ELEAZAR ONTIVEROS PAOLINI |
Comentario inicial por Luis Manuel Cuevas
Quintero sobre la autonomía cercada.
Es evidente que Autonomía y totalitarismo son
incompatibles.
Ante lo sucedido
recientemente en la Asamblea Nacional de Venezuela que sigue una hoja de ruta
de años para cercar las universidades, debemos reflexionar y pensar muy bien
sobre qué respuesta debemos dar todos y cada uno de los miembros de la
comunidad universitaria ampliada.
Celebro que al menos
ya hay una respuesta como la del Dr. Ontiveros Paolini que se suma a la emitida
por la Organización de ex-rectores de la Universidad de Los Andes, pero faltan
más, y ello, es urgente dado el campo
dialéctico que ha emergido con una violencia y una desmemoria preocupante en el
choque entre proyectos totalitarios, inercias mentales y autonomías
amedrentadas.
Es imposible entender
dentro de una inscripción de autonomía y de pensamiento libertario, la
impunidad moralista en la que actúan los intelectuales dogmáticos del gobierno
que convierten la Asamblea Nacional en una Asamblea de partido.
La tesis pars
destruens pars construens que intentan impulsar a través de la intervención
claramente pregonada -sin mayores formas del lenguaje y mucho menos de principios
y premisas sostenibles-, desde una
posición de falsa autoridad académica (que podemos discutir en debate abierto),
puede conducir a terminar de fragmentar un país gravemente desmembrado en sus
referentes culturales, ciudadanos, comunitarios, territoriales e
institucionales.
Hay rumores en Comala
y callar o susurrar, no es el mejor camino frente a un poder omnímodo y
despótico que ha venido construyendo un espacio para la implantación de una
ideología importada del Caribe.
Disfrazadas de leyes
las acciones organizadas desde la estructura del poder despótico, destruirán la
última de las Instituciones autónomas de la arquitectura nacional. O
enfrentamos este paso de las Termópilas con carácter, o sencillamente emergerá
un mundo distópico cuyo espejo cubano se quedará sin eufemismos y malabares de
las modas de los linguístas actuales, muy opaco para reflejar la imagen de un
cuerpo disforme claramente afectado por una metástasis intelectual.
Luis Manuel Cuevas Quintero |
La crisis de tiempos
y de espacios nacionales y regionales es evidente.
¿Podemos pensar y
actuar de conformidad a la autonomía que históricamente hemos construido y
construimos en una suerte de fusión de horizontes deseables del pasado y del
presente?
Contra lo que muchos
piensan, corren tiempos para pensar en una Reforma no sólo de la Universidad ,
sino de todo un sistema educativo sometido al poder del Estado colonizado por
una ideología.
Ésta Reforma
imaginada en sentido constructivo, deseable como proyecto de horizonte futuro,
como solución de continuidad a una crisis agudizada por las malas decisiones,
no puede ser espacio de subalternidad ni instrumento de una ideología de claros
resultados negativos.
Se nos exige entonces
pensar y actuar frente a las distorsiones comunicativas que forman parte de un
diseño del poder que se quiere imponer por encima de toda ley y de todo Derecho
consagrado en la Constitución.
Prof. Luis Manuel Cuevas Quintero,
Universidad de Los Andes-Universidad Nacional Autónoma de México
ELEAZAR ONTIVEROS PAOLINI, INGRATITUD
En momentos en que el
entusiasmo reina en el gremio por la inminente elección el miércoles, 11 de
noviembre, del nuevo Comité Ejecutivo de Apula, las directivas de las once
seccionales ordinarias y las directivas de cada una de tres seccionales especiales:
Táchira, Trujillo y la nuestra, la de
los profesores jubilados, sentimos como una punzada las posiciones tomadas por
los profesores Jubilados Guido Ochoa y Manuel Briceño, ambos diputados, en la
Asamblea Nacional , lo que ha generado una oleada de protestas reclamos y hasta
la aparición de mensajes irónicos por
parte de muchos universitarios, al considerar la desproporción y arbitrariedad
de lo propuesto por dichos profesores. De todas maneras, las elecciones se darán
de la mejor manera y llegamos a entender que su éxito es una respuesta
determinante a los desplantes y atrevimientos de los susodichos. Una vez más se
demuestra que los oficialistas enemigos de la Universidad denigran a tambor
batiente, pero ni siquiera tienen el atrevimiento de conformar planchas de PSUV
para medirse en el ámbito universitario, por saber de antemano que sufrirían
una contundente derrota, tal como sucedió en el Colegio de Ingenieros, donde la
oposición obtuvo aproximadamente el 80% de los votos.
