miércoles, 4 de noviembre de 2015

LUIS EDUARDO MARTÍNEZ HIDALGO, ARCOIRIS

El pasado domingo, regresando de visitar –acompañando a Larissa en su campaña como candidata a diputada a la Asamblea Nacional- comunidades del delta medio, nos sorprendió un arcoíris.

Habíamos comenzado muy temprano el día abordando, junto con activistas de varias organizaciones partidarias, en El Volcán, embarcadero sobre el Orinoco que bien refleja el abandono en el cual este gobierno mantiene a nuestros hermanos indígenas, la lancha que nos transportaría.
No más llegar, decenas de mujeres y niños waraos, nos rodearon para hacernos conocer sus penurias que son muchas y de las que ya sabemos suficientemente después de haber compartido con tantos en el bajo, medio y alto delta. Hambre, pobreza extrema, carencia de lo más elemental –sin servicios públicos, asistencia de salud, escuelas que funcionen-, son la marca de esta región de belleza superior y con un potencial extraordinario para el turismo y la producción.
Atrás quedaban El Consejo, Los Rastrojos y Boca de Araguito, con su gente que nos recibió con afecto, abrió las puertas de sus casas y confió una y otra vez su esperanza que el país cambié para mejor “por nuestros hijos, por nuestros nietos”.
En las tres comunidades celebramos reuniones que se dieron casi espontaneas en locaciones tradicionalmente utilizadas por el oficialismo, decoradas con afiches del PSUV con los ojos del comandante eterno que nos veía fijamente, con lugareños tocados con gorras y/o franelas gorras. En las tres, avisados de nuestra venida, funcionarios de la gobernación del estado advirtieron que quien nos atendiera perdería el empleo –es el gobierno el primer empleador de Delta Amacuro-, la beca, la ayuda, pero de nada sirvieron las amenazas porque igual acudieron a nuestro encuentro para desahogar sus desencantos.
“Hace meses que echaron unos planchones para construir viviendas y más nunca volvieron” denunció una; “tenemos meses sin luz porque no se consigue combustible para la planta” señaló otra; “las cuatro lochas que nos pagan no alcanza para nada” comentó un hombre que confesó trabajaba con la Alcaldía; “los piratas son ahora los dueños del río y matan a los nuestros por un motor” indicó un pescador; “la gente se muere de mengua porque no hay médicos ni enfermeras y un barco-hospital que compraron por un realero se está hundiendo en el puerto” señaló una miembro de consejo comunal.
En nuestro recorrido pasamos a poca distancia de Barrancas del Orinoco y por breves minutos entró señal de movistar. Adicto que me he vuelto a la telefonía celular, consulté rápidamente mensajes y correos y me encuentro uno en el cual me remiten las dos últimas encuestas de IVAD y DATINCORP. Logré abrirlas y dar una primera mirada a sus resultados, casi idénticos.
Más del 90 % de los entrevistados califican negativamente la situación del país; por encima del 70 % atribuyen la responsabilidad de lo que sucede a la gestión gubernamental mientras que un porcentaje similar manifiesta que la paciencia del pueblo se agota; 61,33 % en DATINCORP opina que fue un error del Presidente Chávez la selección de Maduro como su sucesor; cerca del 80 % indica que votará en las inminentes elecciones parlamentarias y mientras en una de las encuestas los candidatos de la oposición superan por más de veinte puntos a los del oficialismo en la otra la ventaja trepa hasta veinte y cinco.
“Mija –le dice en alta voz a Larissa una mujer a quien apodan boca e’trueno y que se reconoce oficialista- ustedes tienen mucho chance pero pónganse mosca porque esos bichos son mañosos”.
Según unos, el arcoíris es símbolo de buena suerte, según otros de paz. Al ver el que nos acompaña al final de la jornada, los pasajeros de “Deltanisima” coincidimos en que la suerte del pueblo venezolano cambiará en breve y, con el favor de Dios, será en paz.
Luis Eduardo Martínez Hidalgo
vicerrector.ugma.unitec@gmail.com
@rectorunitecve
Monagas - Venezuela

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