Hoy quiero hablarles brevemente sobre la
laguna de Unare, en Boca de Uchire, El Hatillo, La cerca; la cual está
necesitada de protección, atención y mucha conciencia ecológica.
No pretendo profundizar para decirles que es
muy bonita con 246 especies de aves residentes y transeúntes, que ocupan sus
espacios. Tampoco voy a profundizar sobre los detalles de la explotación del
camarón y la convivencia de una variada fauna y flora que cautiva a cualquiera,
favoreciendo el turismo, en medio de un paisaje encantador que se repite en la
laguna de Píritu, de Tacarigua, en Falcón , en países africanos y de otras
zonas tropicales con similares condiciones en Asia.
Hace pocos días fui de visita a Uchire y pude
observar la devastación de unos manglares que se encontraban tan pronto se
pasa la Boca de La Mora, que es la
entrada natural que tiene la laguna con el mar. Da mucha tristeza que el hombre
tenga ese proceder injustificable. Pues, destruir los manglares-cosa que se
enseña en la escuela-, es romper el ciclo del camarón, quitarle el hospedaje
natural que tienen las aves en su proceso de reproducción y nido; es fomentar
la sequía, es destruir la vegetación que alimenta iguanas y otros pequeños
reptiles, y por supuesto se evidencia el atropello general al ecosistema de
allí. Naturalmente, es un delito ambiental sobre la mesa.
Antes de pasar el puente la Mora, también se
puede observar como el hombre-uso el concepto genéricamente-, está realizando
rellenos con escombros al margen derecho para quitarle espacio a la laguna,
seguramente-me parece obvio- con fines urbanísticos en el tiempo de la
distancia.
Cuando observamos estos acontecimientos,
entonces también pensamos en las aguas negras de los distintos urbanismos, que
se encuentran en sus riveras y echan a la laguna, contaminando sus aguas y
ocasionando la desaparición y mortandad de peces y otros animalitos. Entonces,
uno termina pensando, que no tenemos una policía ambiental que cuide ese
reservorio; que efectúe control sobre el área y que vigile el santuario de aves
que allí vive.
La laguna de Unare es uno de los 37 sectores
especiales de la zona marino costera que requiere protección para cuidar su
aspecto geográfico, acuicultura y pesca. Hay un gran número de leyes y decretos
a los cuales se les puede echar mano para proteger nuestras lagunas; el asunto
me parece, es que no hay personal, recursos, disposición y por supuesto
organismo e institución que se encuentre funcionando debidamente, para hacer
cumplir las mismas y evitar que nuestra preciosa laguna-incluyo también la
laguna de Píritu-, se convierta en el futuro cercano en un inmenso vertedero de
muerte, de aguas negras, etc., que las próximas generaciones se lamentarán de
tener.
En tal sentido, tal vez es posible que las
Alcaldías de Peñalver, San Juan de Capistrano ejecuten mesas de trabajo para
accionar sobre el tema disponiendo de recursos, personal de vigilancia y
colaboración científica permanente.
Luis Alfredo Rapozo
luisalfredorapozo@gmail.com
@luisrapozo
Anzoategui - Venezuela
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