miércoles, 4 de noviembre de 2015

LUÍS ALFREDO RAPOZO, PROTECCIÓN PARA LA LAGUNA DE UNARE

Hoy quiero hablarles brevemente sobre la laguna de Unare, en Boca de Uchire, El Hatillo, La cerca; la cual está necesitada de protección, atención y mucha conciencia ecológica.

No pretendo profundizar para decirles que es muy bonita con 246 especies de aves residentes y transeúntes, que ocupan sus espacios. Tampoco voy a profundizar sobre los detalles de la explotación del camarón y la convivencia de una variada fauna y flora que cautiva a cualquiera, favoreciendo el turismo, en medio de un paisaje encantador que se repite en la laguna de Píritu, de Tacarigua, en Falcón , en países africanos y de otras zonas tropicales con similares condiciones en Asia.

Hace pocos días fui de visita a Uchire y pude observar la devastación de unos manglares que se encontraban tan pronto se pasa  la Boca de La Mora, que es la entrada natural que tiene la laguna con el mar. Da mucha tristeza que el hombre tenga ese proceder injustificable. Pues, destruir los manglares-cosa que se enseña en la escuela-, es romper el ciclo del camarón, quitarle el hospedaje natural que tienen las aves en su proceso de reproducción y nido; es fomentar la sequía, es destruir la vegetación que alimenta iguanas y otros pequeños reptiles, y por supuesto se evidencia el atropello general al ecosistema de allí. Naturalmente, es un delito ambiental sobre la mesa.

Antes de pasar el puente la Mora, también se puede observar como el hombre-uso el concepto genéricamente-, está realizando rellenos con escombros al margen derecho para quitarle espacio a la laguna, seguramente-me parece obvio- con fines urbanísticos en el tiempo de la distancia.

Cuando observamos estos acontecimientos, entonces también pensamos en las aguas negras de los distintos urbanismos, que se encuentran en sus riveras y echan a la laguna, contaminando sus aguas y ocasionando la desaparición y mortandad de peces y otros animalitos. Entonces, uno termina pensando, que no tenemos una policía ambiental que cuide ese reservorio; que efectúe control sobre el área y que vigile el santuario de aves que allí vive.

La laguna de Unare es uno de los 37 sectores especiales de la zona marino costera que requiere protección para cuidar su aspecto geográfico, acuicultura y pesca. Hay un gran número de leyes y decretos a los cuales se les puede echar mano para proteger nuestras lagunas; el asunto me parece, es que no hay personal, recursos, disposición y por supuesto organismo e institución que se encuentre funcionando debidamente, para hacer cumplir las mismas y evitar que nuestra preciosa laguna-incluyo también la laguna de Píritu-, se convierta en el futuro cercano en un inmenso vertedero de muerte, de aguas negras, etc., que las próximas generaciones se lamentarán de tener.

En tal sentido, tal vez es posible que las Alcaldías de Peñalver, San Juan de Capistrano ejecuten mesas de trabajo para accionar sobre el tema disponiendo de recursos, personal de vigilancia y colaboración científica permanente.

Luis Alfredo Rapozo
luisalfredorapozo@gmail.com
@luisrapozo

Anzoategui - Venezuela      

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