ministro de la Defensa y al presidente. Y ahora también tendrán el control del “plan de rescate” agrícola y pecuario, sobre tierras y propiedades expropiadas.

El presidente sigue creando más burocracia, inventando ministerios ridículos como el de “ecosocialismo” y “agricultura urbana”, mientras la contaminación de las aguas, la basura que inunda el país, la escasez desesperante de alimentos y medicinas agobia a un venezolano que ve al gobierno de espaldas a esta realidad mortal. Decirle a un pueblo que pasa hambre que el plan de siembras en los balcones y gallineros verticales en las habitaciones va a dar de comer a 30 millones de habitantes, insulta la inteligencia del país.

Las calificadoras de riesgo internacionales dan como altamente probable un “default” de Venezuela para sus compromisos en octubre. La ola de expropiaciones y nacionalizaciones del finado hacen de Venezuela el país con más demandas internacionales, 38 en total, que le podrían acarrear condenas por más de 20.0000 millones de dólares. Desesperado por divisas, el panorama del gobierno es desalentador: un discurso en el que ya nadie cree, deudas mil millonarias con proveedores, líneas de créditos cerradas, importaciones de alimentos y medicinas sin recursos, el barril de petróleo por debajo de los 25 dólares, un revolcón electoral que habla del fracaso del régimen y una incapacidad total para entender su responsabilidad en la inflación galopante y en la inseguridad que acaba con toda prosperidad. Y todavía no entiende que debe cambiar su política económica y buscar a gente capacitada para evitar el cataclismo que se anuncia.

Las encuestas señalan que un 82% de los ciudadanos quiere que el gobierno de Maduro termine antes del 2019. La oposición venezolana busca acuerdos sobre los mecanismos convenientes para dar fin a este desastre que compite con la película de horror Mad Max.  Renuncia, enmienda, constituyente, revocatorio. Lo que sea efectivo, pero YA, antes que Venezuela zozobre

Quienes apoyaron La Salida en 2014, dicen que los hechos les han dado la razón. María Corina Machado inició esta semana una campaña para pedir la renuncia del presidente como la vía constitucional más expedita e indolora para la gravísima crisis de Venezuela. La campaña se llama “La Tuya, Maduro”.

Charito Rojas
Charitorojas2010@hotmail.com
@charitorojas

Carabobo - Venezuela

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