Uno se va cansando de tener un presidente que
es motivo de burla universal. La gente no sabe si tomarlo en serio o si por el
contrario dejar pasar sus declaraciones. El discurso errático y a veces sin
sentido hace pensar que el chavismo cree que la popularidad crece con la sola
presencia en televisión. Para hablar hace falta tener una buena base de datos
de cosas que decir y además, haberse entrenado bien en esto de hacer uso de la
palabra, sobre todo frente a los medios de comunicación.
Como muestran las encuestas, el rechazo a Maduro es bastante grande. Cuatro de cada cinco venezolanos lo culpan de lo que está pasando en Venezuela. Peor que eso, la inmensa mayoría de los venezolanos no espera del primer mandatario las soluciones que el país necesita. La imagen de Nicolás se ha desgastado porque la gente se cansó de oírlo vociferar, amenazar, prometer y no cumplir.
En ese sentido hace falta mencionarle a
Maduro algunos puntos que hacen indetenible su caída. Comencemos por lo que
considero esencial. La sola mención de Chávez no es suficiente para recuperar
la confianza en tu gestión. A nadie le gusta que lo pongan a pasar trabajo.
Lamentablemente, tu gobierno ha llevado la calidad de vida del venezolano a una
situación muchísimo peor que la que encontró esta clase política en 1999. Hace falta
tomar medidas arriesgadas que reconduzcan el rumbo de una economía que empeora
día tras día haciéndonos perder competitividad internacional y presencia en el
concierto de las naciones.
Es menester informarte que la Constitución le
atribuye al cargo que desempeñas, la obligación de cumplir y hacer cumplir la
legislación venezolana. Cuando en un arranque de fingida bravuconería se te
ocurre la brillante de idea de decir que si pierdes la asamblea, como
efectivamente pasará, vas a formar un gobierno cívico militar y no se que otro
cuento, estás faltando a esa Constitución que tu predecesor impulsó en 1999. En
un país serio, y no en el circo en el
que tú lo has convertido, el resto de las instituciones habrían accionado en tu
contra o al menos te hubiesen llamado la atención. Vale la pena decir que por
mucho menos de eso, tú y tus esbirros han ordenado apresar a cientos de
venezolanos.
En un ataque de bipolaridad discursiva,
amenazas a Lorenzo Mendoza con la cárcel al tiempo que pides a los empresarios
aumentar las exportaciones. Debo informarte que tu gobierno carece de forma
absoluta de la capacidad de generar la confianza necesaria para que los
empresarios inviertan. También es necesario instalar un gabinete económico ya
que tu administración carece de uno. Tienes a unos individuos que sumados no
hacen un estudiante a punto de aprobar el primer semestre de economía. Aunque
no lo creas, del lado de la izquierda que dices representar, hay economistas
que saben lo que hay que hacer para cambiar la ruta al despeñadero en la que
metiste a Venezuela.
Maduro, la confianza no se exige. Uno genera
en la gente sentimientos que los llevan a sentir que somos o no personas en las
que se puede creer. Te ha dado por bloquear, aunque no te corresponde, la
observación electoral que todo el mundo exige. Si como dice tu delegada para
asuntos comiciales, tenemos el mejor sistema electoral del mundo, se te
presenta una oportunidad de oro para demostrarle al planeta tu compromiso con
la democracia. Al menos para que algunos crean.
Cuando en tus discursos dices que si la
revolución pierde vendrán tiempos de masacre cometes varios errores. El que
menos te importa es que vuelves a violar la Constitución que juraste defender.
Segundo, estás cometiendo un delito peor que el que le indilgan tus huestes
judiciales a los presos políticos. Eso te deja ante el público como un tipo
lleno de contradicciones y por lo tanto poco creíble. Finalmente, te enfrentas
el efecto boomerang, es decir, la gente te va perdiendo miedo porque te percibe
como un hablador de sin sentidos que nunca cumple lo que promete.
Maduro, para la mala suerte de muchos, tu
ocupas un cargo que debe ser ejercido en pro de todos los venezolanos. No es
pueblo el que está contigo y enemigo el resto. Esas enseñanzas de Fidel no
funcionan en estos momentos en los que no tienes dinero para respaldar tu
populismo barato. Las encuestas te lo
demuestran. El rechazo a tu gestión es sideral. Incluso, muchos de los pocos
que te apoyan piensan que tu gestión es un desastre.
Eso de ganar las elecciones como sea te quedó
pésimo. Andar sembrando pánico entre la gente se llama terrorismo. Cuando se
hace como una práctica que viene del alto poder con la anuencia del resto de
las instituciones se llama terrorismo de Estado. La verdad es que pareciera que
estás haciendo todos los méritos para ser juzgado ante tribunales
internacionales por crímenes contra la humanidad.
Finalmente y para no agotarte, no hay manera
de que tu partido gane las elecciones si la gente percibe que tu no tienes lo
que se necesita para resolver los problemas que los afectan. Lo que te queda es
tomar medidas necesarias. Por supuesto, las previstas en la Constitución.
Tienes que ver como haces para gastar menos, para mejorar la capacidad
adquisitiva del venezolano, resolver de una vez por todas el problema del
abastecimiento, detener la devaluación continua de la moneda, enfrentar a la
delincuencia y el narcotráfico y rodearte de gente que sepa de electricidad, de
economía, de seguridad, de relaciones internacionales, etc. Tienes que borrar
de la mente de los venezolanos que en realidad no te interesa desempeñarte en
el cargo como un presidente sino como jefe de una facción.
De otra forma Maduro, lo único que te queda
es renunciar o esperar que el pueblo te revoque. En todo caso, tu suerte está
en tus manos.
Jose
Vicente Carrasquero A.
botellazo@gmail.com
@botellazo
Miranda
- Venezuela
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