Otros
confiaron en tí, yo no, y sin embargo te abrí una cuenta.
Me
debes tu renuncia cuando los niños de la calle nunca salieron de ella.
Me
debes el resentimiento de esos niños que hoy nos están matando.
Me
debes la democracia que me quitaste votando.
Me
debes las sonrisas que nos sigues borrando.
Me
debes la constitución que nos fuiste quitando, ni siquiera la moribunda, sino
la que el poder constituyente nos presentó alabando y que después de
refrendarla la siguieron mutando.
Me
debes un NO que te gané votando y del cual poco a poco te fuiste burlando,
cambiando las reglas terminaste ganando.
Me
debes los muertos de abril, los de un febrero, un marzo. Me los debes todos
hasta los de contrabando, los que trataron de ocultar, los que siguen
ocultando. Los que me achacaste, los que murieron robados, lo secuestrados, los
motorizados, porque son solo el efecto y consecuencia de este narco estado.
Me
debes los cientos de miles de venezolanos que se llevaron estos 16 años,
incluyendo los que murieron de mengua… simplemente aguardando.
Me
debes a mi cuñada, que se murió esperando, por una máquina de radio que estaban
reparando. Que, por si falta de repuestos, que si por técnicos, que si por
algo. Y se me murió Natalia… pero se murió luchando, hasta el último momento
estuvo trabajando, se nos murió una madre, una hija, una hermana, una amiga,
una enfermera, unos sueños … ¿hasta cuándo?
Me
debes “Al muchacho”, el que nos dejó llorando, el de Antímano, el camionetero,
uno más de tantos. Solo quedaron sus padres, su hermana, sus novias y un barrio
se quedó amargado. Quemado fue su cuerpo, sus sueños, su carro.
Me
debes al papá de Marina, muerto en un atraco, atrás quedo su mundo, sin padre y
sin trabajo.
Me
debes la misma historia en miles de venezolanos.
Me
debes a Brito, que murió esperando a que le devolvieras la tierra que estaba
trabajando.
Me
debes a la juventud que murió protestando, por lo que creía justo y la mataste
marchando.
Me
debes hasta las balas, las bombas, los equipos que has ido amontonado,
comprados con nuestros impuestos, nuestros recursos y que al hampa terminaste
entregando.
Me
debes los aplausos que te ganaste expropiando, en la plaza Bolívar, en zonas
industriales y hasta en los propios llanos y que terminaste arrendando,
vendiendo o regalando a quien te estaba alabando o comprando.
Me
debes esos empleos, los productos, el ganado.
Me
debes la producción, el progreso; te robaste el desarrollo y aún le debes a los
dueños y hasta a los empleados.
Me
debes los cientos de guerras que NO has ganado, la guerra contra el imperio, la
económica, las OLP, la mediática, la oligarca, contra Dólar Today, la cual
ninguna has superado.
Me
debes las cenas que ya no hago, les reuniones nocturnas, los paseos, los
teatros, me debes la nocturnidad que el hampa ha ganado.
Me
debes los dólares que me corresponden por ser venezolano, por la venta de los
recursos que Dios en Venezuela ha colocado. Esos mismos dólares los cuales con
descaro has lavado y robado.
Me
debes lo que a tus amigos has regalado, los hospitales, carros y barriles que
has donado.
Me
debes la comida que se pudrió esperando a que la distribuyeras mientras tú la
estabas guardando.
Me
debes la soberanía, la que defendiste gritando, y se la distes a otros porque
estaban cobrando.
Me
debes mi industria petrolera, la que acabaste pitando, expropiando, desalojando
y la terminaste quebrando.
Me
debes las medicinas que ya no consigo ni pagando, las horas de cola y los tuits
rogando.
Me
debes las horas en la cola parado, para buscar champú, jabón en panela o papel
sanitario. Me debes el peregrinar por harina o carne para un caldo. O, para
patitas de pollo, para curar el catarro.
O
para curar el dengue, la chikungunya, la zika o el mal del sambo.
O
la malaria, diabetes, cáncer, la tensión, convulsión, depresión o el cansancio.
Me
debes el agua que se nos ha terminado.
Me
debes la luz que se ha apagado.
Me
debes los medios que has callado, como RCTV en la TV y muchos más en la radio y
hoy me debes El Carabobeño, entre otros tantos diarios. También me debes las
voces que se fueron apagando, las que lucharon bravíamente y que fuiste
alejando, unas para siempre y otras esperando para volver algún día, para
seguir trabajando.
Me
debes los viajes que me ganaba sudando, no cumpliste con tu parte, te hiciste
el loco no pagando y termine aquí encerrado, mientras tú sigues paseando.
Me
debes los médicos que se han marchado, mis primos mis tíos que a otras tierras
han migrado. Huyendo del hambre, del miedo, buscando los sueños, con el alma en
suspenso porque tú se la has pisoteado.
Me
debes mi niña, la que se fue volando, para vivir la vida que tú le estabas
robando.
Me
debes lo hecho en Venezuela y ahora lo importado, me debes carros, celulares,
computadoras, casa y hasta la casa de la playa o del campo que me compré
luchando. Mientras tú tienes casas, camionetas, en Venezuela, en todos los
estados y hasta en el imperio, al lado del enemigo malo, y la obtuviste
robando.
Al
final solo yo soy el socialista y tú eres “Coligara”, ahora yo soy pueblo y
condenado.
Me
debes la libertad de los que te han enfrentado, la de los libres de conciencia,
la de los valientes muchachos. Me debes la tortura que les has aplicado, porque
son presos políticos, presos del estado. Porque presa está la conciencia, la
justicia y la libertad.
Presa
está la familia que se mantiene peleando, con valientes como rehenes, pero ni
así permanecen callados. Porque para la libertad del alma no existen candados.
Me
debes la Asamblea que con justicia hemos ganado y que con tus artimañas tratas
de callarlo, me debes la justicia de un tribunal comprado.
Me
debes los poderes en manos de un frustrado. Me debes una presidencia que me
robaste callado y más de una conciencia que te ha apoyado, blindando tu trampa,
tu ventaja, tu descaro.
Roja
es tu insignia, rojas las calles has manchado.
Roja
está tu conciencia, rojo es el color de un narco estado.
Rojo
es el saldo que en Venezuela has dejado.
Roja
está mi paciencia, roja tu revolución.
Me
debes hasta el alma que has tratado de manchar con tu traición.
PERO
ANTE DIOS Y MI PATRIA YO TE JURO QUE ESTA DEUDA LA TENDRAS QUE PAGAR.
¡FUERZA
Y FE VENEZUELA!
¡ESTÁ
CERCANO EL DÍA EN QUE HABREMOS DE COBRAR!
Reinaldo Poleo
rpoleo@gmail.com
@rpoleo
Caracas - Venezuela
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