Como todos los años, las instituciones de la
Comunidad Judía Venezolana realizaron el 10 de Noviembre un acto para rememorar una de las mayores tragedias
de la humanidad denominada “La Noche de los Cristales Rotos” (Kristalnacht).
Esta manifestación contó con la presencia de destacados Embajadores acreditados
en Venezuela; Rectores Universitarios, miembros de la Comunidad Hebrea pero
especialmente de representantes de las jóvenes generaciones venezolanas para
que al conocer detalles de este oscuro episodio, puedan enfrentar la locura de
Gobernantes nefastos que realizan persecuciones contra aquellos que piensan
distinto.
9 y 10 de Noviembre de 1938 fueron dos días y
dos noches de terror; de profunda humillación para la raza humana; de violencia asesina realizada por millares
de verdugos de la SS, de la SA, de la juventud Nazi que realizaron sus
atropellos mortales ante unas fuerzas policiales a las que se les ordenó no
intervenir para darle rienda suelta al odio anti-judío. Fueron horas
interminables en las que la manipulación y
la mentira promovida por los agentes de la propaganda nazi encabezados
por Goebbels atentaron contra la población hebrea; fue la noche de la
complicidad cuando millones de individuos
prefirieron mirar hacia otro lado; fue la noche en que gobiernos del
mundo mostraron apatía ante la barbarie perpetrada contra 500.000 judíos
alemanes, mientras que para éstos, fueron noches interminable de lagrimas, de
desesperación y para algunos, de suicidio.
Fue tan dramática esa
brutalidad que la sola mención de
KRISTALNACHT nos hace que transcurridos
77 años, todavía hoy temblemos. Es por ello que al traducirla en español se le
incorpora un adjetivo más característico al denominarlo: “La Noche de los
Cristales Rotos”.
Los “cristales rotos”
se refiere a los vitrales de más de 1.406 sinagogas de Alemania y Austria
destrozados e incendiados; a las vitrinas rotas de los negocios hebreos
obligados a anunciar en carteles visibles que se trataba de locales de judíos,
y que durante esas noches fueron sometidas al vandalismo. El historiador Dan
Diner se refiere a estos actos como la “catástrofe antes de la catástrofe” ya
que después de esa noche se dio el inicio
del asesinato sistemático de los judíos que luego se extendió al resto
de Europa con la deportación masiva
a los campos de exterminio
de 6 millones –entre otros- Auschwitz, Buchenwald, Dachau, Treblinka,
Sobibor, condenados a la muerte por un
sistema judicial del horror que produjo el fin del Estado de Derecho; la
“aprobación” de leyes ilegitimas como las de Nuremberg; las vergonzosas
mentiras del Ministerio de Propaganda; las definiciones como “apátridas” a
todos aquellos que disentían de las proclamas de “amor de Hitler”; la utilización de las milicias Nazis a través
de la Sturmabteilung (SA), que arrasaron con tiendas de judíos, de escuelas, de
hospitales bajo la mirada cómplice e indiferente de los militares, policías y población en general –
construyendo un mecanismo de odio, que luego también operó contra políticos de
oposición, gitanos, eslavos, minusválidos, homosexuales y por supuesto, judíos
de toda Europa.
En mis palabras como
orador de orden y como Ex Embajador de Venezuela en Israel, además de lamentar
que hace 7 años el régimen no tiene relaciones con Israel, resalté que el pueblo
venezolano siempre constituyó una tierra
de asilo para judíos, musulmanes, ortodoxos, agnósticos, y que la población
venezolana -tanto antes como ahora- admira al pueblo heredero de las Leyes de
Moisés, y rechaza con preocupación el antisemitismo camuflando la judeofobia de
algunos sectores oficiales que representan un peligro para la libertad.
Milos Alcalay
milosalcalay@yahoo.com
@milosalcalay
Caracas-Venezuela
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