PREPARANDO LA TRAMPA EN ECUADOR
Por La manipulación de las elecciones las ha convertido en "un
proceso institucionalizado de fraude", y permite a los dictadores del
SSXXI manipular los resultados agregándose votaciones por mas del 10% y
disminuyendo el respaldo popular real a la oposición en un porcentaje similar
Poniendo una vez mas en evidencia su condición de dictador del
socialismo del siglo XXI (SSXXI), Rafael Correa Delgado destituyó al comandante
general del Ejercito del Ecuador, Gral. Luis Miguel Angel Castro Ayala, con
doble propósito político: primero, castigar a quien impidió consumar el fraude
electoral a favor de los candidatos oficialistas Lenin Moreno y Jorge Glas en
la primera vuelta electoral, y segundo, tener abierto el camino y controlado el
aparato para ejecutar el fraude electoral en la segunda vuelta, el 2 de abril
próximo, que le permita retener el poder y asegurarse impunidad.
Las elecciones son la puesta en escena, el show con el que el SSXXI
pretende justificar sus regímenes dictatoriales como si fueran democracias bajo
el slogan “la gente vota y ganamos elecciones”. Sin embargo, este mecanismo
está puesto en evidencia y ha sido desnudado desde hace varios años en
Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, donde las elecciones se han convertido
en procesos manipulados de principio a fin por el oficialismo. Las “elecciones
libres y justas” son solo uno de los elementos esenciales de la democracia
establecidos en la Carta Democrática Interamericana, pero los regímenes
castrochavistas de la región violan todos incluido éste.
Las elecciones en Ecuador y en el resto de los países del SSXXI se
caracterizan porque han cambiado la constitución y las leyes electorales, han
suplantado los organismos electorales, han designado funcionarios de su amaño y
obediencia haciendo desaparecer la “imparcialidad”, han alterado los registros
electorales, modificado la organización territorial, el sistema de cómputo y
asignación de ganador; han habilitado votación en el extranjero y de
extranjeros ilegales, han manipulado el padrón electoral, han inhabilitado con
persecuciones judiciales, cárcel y exilio a varios candidatos, han dividido a
la oposición con presiones y prebendas, han restringido y/o suprimido la libertad
de prensa, han liquidado el financiamiento y la transparencia electorales, han
hecho aparecer mas votantes que habitantes posibles en edad de votación, usan
recursos de la corrupción y del estado ilimitadamente……en suma han quitado a
las elecciones su característica fundamental de “ser libres, justas y basadas
en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo”.
La manipulación de las elecciones las ha convertido en “un proceso
institucionalizado de fraude”, y permite a los dictadores del SSXXI manipular
los resultados agregándose votaciones por mas del 10% y disminuyendo el
respaldo popular real a la oposición en un porcentaje similar. Solo resultados
contundentes como el de las elecciones para la Asamblea Nacional de 2015 en
Venezuela y del referéndum 21 F de 2016 en Bolivia, con fuerte “control
electoral y movilización ciudadana” permiten evitar la consumación del fraude.
Los éxitos del fraude van desde las elecciones supuestamente ganadas por Hugo
Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela o Evo Morales en Bolivia, los innumerables
referéndums y elecciones locales en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua,
hasta el mas reciente fraude realizado de Daniel Ortega en Nicaragua.
En este escenario, Rafael Correa, que actúa como jefe de campaña y
principal vocero de Lenin Moreno-Jorge Glas, tenía todo previsto para dizque
ganar (o sea hacer como que ganó) en la primera vuelta, pero el fraude no le
alcanzó debido fundamentalmente a la movilización del pueblo ecuatoriano y a la
acción institucional del general Castro Ayala (ahora destituido), quien al día
siguiente de las elecciones dirigió una carta al Comando Conjunto de las
Fuerzas Armadas en la que expresó: “Ante los últimos acontecimientos que se
vienen observando a nivel nacional luego de que la ciudadanía hizo uso de su
derecho constitucional de elegir de manera voluntaria a sus dignatarios el
pasado domingo 19 de febrero de 2017, por medio del presente me permito
solicitar a Usted, mi Teniente General, se digne a convocar al Comando Conjunto
de las Fuerzas Armadas para analizar la situación actual y de ser el caso
realizar un pronunciamiento oficial, de manera urgente, sobre la participación
y responsabilidad de la Institución durante este proceso electoral,
considerando el respeto al orden constituido y a la voluntad del pueblo
expresada en las urnas".
El texto lo dice todo, fue una solicitud institucional en la cadena de
mando regular, en cumplimiento de funciones constitucionales de un comandante
que debe lealtad a su patria, a su nación y no al gobierno. Luego de destituido
el general Castro Ayala probó el fraude poniendo en evidencia que “las Fuerzas
Armadas no manejaron toda la cadena de la custodia de las papeletas de votación
en las elecciones pasadas”!!. Los militares juran a la Bandera como símbolo de
la Nación y por eso son Fuerzas Armadas de la Nación (del soberano que el
pueblo), no juran lealtad al régimen ni al jefe de estado; pero para vergüenza
de los mandos militares de Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador, solamente
un general ecuatoriano el general CASTRO AYALA, cumplió su juramento y por eso
la dictadura lo ha destituido –y si consuman el fraude- seguramente le
perseguirán buscando asesinarle su reputación.
Además de la venganza y el “precedente”, la destitución que Rafael
Correa realizó tiene el fundamental propósito de despejar los obstáculos para
perpetrar el fraude preparado para la segunda vuelta. Sin un comandante
institucionalista, sometido al “estado de derecho” y no al régimen, con mandos
reducidos políticamente y condecorados por el chavismo y el castrismo, con una
CNE asustada y servil, el fraude está de nuevo listo y ahora solo falta falsear
un poco de encuestas, ejercer control de prensa, evitar que salgan los nombres
de la corrupción de Odebrecht y otros casos, y tener observadores electorales
complacientes al régimen. El mundo observa y la diferencia es que AHORA sabe
que se trata de FRAUDE.
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