Hace
unos cuantos años, cuando en Venezuela existía una industria petrolera de
verdad y no el adefesio en el cual se convirtió gracias a la maravillosa
revolución bolivariana, se producían unas estupendas piezas informativas
llamadas "Petróleo en Gotas".
Si
mal no recuerdo, se trataba de micros audiovisuales de excelente calidad
creados por Maraven y que posteriormente Petróleos de Venezuela continuó.
Hoy,
el régimen chavista nos ofrece un espectáculo audiovisual distinto: el
"Dakazo en Gotas".
Su
objetivo educativo dista años luz de aquél 'Petróleo en Gotas'. En el 'Dakazo
en Gotas', lo que se busca es enseñarle al pueblo cómo alguien con poder puede
violar descaradamente todas las leyes e instrumentos jurídicos para hacerse de
manera ilegal con las pertenencias de otro.
Es
decir, el 'Dakazo en Gotas' enseña a robar. Más aún, enseña a que robar es
bueno.
En
el 'Dakazo en Gotas', ministros, fiscales y guardias nacionales llegan a un
mercado y ordenan el decomiso de toda la mercancía.
Supuestamente
las razones son que la mercancía tiene sobreprecio (en el mundo normal lo
llaman simplemente "legítima ganancia"), que los comerciantes son
unos especuladores (el verdadero gran especulador es el gobierno), que la
mercancía fue adquirida con dólares preferenciales (totalmente desaparecidos) o
que los precios no se ajustan a una cosa llamada "precios justos"
(generadores de actos injustos).
A
las quejas de los comerciantes por tal despropósito, la respuesta, muy típica
de regímenes totalitarios, es: “No hay factura que valga, nos llevamos toda la
mercancía por orden del presidente Maduro”.
Todos
estos operativos no tienen sino un motivo coyuntural de mucho peso: en menos de
un mes se celebrarán las elecciones parlamentarias y el régimen chavista anda
por el suelo en las encuestas. Busca de cualquier forma levantar puntos. La
demagogia y el populismo son sus armas preferidas, así sea que el país quede
después más destrozado que antes.
Sin
embargo, progresivamente el pueblo se ha ido dando cuenta de estas trampas.
Sabe que después de los Dakazos preelectorales lo que viene es más escasez, más
hambre y más miseria.
Retomando
el tema del petróleo, no deja de llamar la atención que para el oficialismo el
concepto de "precios justos" sí aplique para lo que produce y comercializa
la empresa privada en Venezuela, pero no para lo que produce y comercializa el
propio gobierno.
Por
ejemplo, el petróleo en Venezuela según el propio gobierno tiene un costo de
producción de $19 el barril. Su precio de venta actual está en aproximadamente
$38 el barril. Ya de hecho la ganancia para el gobierno es del 100%.
Pero
recientemente Maduro declaró que un precio de 40 dólares el barril no es el
adecuado "para efectos de garantizar las inversiones necesarias". Y
que el precio del barril "mínimo, mínimo, debe ser de 70 dólares". A
$70 el barril, la ganancia para el régimen chavista sería del 268%.
Y
es aquí donde yo me pregunto:
¿Cómo
es posible que a la empresa privada el gobierno le exija vender a "precios
justos" que suponen solamente un 30% de ganancia, mientras el propio
gobierno reconoce que un "precio justo" del barril de petróleo sería
aquél que refleje un 268% de ganancia? ¿La salsa del pavo no debería ser la
misma que para la pava?
¿Cómo
pueden hacer las empresas privadas para seguir ofreciendo productos a precios
que evidentemente están lejos de poder "garantizar las inversiones
necesarias" (Maduro dixit) a futuro?
¿Quién
es el verdadero especulador?
Preguntas
que por supuesto, no tienen ni tendrán respuesta de un gobierno que se ve
desnudado claramente en las lapidarias palabras dichas hace pocos días por una
mujer de pueblo enardecida en las afueras del Mercado Viejo de Coro:
"La
gente tiene hambre... nosotros queremos el cambio... aquí está el pueblo, con
hambre… que entreguen lo que tienen que entregar... ¡porque este gobierno ya
dio lo que tenía que dar!”
Por
lo visto, más que "en gotas", el chavismo se está diluyendo a
raudales.
Bernard Horande
bhorande@gmail.com
@bhorande
@APlumazoLimpio
Miranda
– Venezuela
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