Sostiene el Gobierno Nacional, que “al pueblo
lo que le ha faltado son los productos que controla la burguesía (….) siendo
necesario abordar el proceso de distribución”, apuntalando dicho planteamiento
con el siguiente texto que debe ser colocado en la vidriera del establecimiento
supervisado: “En línea con lo estipulado por el Comando Nacional de Precio
Justo de la mano con el Ejecutivo Nacional, procederemos ajustar los precios de
nuestros productos en un -30% para garantizar al pueblo el acceso de nuestros
bienes y servicios”. Tal accionar, representa un manifiesto solapamiento de la
inflación como motor de la inestabilidad
económica impulsada por deficientes políticas en materia monetaria y fiscal (e
ideológica), que ahora intentan revertir (mediáticamente) apelando de nuevo al
control artificial de precios y ganancias ¡para toda la economía! restando
importancia al efecto negativo que tiene sobre el funcionamiento del aparato
productivo nacional al tiempo de castigar a la sociedad con escasez y
desabastecimiento; hasta asumir con descarado reduccionismo que la culpa del
actual desastre económico recae en el sector privado (¡!) en teórica
complicidad con “industriales y comerciantes especuladores”; cuyo enfoque es
difícil de “entender” ya que estos actores del proceso reciben (algunos)
divisas mediante autorización y supervisión gubernamental, que en tal caso
convierte a la burocracia en “cómplice
necesario” para poder delinquir en contra del bienestar nacional, encubriendo su
nefasto accionar con la simpleza de instrumentar como “política publica” la
fijación de un margen máximo de ganancia del 90%, correspondiéndole al
productor un 30% sin alternativa de variación so pena de clausura o cárcel.
En respeto al ejercicio profesional de la
economía, no entramos a evaluar las utópicas bondades del PMVP ya que
estaríamos contribuyendo al apuntalamiento de la externalidad en cuanto a que
la culpa del desastre económico no recae en el Gobierno ¡sino en otros!
facilitándole no dar explicaciones al ciudadano sobre las imperfecciones
generadas por su mal adelantada “política económica” y sobre las estrategias
que debe instrumentar en aras de contener la vertiginosa caída del bienestar de
la población a la luz de una hiperinflación que vuelve migajas la confianza en
el bolívar, la calidad de vida y la movilidad social propiciada por la persecución implacable de un
socialismo abiertamente rechazado por la realidad histórica; amparada dicha
absurda intención por un militarismo implícito que cede sus conceptos transversales en pro de compartir
el poder, como es el caso tanto del denominado Estado Mayor del Plan de
Recuperación Económica de enero 2015 (Generales y Jefes de todos los ramos que
componen una división, y punto central donde deben determinarse y vigilarse
todas las operaciones) conducido personalmente por el Presidente de la
Republica (¿en su condición de Comandante en Jefe?); así como por el recién
creado Comando Nacional de Precios Justos (pequeño grupo de tropas de choque,
destinado a hacer incursiones ofensivas en terreno enemigo) que enfrenta,
inferimos, a un rival imaginario que según el oficialismo recibe apoyo externo
de los EEUU (¿?) e internamente de la burguesía (¡!); que de ser cierto nos
haría temer sobre un indeseable conflicto bélico en el campo real habida cuenta
de no haber podido “derrotar al enemigo” en un simulacro de guerra luego de más
de 13 años de pleno control de la economía, donde vienen imponiendo un precio
máximo que genera pérdidas de rentabilidad estimulando el deseo de abandonar la
“lucha” hasta reducir la oferta
(producción) del respectivo sector (mas escasez).
En la presente crisis, surge la pertinencia
de resaltar algunos problemas de nuestra economía que por sabidos se callan y
por callarse se olvidan tales como que reflejamos la inflación más alta del
mundo con obvio efecto sobre el incremento de los precios; que experimentamos
una persistente escasez de bienes y largas colas para poder adquirir (los que
tengan suerte) la poca oferta resultante de la ínfima producción nacional ante
la obviedad de no contar el empresariado con divisas para importar materia
prima (y mucho menos para la innovación y actualización tecnológica), no
compensada por la ineficiencia del aparato productivo dependiente del sector
público; que el crecimiento excesivo de la liquidez monetaria a la luz de la
continua emisión de dinero inorgánico por parte del BCV ha propiciado que
supere su capacidad de uso incidiendo por ende en su poder de compra; que luego
de una larga vigencia del control de cambio (05/02/2003) originalmente
“fundamentado” en evitar la fuga de divisas y controlar el precio de los
alimentos, hoy se observa un claro fracaso de ambas intenciones habiéndose
“fugado” una cifra superior a los 300.000 millones de US$ al tiempo de reflejar
una torpeza de la “dictadura cambiaria” tanto en materia de importaciones como
en facilitar las “bondades” de un mercado paralelo que convierte un dólar preferencial
(liquidados con supervisión gubernamental) en el mejor negocio posible en
Venezuela para aquellos con tentáculos con el poder ( más del 40% de los
honestos importadores deben ir al paralelo).
Resulta oportuno recordar, que el control de
cambio arrancó con una tasa de Bs 1.600/$ (2003) que varió hasta Bs 2.150/$
(marzo 2005) en devastadora paridad que ocultaron con el artificio contable de
la eliminación de tres ceros de la moneda mediante el proceso de reconversión
monetaria ejecutado por el BCV, de donde emergió por arte de magia
financiera una tasa de ¡¡ Bs 2,15/$!! de
nulo impacto favorable sobre el desenvolvimiento económico pero hábilmente
utilizado como estandarte mediático de una “justa paridad cambiaria”, que aún
hoy día está propiciando, con sobrada razón, que suenen sirenas de alarma
cuando nos acercamos a una paridad de Bs 800/$ ya que en retrospección equivale
a unos Bs 800.000/$.
En fin, el Gobierno recurre a la estrategia populista más
sencilla: acusar a los industriales y comerciantes de estar boicoteando la
economía; pero de crear las condiciones para inducir una mayor y mejor oferta
nada se dice ya que solo les interesa mantenerse en el poder ¡¡como sea!!
Jesús
Alexis González
jagp611@gmail.com
@jesusalexis2020
Miranda
- Venezuela
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