SOBRE SATURACIÓN PUBLICITARIA
Es sorprendente cuando un gobierno utiliza los medios de
comunicación para su uso y provecho
ideológico, doctrinario, totalitario y represivo como lo hace el gobierno
Castro Chavista, desde que asumió el poder en Venezuela, a partir de1999.
El charlatán de Sabaneta, haciendo uso de su carisma como encantador de
serpientes y entonando cantos de sirena, implementó el circo del Aló
Presidente, pero cuando se equivocó porque dijo que la frase, Con la Verdad ni
ofendo ni temo, era de Jose Martí, y lo
llamó un uruguayo y le dijo que esa frase la emitió el Prócer de Uruguay, Jose Gervasio Artigas,
hasta ese día filtraron llamadas a dicho circo.
Pero el utilizando frases rebuscadas, tomó una que según la emitió el
asesino soez y prosaico de La Cabaña, en Cuba. El Che Guevara, para hacer
una parodia en Venezuela, tratando de
demostrar que las cosas excepcionales que se vivían en nuestro país pudieran
repetirse continuamente, y la frase es la siguiente, “Lo extraordinario se
vuelve cotidiano”.
A lo largo de estos 17 años de régimen dictatorial que estamos viviendo,
desde la llegada del felon de Sabaneta, hemos visto que las cosas y hechos que
eran esporádicos, circunstanciales, y
fuera de lo común, se han vuelto parte de la vida diaria de los venezolanos, ya
que por ejemplo cuando algún presidente de la mal llamada cuarta república iba
a hablar en cadena nacional, la ciudadanía estaba a la expectativa de lo que
iba a decir el presidente, tendría que
ser algo importante dadas las ocupaciones del presidente y la gente esperaba
ansiosamente la cadena para informarse por boca propia del ciudadano
presidente. Caso contrario ocurre hoy día, ya que el ciudadano común, apaga el
radio o el televisor si no tiene la opción del cable, porque esta hastiado de
escuchar cosas insulsas e intrascendentes del arlequín del circo, que era
Chávez y ahora convertido y trasmutado
en el inmaduro.
Lo acontecido con los penales de Venezuela es otro caso rimbombante,
debido a que tenemos a una cantidad de
presos políticos, sometido a vejámenes permanentes, incomunicados como los de
la tumba, en cambio la ministra de asuntos penitenciarios, se regodea de su
amistad con los pranes, fotografiándose con ellos como testimonio de su
querencia y añoranza a la actitud delincuencial que practican y les extiende un
permiso especial para que salgan a vacacionar en las playas margariteñas, como
el expedido al Wilmito. Digno de Ripley, Cuando lo extraordinario se hace
cotidiano.
Otro caso que nunca se imaginó la fauna venezolana está relacionado con
lo protagonista que iba a ser en cuanto a los accidentes que han incidido
en las fallas para el suministro de
energía eléctrica, ya que las iguanas, los rabipelados y otros animales se
dieron cuenta de lo importante que son como actores para los funcionarios que dirigen la industria
eléctrica venezolana, quienes descargan su incompetencia, ineficacia e ineficiencia
en unos animales, que desde la llegada de Cristóbal Colon, hasta el
advenimiento del chavismo, habían pasado desapercibidos, lo cual demuestra la
poca observancia de quienes habían dirigido dicha industria hasta 1999. Pero
esto también demuestra el alto sentido de responsabilidad de los chavistas,
quienes con su ojo clínico y olfato de sabuesos, por fin dieron con la iguana
como la causa de los males que acontecen en el suministro de la electricidad.
Otros hechos están relacionados con la supuesta guerra económica y las
miles de expropiaciones y robos de empresas, industrias, hatos ganaderos,
haciendas, cultivos, que han originado la tremenda escasez de los diversos
rubros alimenticios, medicinas, bienes y
repuestos, como nunca antes había acontecido en la sociedad venezolana;
cuestión que ha incidido en que veamos a miles de venezolanos en variadas
acciones como las siguientes:
Es cotidiano ver a cientos de ciudadanos hurgando en los miles de
basureros esparcidos en las ciudades del país, buscando restos de comida para
paliar la hambruna.