A nuestra
universidad, en la cual es mayoría la oposición al Gobierno, este le ha dado grandes mordiscos motivados
por el resentimiento , por considerarla,
sin duda, un foco irritativo para
quienes gobiernan, incapaces de soportar una disidencia inteligente, de hombres
y mujeres con formación sólida y que por tanto no pueden ser metidos en el
redil de la insustancial, insípida, desabrida y arbitraria revolución, que
actúa, incluso, negando hasta los propios
principios básicos del marxismo, que se
suponía eran la base de sustentación ideológica y doctrinaria, para
sustituirlos por la corrupción, la ineficiencia, el canto agudo de la
arbitrariedad y el peso decisorio de la indigna
bota militar, que en vez de defender, como es su deber sustantivo , a la
Constitución , han puesto sobre ella sus pesadas charreteras, haciendo
prevalecer la prepotencia que como tal resulta de la propia adulancia de un
Gobierno que le da prebendas a diestra y siniestra, de manera tal que se
mantengan alejados de la posible tentación de un golpe. Sobresale la
ignominiosa decisión de que los uniformados ocupen más de 15.000 cargos
públicos, que por su naturaleza deben ser ocupados por civiles.
Dichas estas
generalidades, necesarias por lo demás, adentrémonos en considerar lo que nos
hizo distinguir al editorial de hoy con el título “Ingratitud”.
Cuenta la historia que el Condestable de
Castilla, Álvaro de Luna, que por tal mandaba en los ejércitos del Rey Juan II,
en una oportunidad en que, adentrado en el bosque en búsqueda de alguna pieza
de caza, encontró a un hombre muy compungido, con los ojos destruidos
horrorosamente. Curioso, desmontó de su caballo y le preguntó ¿qué te pasó,
buen hombre? Este respondió con ansiedad: yo siempre he criado cuervos y en una
oportunidad en que le daba de comer a uno de ellos, inesperadamente atacó mis
ojos y los destruyó. Dicen los narradores que ese fue el origen de la vieja y
muy conocida sentencia: “Cría cuervos y te sacarán los ojos”.
Se aplica, entonces,
para indicar la ingratitud, la desafección y el desagradecimiento de personas
que, habiendo recibido favores de alguien, lo desconocen o le pagan con
acciones injustas, indebidas o palabras que agreden.
Lo anterior viene a
colación por lo propuesto en la Asamblea Nacional por profesores de nuestra
Universidad, que forman parte de la bancada del Gobierno, generado un rechazo
masivo entre los universitarios. El profesor Guido Ochoa, ex - Decano de la
Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales, le pidió a la Asamblea , a viva
voz, y sin denotar ningún rubor, que se interviniera de una vez por todas a
nuestra universidad y que se demandara al cuentadante de la misma, el Rector,
alegando que, sin razón, se habían suspendido las actividades. Otro profesor,
Manuel Briceño, solicitó se sometiera a una auditoría, suponiendo
irregularidades administrativas y que, por otra parte, se le dejara de pagar a
los que no fueran a trabajar.
Ellos se olvidan que
construyeron su familia, lograron una casa, sedimentaron su vida, adquirieron
sus conocimientos, obtuvieron su título e incluso tuvieron toda la facilidad
para hacer postgrado en el exterior, al amparo de una Institución generosa que
hasta donde sabemos, no les negó nada de lo encuadrado en sus derechos como
profesores y que, por otra parte, es significativo, gozaron de unos salarios
satisfactorios que los libraron de tener
apremios en cuando a la satisfacción de
lo contemplado en la hoy llamada Cesta Básica, de la posibilidad de ahorrar, de gozar de dos
periodos largos de vacaciones y de viajes al exterior y de educar a sus hijos
sin muchos sobresaltos ¿No recordarán, o es que la amnesia los tiene
apabullados por tanto desapego, que la autonomía que hoy pretenden con ahínco
que se difumine en los bolsones prefabricados e inadecuados de las universidades
bolivarianas, fue el abrevadero donde desarrollaron su actividad política
contestaría, a veces con tonos altisonantes, sin sufrir acoso de ninguna naturaleza? Las razones de
la suspensión de actividades se conocen a la perfección pues han sido
difundidas por los más diversos medios; la universidad tiene una contraloría
interna que controla a priori y a posteriori y lo mismo hace la Contraloría
General de la República , la cual, a la
hora que lo quiera puede revisar las cuentas de la Institución , lo que quiere
decir que de haber alguna irregularidad, ella, la Contraloría , la estaría
cohonestando por su incapacidad de controlar; demandar al cuentadante de la
universidad, el Rector, es arbitrario, pues la suspensión ha sido convocada por
el gremio y no por la Institución , aunque sabemos que personalmente él ha
estado de acuerdo con las directrices del Comando Intergremial, al igual que
todos los miembros del Consejo Universitario, exceptuando, por supuesto, a los
voceros del Gobierno que actúan más en función de las órdenes que provienen de
fuentes conocidas y no con base a la interpretación crítica de los problemas
universitarios. ¿No recordarán que cuando ordinarios, si bien había agitación
política, en ningún caso se enardeció la protesta porque hubiera salarios
insatisfactorios como los de hoy, falta de insumos o presupuestos
desproporcionadamente deficientes? ¿No
sería lo procedente que, de notar alguna irregularidad en la Universidad , como
diputados y a la vez egresados de ella gratuitamente y sin discriminaciones,
las discutieran en el Consejo Universitario de manera constructiva, previa
solicitud del derecho de palabra? Pero no, priva la obcecación opiácea de una
revolución de papel, alicaída, a la que sólo sostiene la arbitrariedad, la
sumisión de las fuerzas armadas y los pocos dólares que ingresan por la venta
de petróleo, soslayando lo que en la universidad aprendieron del valor de la
disidencia y del principio de la inexistencia de valores absolutos. ¿Se
olvidaron acaso de que la universidad tuvo siempre por norma dado que ello es
parte de su esencia, la actitud contestaría crítica y la concepción de que la
democracia es un sistema de disensos donde el único consenso posible es
sentarse a discutir la razón de los disensos?
