miércoles, 28 de octubre de 2015

JOSÉ VICENTE CARRASQUERO A., PODREDUMBRE ROJA

El panorama institucional venezolano es verdaderamente doloroso por lo trágico. La Constitución quedó como un simple objeto que se menciona cuando se considera necesario pero que se irrespeta permanentemente. El experimento de Chávez, consistió en mimetizar los poderes públicos con la estructura de su partido. Terminó siendo el germen de la corrupción más espantosa que se haya visto en Venezuela.

Las pruebas de esa corrupción brotan por doquier. No hay un solo aspecto de la administración venezolana en el que no se vea la mácula asquerosa que ha dejado un manejo egoísta de la cosa pública venezolana. El pueblo venezolano ha sido víctima de un saqueo inhumano. Uno al que no le importó dejar a la gente en estado menesteroso desde el punto de vista de su calidad de vida.
Junto al saqueo del tesoro público y de las riquezas del país hemos visto como se ha ido pudriendo la administración de la justicia. Este tenebroso camino lo inauguró Hugo Chávez en cadena nacional de radio y televisión cuando con un desparpajo inaudito exculpó a los pistoleros de Puente Llaguno al tiempo que condenó a los jefes de la Policía Metropolitana junto a unos funcionarios cuya culpabilidad no quedó claramente demostrada tal como lo sostiene el deshonesto ex-magistrado Aponte Aponte.
No podía ser de otra manera en un proceso político liderado por un individuo al que no le importó la muerte de soldados inocentes a los que llevó bajo falsos alegatos a ejecutar una de los más vergonzosas acciones militares de nuestra historia, como fue la fallida intentona golpista del 4F de 1992. Ya ese acto daba suficientes indicios de que estábamos frente a un personaje sin escrúpulo alguno que no dudaría en tomar cualquier acción por perversa que fuese con el fin de alcanzar sus nefastos objetivos.
En la línea de invención de casos con tal de justificar a un mal nacido proceso político son muchas las víctimas que han caído. Desde inocentes estudiantes, pensionados, amas de casa, pasando por usuarios de redes sociales y llegando a prominentes líderes políticos hemos visto cientos de casos de perseguidos por razones ideadas con el único propósito de sacarlos del medio.
Creados a la imagen y semejanza de Hugo Chávez, sus herederos se han manejado con todavía más maldad que su predecesor. Poco inteligentes e incapaces de maniobras políticas que mantuviesen aunque fuese la precaria gobernabilidad anterior, se dedicaron a usar el terror a gran escala para mantenerse en el poder. Ya vimos como para disolver los focos de protesta de 2014 usaron grupos paramilitares armados y custodiados por las fuerzas de seguridad del estado para arremeter brutalmente contra civiles desarmados.
Desde las más corrompida moral comunista han urdido acciones contra todo aquello que signifique una amenaza para ellos en lo grupal y personal. Es así como compraron medios de comunicación, violando la ley que ellos mismos promulgaron. Han perseguido periodistas, cerrando medios, impuesto medidas de presentación a un octogenario político de izquierda devenido en periodista, demandado penalmente a directores de medios por ejercer su función, encarcelando jueces porque al fallecido presidente no le gustó una decisión. En fin, una violación tras otra de los derechos humanos de muchos venezolanos que han sufrido las consecuencias de enfrentar el oprobio dictatorial de los enanos mentales que ostentan el poder en Venezuela.
Desde hace más de una década esta clase política decidió perseguir con saña y sin piedad a Leopoldo López. Primero lo inhabilitaron políticamente para evitar que con el ejercicio de cargos siguiera ganando reconocimiento de buen político y eficiente administrador. Una vez superada la inhabilitación decidieron ir por él por la vía de la trama creada por mentes enfermas que no reparan en obstáculos éticos, para acabar con la vida de quien sea, con tal de que ellos puedan seguir disfrutando las mieles del poder.
Me resultó verdaderamente asqueroso oír la entrevista que Nieves concedió a CNN. Una afrenta a la moral. Un triste espectáculo propio de las más degradadas cúpulas podridas que puedan haber azotado alguna vez al pueblo venezolano. Enterarse por boca de unos de los actores que personeros de la alta jerarquía del régimen están involucrados en este tipo de operaciones lo lleva a uno a pensar en las maquinaciones de las peores dictaduras que puede recordar la humanidad.
Uno se pregunta: ¿qué tienen estos individuos en el alma? Luego toca preguntarse si es que tienen alma. Por más maldad que pueda engendrar, no me imagino llevar a la cárcel a una persona de bien que tiene una familia por la que responder. Que tiene unos hijos que preguntan por él y que necesitan de su presencia. Ni hablar de una mujer que pensó en una vida llena de felicidad junto al padre de sus hijos.
El chavismo terminó degenerando en un proceso de involución que fue disminuyendo día tras día la calidad de vida de los venezolanos en todas las dimensiones que pueda imaginar. Nos ha sometido a un proceso que nos ha hecho cada vez más primitivos. Donde los sentimientos importan poco. Donde el lucro y bienestar personal están muy por encima del bien de la colectividad.
Este arcaico proceso político está condenado a pasar a la historia como un asunto del que todos querrán olvidarse. Sin embargo, habrá que hacer un esfuerzo muy importante para que quede un aprendizaje. Para que nunca se olvide en Venezuela que un encantador de serpientes nos puede llevar al abismo. Para que asimilemos de una vez por toda que los países no se construyen en base a las fantasías de personajes caudillescos.
Es tiempo de cambiar. Pero un cambio real. Un cambio que nos aleje del realismo mágico al que nos ha sometido la creencia de que podemos vivir de los altos y bajos de los precios del petróleo. Es necesario que los venezolanos tomemos el control para que los políticos terminen siendo lo que deben ser: unos servidores constreñidos a la voluntad del pueblo soberano al que representan.
Jose Vicente Carrasquero A.
botellazo@gmail.com

@botellazo

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