Pareciese algo normal que los organismos competentes no se dediquen a
solucionar los problemas confrontados en los servicios públicos, de allí los
ingentes basureros en las ciudades, ya señalados.
Es cotidiano ver colas a toda hora en las ciudades venezolanas, en
abastos, supermercados, farmacias, centros comerciales casas de repuestos, en
la búsqueda de alimentos, medicinas y repuestos para artefactos de línea blanca
o para carros.
Es cotidiano el no conseguir baterías o cauchos para los vehículos.
Es cotidiano que los informes de las Juntas Médicas de los diversos
hospitales de Venezuela, señalen las muertes de infantes por falta de
medicamentos. Y que hospitales emblemáticos de Caracas como La Maternidad
Concepción Palacios y el Hospital Vargas, presten servicios a su más baja
capacidad por el deterioro de su infraestructura, equipos y dotación de
medicinas.
Pareciese cotidiano que en Venezuela mueran un aproximado de 30.000
ciudadanos, al año, por la delincuencia organizada promovida por el gobierno
comunista de Chávez y madura.
De todas estas colas hay algo positivo y es que ahora los venezolanos
han crecido en cuanto a la comunicación personal, o como se dice en el argot
popular, person to person, debido a que en dichas colas, el venezolano que las
frecuenta, se dedica a sociabilizar con los demás integrantes de la misma,
cuestión que posiblemente en la cuarta república no se hacía, debido a que no
había escasez de productos y las compras en los centros de abastecimiento eran
dinámicas y rápidas, pero ahora con la escasez de todos los días, los
ciudadanos en las colas empiezan
con los lamentos acerca de los problemas
que confrontan por la escasez de los productos y el alto costo de los mismos y haciendo elucubraciones
recuerdan la famosa palabra exprópiese y los que quieran patria vengan conmigo
a hacer la cola, cuestión que hace que la gran mayoría, sin querer, a pesar de la veneración que despertó el
felon de Sabaneta, en sus tiempos, con sus cantos de sirena y encantamiento de
serpientes, y con el barril de petróleo a 100 dólares, y sin hablar mal de él,
lo recuerda como el destructor de la patria de Bolivar. Por lo tanto no es
necesario poner carteles que diga que no se hable mal de Chávez, porque el
repudio a su legado ya forma parte de la cotidianidad en el ciudadano que sufre
la carestía y la escasez de medicinas y de los productos de primera necesidad.
Pero es cotidiano ahora en tiempos del chavismo madurista, que convictos
con prontuario, presidan el Tribunal Supremo de Injusticias.
También es cotidiano que la mayoría de quienes integran la peste
militar, integrantes del famosos Cartel
de Los Soles, que sustenta a este
régimen corrupto, este sindicado por La Dea, como distribuidores de drogas.
Pareciese normal y cotidiano que el Vicepresidente de La Republica, este
señalado por organismos internacionales como narcotraficante.
Es cotidiano que el gobierno anuncie la entrega de la vivienda millón y
medio, pero no quiere corroborar eso
mediante la entrega de los títulos de propiedad a los adjudicatarios.
En fin, estamos en el país de la cotidianidad al extremo que tenemos un
presidente vago, con un prontuario de reposero, que no trabaja y que lo
demuestra cotidianamente, cuando se encadena diariamente en cadenas de televisión, para echar cuentos
y hablar mal de otros venezolanos que no se comen sus cuentos ni se han dejado
encantar por la serpiente del socialismo del siglo XXI.
Por eso debemos insistir en que lo extraordinario no se hace cotidiano y
que las elecciones son algo normal en un país democrático y son la llave
maestra y la necesidad para salir de estos delincuentes, que han esquilmado a
este país llamado Venezuela.
Rubén G. Contreras G.
rubencontrerasg@gmail.com
@RubenContreras
Presidente Sociedad Bolivariana
Vargas - Venezuela
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