Lo que pasa es que no
soportan que la universidad no incline la cerviz al Gobierno ▬ por lo cual
pelearon en su época ▬, máxime cuando saben a ciencia cierta que en su seno no
ganarán nunca una elección. Conocemos la banal y hasta infantil justificación
de su ingratitud, la cual sin rubor la esgrimen día a día los supuestos
revolucionarios, y que está dada por decir que cuando luchaban como
contestatarios, lo hacían contra un gobierno burgués, apátrida y corrupto, pero
ahora no es así, porque el gobierno es otro, uno impoluto, que no tiene fallas
de ninguna especie y que por lo tanto no debe ser atacado de ninguna manera, ya
que hacerlo es ir contra la propia
historia, el sentido común y ,consecuencialmente, contra el pueblo ¿…? Que
vulgar pretensión de hacer que razonamiento tan banal, tan trivial y baladí sea
asimilado como cierto por los que libres de la obnubilación y de la compra de
castillos esperanzadores, de promesas de nirvanas en la tierra, se oponen a los
procedimientos y concepciones políticas, ya bastante arcaicas, vetustas y
añosas, inadecuadas para enfrentar la solución de problemas en cualquier
sociedad moderna. La actitud de nuestros
profesores diputados, por otra parte, denotan desprecio por quien los cobijó. Esto
es tan cierto que cuando critican a la universidad respecto a los presupuestos,
aleganado su desconsideración al no ponderar la disminución sustancial de
dividas por las bajas del petróleo, esconden el hecho de que cuando los precios
eran boyantes, llegando a sobrepasar los 100 $ por barril de petróleo, se
mantenían las mismas deficiencias y se recondujeron los presupuestos desde el
2007.
El otro argumento
absurdo y por tal infantil, es el propugnar como una verdad incontrovertible,
que las Universidades de acuerdo con el imperio, es decir, en confabulación con
el pentágono, encabezado por el Presidente Obama, pretende implantar en
Venezuela otra Libia, Siria o Afganistán, países que tienen en común estar
sumidos en guerras atroces.
La guinda de la torta
está dada porque los diputados, supuestamente universitarios, lo que debieron
haber promovido, conjuntamente con su asistencia al Consejo Universitario, era
algo sensato: que la Asamblea invitara a las autoridades de cada institución
para conocer a profundidad los problemas, intercambiar ideas y, en
consecuencia, generar las formas más democráticas y adecuadas de resolver los
problemas. Pero no. La verdad la tiene siempre la superdotada bancada del
gobierno y por lo tanto nadie tiene que ser consultado para tomar sus
decisiones; ella lo sabe todo.
Pero aclaremos. La
Universidad , dado que parte de su esencia está en considerar que no es como
institución infalible y perfecta en su funcionamiento, es por tal autocritica,
proclive a considerar con propiedad sus fallas, sus errores, sus posibles focos
de incompetencia, única manera de dimensionar con propiedad los correctivos. Y
también recibe como algo positivo las críticas externas que de determinarse
como razonables pueden ayudarla, inducirla a diseñar correctivos apropiados.
Resulta entonces, quizás como corolario, que los problemas no se pueden mostrar
con una generalidad que difumina cualquier apreciación objetiva, tal como lo
han hecho los profesores diputados. Todos los problemas tienen que ser
precisados, pues precisas deben ser las soluciones. Es lo que debió haber
sucedido y debe suceder. Lo demás son demostraciones de resentimiento, de
animadversión, animosidad y tirria ante lo que se escapa de sus manos y que, en
consecuencia, nunca se prestará para aupar o defender procesos rayanos en lo absurdo
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Ontiveros Paolini
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Manuel Cuevas Quintero
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