BRÚJULA DIPLOMÁTICA
El discurso inaugural de Donald Trump en su juramentación como 45to
Presidente de los Estados Unidos de América estuvo dirigido de manera principal
a los norteamericanos a quienes les ofreció un cambio radical que le daría
máxima prioridad al concentrase en
“América Primero” a través de la acción.
En su breve discurso de 16 minutos no
adelantó respuestas a las múltiples interrogantes sobre como impactará ese cambio
a nivel internacional por lo que las
interpretaciones de los analistas varían de acuerdo a como sienten que las
medidas que ponga en marcha durante el inicio de su administración puedan afectarlos.
Es el caso explicito del
rechazo al fundamentalismo islámico anunciado en su alocución frente al
Capitolio, unido a la preocupación por las menciones anteriores en relación a
China, México, la OTAN o el rechazo a las Multinacionales. A ello hay que
sumarle la reacción de países europeos que temen que su acercamiento a la Rusia
de Putin pudiera ser vista como una respuesta tardía al llamado de los años 90
de Mijail Gorbachov de construir la “Casa Común Europea” y un Mundo Unido, que
entonces fue rechazado.
Desde la perspectiva de Venezuela llama mucho la atención que el Gobierno
“bolivariano” -que siempre ha actuado con una agresividad excesiva contra todo
aquel Gobierno, Parlamento, personalidad
o institución que se atreviese a asomar la más leve critica contra el
modelo “bolivariano”- en esta ocasión
haya sido cauteloso tratando de evitar el tipo de declaraciones-espectáculo que
está acostumbrado a realizar.
Ello pareciera obedecer a dos circunstancias: La
primera, la nueva dependencia de Venezuela a Rusia, y como Putin ha
multiplicado declaraciones a favor de Trump,
probablemente los asesores de la
diplomacia de Maduro piensen que
un ataque frontal contra el nuevo Presidente americano en este momento,
aumentaría aun mas su aislamiento internacional porque podrían perder también
el apoyo de su aliado de Moscú. Y la segunda,
porque de insultar al nuevo titular de la Casa Blanca –como es su estilo- sabe
que la reacción seria fuerte e inmediata
y “no solo de palabras sino de acciones” como anuncio en su discurso
inaugural.
Desde la perspectiva de Trump en diversas ocasiones se ha referido al régimen de Maduro de manera crítica, como en la reunión que tuvo con expertos latinoamericanos en Nueva York, en la que le pregunto directamente al Embajador Julio Ligurria de Guatemala y demás expertos en América Latina sobre la detención arbitraria de Antonio Ledezma y de Leopoldo Lopez y se mostró de manera muy directa preocupado por la situación futura de Venezuela.
Si bien es prematuro
definir los alcances de la nueva diplomacia norteamericana, pareciera que en el caso de América Latina
asumirá una posición de Estado al
ratificar a varios altos funcionarios del Departamento de Estado, entre ellos a
Thomas Shannon, el facilitador para Venezuela. Pero lo que sí parece cierto, es
que la posición del “statu quo”, podría
transformarse por una posición mucho más contundente en contra de regímenes
totalitarios en América Latina como los de Cuba y Venezuela y probablemente
Bolivia y Nicaragua que son como “los últimos de los Mohicanos” de un
Socialismo del Siglo XXI que colapso por su carácter represivo, por su
corrupción, y por su ineficiencia. Una posición de la Diplomacia Americana en
defensa de las libertades, de los derechos humanos y del perfeccionamiento de
la democracia, sería bienvenido por millones de latinoamericanos demócratas.
Milos Alcalay
milosalcalay@yahoo.com
@MilosAlcalaym
Internacionalista
Miranda - Venezuela
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