ANTE LA GUERRA PSICOLÓGICA
El poder le tiene miedo al pueblo, ayer suprimió las elecciones, hoy
aplican el terrorismo de Estado. Esta última estrategia no le ha funcionado a
ningún gobierno. Todo régimen, unos más que otros han acudido al expediente de
la persecución, hostigamiento, agresión física, a la prisión política y el
asesinato, como arma para frenar la protesta, pero lejos de lograrlo, lo que
hacen es añadir más ingredientes al descontento popular.
Claro que no estamos enfrentados a cualquier régimen. Éste tiene un doctorado en el arte de la guerra y
sobre todo psicológica; combina las técnicas del G2 cubano, las cuales refleja
cada vez que tiene la soga al cuello, como la de contrainteligencia,
desinformación y la propagación del rumor; hasta llegar al uso de prácticas
aplicadas por las dictaduras fascistas de Italia y Alemania del siglo XX,
ejemplo el uso de mercenarios, de bandas delictuales y de malandros para
arremeter contra cualquier manifestación de la oposición, por más pacífica que
esta sea.
Además, es un régimen camastrón que está en agonía y se niega a morir,
por tanto no tiene ningún tipo de escrúpulos ni vergüenza para reforzar su
despotismo y cometer las peores atrocidades en materia de violación de los
Derechos Humanos. Todo con tal de preservar el poder, en ese sentido se vale de
todo tipo de artimañas y maniobras; le echa la culpa a otros por sus actos
macabros, manipula, combina el chantaje e infinidad de trampas con su retahíla
de mentiras y la represión, compra políticos opositores con el fin de dividir y
desmoralizar a la sociedad, entre otras cosas.
Sin embargo, son medidas que les pueden funcionar para estirar la
arruga, pero al final caerán. No perdamos la confianza, no nos dejemos doblegar
por la desesperación y la desesperanza, todo cuanto puedan hacer lo hemos
calculado. Frente a la fractura que quieren lograr, hay que construir la unidad
superior; frente a su objetivo de aterrorizar y desmovilizar a la sociedad,
asumir diversas formas de lucha y organización, grandes movilizaciones, paros
escalonados, la huelga general y la presión internacional; frente a las
provocaciones de violencia, que les sirven de escusas para mantener el Estado
de excepción, plantearse la no violencia activa; frente a la razia represiva
que busca que volquemos nuestros esfuerzos al tema de los DDHH y los presos
políticos, pues asumir un plan integral que combine el sentir primario de la
población, que es el hambre, la crisis humanitaria en salud, el costo de la
vida y la inseguridad, con la exigencia del cumplimiento de la Ley de Amnistía
y Reconciliación Nacional; mientras ellos buscan ganar tiempo y sorprendernos
con un cronograma electoral sobrevenido, pues lo correcto es estar preparados
con un plan electoral.
Esto no implica aislarnos de la estrategia principal, que es centrar los
esfuerzos en salir del régimen, que es hoy la raíz de los males. Razón por la
cual nuestro accionar debe estar animado por cinco cualidades: unidad,
inteligencia, audacia, firmeza y proyecto país. Para lo cual es clave
cohesionar nuestro discurso; lograr que el liderazgo opositor no se distraiga
en pugnas estériles; articular todas las instancias gremiales, sindicales,
comunitarias, estudiantiles y de la sociedad civil, para canalizar el conflicto
social; y desarrollar tanta presión de calle como sea posible. Así podremos
enfrentar su estrategia represiva, al tiempo que se le quita el tubo de
oxígeno.
Golfredo Davila
golfredodavila@gmail.com
@golfredodavila
Vanguardia Popular
Zulia - Venezuela
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