Eso
se puede ver en cualquier mercado popular cuando la ama de casa procura estirar
el sueldo y adquirir los alimentos. Y si usted entra en algún centro comercial para ver las vidrieras, le aseguro
que sale con los cabellos parados como si fuera una comiquita, cuando observa
lo que cuesta vestirse.
También
se puede ver en el “apuro” que tiene el gobierno, quien sabe perfectamente de
las encuestas que hablan sobre la intención de voto del venezolano y predicen
la derrota en las próximas elecciones parlamentarias, es una realidad muy
difícil de revertir.
Ese
apuro al que me refiero, usted lo puede ver cuando los principales jerarcas del
gobierno salen por el canal ocho-el cual ha sido tomado por asalto-, tratando
de justificar la pésima situación que estamos viviendo y se transforman en
seres violentos que vomitan tripas azules contra la oposición, se convierten en
chismosos de farándula policial y presentan
campañas contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez, de Rómulo Betancourt
y hasta del apacible Rafael Caldera.
Entonces, ponen frente a las
cámras de televisión un rostro confuso, procurando dar optimismo en medio de una tragedia inminente.
Me
parece que intentan sacar el agua del barco con una angustia de ahogado, pero
entra tanta agua que los peroles empiezan a flotar: Cómo van a pintar un cuadro
bonito en 25 días, cuando se han pasado 16 años expropiando, atacando al
empresariado, promoviendo la autocracia, nadando en la corrupción, desmotivando
la inversión, soltando sapos y culebras mientras fomentan la división nacional,
promoviendo sus propias importaciones que afectan al productor nacional y con
controles por todas partes que afectan las libertades económicas. ¿Con qué
posaderas se sienta la cucaracha-como decía mi abuela Pía-?
Muchos
militantes de base se comen el cuento, que somos víctimas de una guerra
económica y entonces, hablan de la pensión que reciben; del modulo barrio
adentro que casi siempre anda sin pacientes; de la misión vivienda que no llega
a Uchire, ni a Clarines, ni a Piritu, ni a Valle Guanape y procuran defender un
comunismo de hambre. Pero, no es suficiente: La inflación, el
desabastecimiento, el alto costo de la vida tiene a las familias contra la
pared. Y por supuesto, mucha gente que se escapa del fanatismo partidista puede
ver con claridad el desmadre comunista.
Para
colmo de males, sus candidatos “meten la pata” cuando declaran que es sabroso
hacer cola y que comerán piedras fritas si es necesario para defender la
revolución: una torpeza demasiado grande que hizo crispar las voluntades y
llenar el espectro de vulgaridades.
Yo
digo, que este 6 de diciembre se votará para definir lo que los venezolanos
quieren como sistema para vivir. O le dan su aprobación a seguir apoyando al
comunismo propuesto por el gobierno; o por el contrario, le dirán que no
aceptan más este camino de pobreza absurda y forma de gobernar, para abrir el
juego hacia una democracia de nuevo tipo.
Si
el gobierno pierde las elecciones estará en una posición no de dictadura cívico
militar para gobernar, como decía Maduro; sino de entender que debe reconducir
su gestión y asumir el cambio necesario, empezando por su añejo gabinete y
cambiando de actitud. No será fácil, porque tienen que cambiar de paradigma y
reconocer el fracaso económico. Tienen que reconocer que han dejado un país
devastado.
Luis
Alfredo Rapozo
luisalfredorapozo@gmail.com
@luisrapozo
Anzoategui
- Venezuela
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