El suscrito, prefecto
ad hoc de la itinerancia natal, de la circuncisión judicial adjunta de los
Municipios sucesivos, certifica la exactitud de la presente copia Número 6.996,
capicúa y hace constar, como consta, que en día impreciso del año en curso (En
curso del momento de la presentación del susodicho, que no siendo dicho, se
infiere, según la lógica del sentido común interpretativo de la gente, que no
es bolsa). Me fue presentado un muchacho varón. Inmediatamente se procedió a
multar a los padres por haber esperado dos años para presentar al niño, pero la
madre alegó que apenas tenía tres días de nacido, pero que aparentaba dos años
por lo grandote.
Aclarado el punto con testimonio oral de la comadrona (que no
era la partera, sino una comadre bastante buena gente y solidaria y por tanto
llamada así), se procedió a la inscripción del niño neonato. El niño me fue
presentado por su papá y su mamá quienes en alta, clara e inteligible voz le
dijeron al suscrito: “aquí venimos a presentarle a este niño”, a lo que yo
respondí, según la fórmula establecida: “mucho gusto, niño”. A lo que el niño
se acarició los bigotes, como pensando lo que iba a decir, pero no dijo nada,
como es de esperarse en un niño de tan tierna edad.
El padre del recién
nacido declaró lo siguiente: que la criatura era producto de su unión conyugal
legítima y que el niño nació bastante temprano, porque es madrugador, como el
resto de la familia. Preguntados los progenitores por mi persona en alta clara
e ininteligible voz: “¿y ustedes de dónde son?”, respondió el aludido: “no soy
de aquí, ni soy de alla, no tengo edad ni porvenir y ser feliz es mi color de
identidad”.
Como autoridad
competente tome nota precisa de tan detallada declaración de datos para que
quedaran asentados en esta partida y de paso también los invité a asentarse a
ellos mismos porque ese niño tenía que pesar por lo menos 10 kilogramos y la
progenitora lo cargaba en brazos al no caber en el cochecito. Según testimonios
de los progenitores los datos de filiación del infante son los siguientes: si
bien es cierto que el niño fue concebido en territorio nacional, parte del
embarazo transcurrió en el vecino país. Alimentada su madre con productos de
allá, quién le quita a ese niño, lo que tiene en su sustancia de la
alimentación de las zonas circunvecinas. Si digamos que el puente hubiese
estado cerrado a efectos de transito, esa inocente criatura, que los avatares
del destino obligaban a nacer allá, (o sea aquí) habría nacido aquí (es decir
allá) por fuerza.
Pero sí que es cierto
que nació aquí (es decir, allá, dependiendo de donde usted esté leyendo la
presente partida). Es que se nota apenas uno lo ve, esa inclinación patriota
que traslucen los ojos del neonato. Según consta en registro el niño nació muy
específicamente en la localidad de Los Chaguaramos, Valle Abajo, Parroquia El
Valle, en una Policlínica ubicada en La Candelaria, Santa Rosalía, en la zona
limítrofe del río Orinoco del poblado conocido como El Palotal. Los testigos de
este acto son Frnlstin Kasrtirn, Rimsenr Olibrts y la señora Quientl Rapurdt,
quien como se dijo anteriormente es la comadrona. Dichos testigos presentaron
su cédula de identidad y se ve clarito que son ellos. La presente certificación
es copia supremamente fiel y exacta del original, lo que sí que el original, la
verdad, no se ve muy bien, pero ya se sabe que esos libros envejecen también.
Pero yo creo que sí. Y se expide en la ciudad capital (la que fue fundada por
los españoles) a los 18 días del mes de marzo de 2016.
Jairo Restrepo
Perfecto.
Laureano Márquez
@laureanomar
http://www.laureanomarquez.com
Caracas Vnezuela
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