Nuevos sonidos se perciben en el decadente
silencio de la justicia. Ahora nuestra nación tiene un peculiar “Canto del
loco”, no referido a la conocida agrupación española, sino a otro miembro de la
espeluznante coral de aflicciones de nuestro repulsivo sistema político
nacional.
Aparece como de la nada un fiscal arrepentido
de su atrocidad, con su cuento bajo el brazo de haberse sensibilizado después
de acompañar sin miramientos, en la atronadora sentencia de Leopoldo López.
Utiliza las redes sociales como palestras, para posteriormente dejarse
entrevistar por una cadena internacional de noticias. Franklin Nieves ajusta
sus pretextos a un discurso inoportuno, al no salvar del destino carcelario a
un inocente, aunque puede servir de empuje a unas elecciones decembrinas
auguradas por una derrota oficialista
sin precedentes.
Nadie esperaba deleitosos arpegios de voces
blancas y sublimes, ni mucho menos acompasados sones ondulando en el ambiente.
Por ahora este cantor decidió, como otros miembros del decadente orfeón de los
arrepentidos, ir al exterior a cantar sus realidades, sin caer en cuenta que
más pudo hacer en el matadero judicial cuando todavía tenía su responsabilidad
en un trucado juicio, que ahora en ese telón de los castigados por el escarnio
público y, quizá, por la justicia internacional.
Nieves habló con una voz apenas audible,
aunque resuelta a no guardarse mucho sobre un sistema judicial convertido en
una farsa. Las palabras parecían indigestadas, envueltas como en un ropaje de
penitencia atroz y subyugante.
Su declaración no dejó dudas. El juicio se
armó con pruebas falsas y uno de los principales actores de ese teatro absurdo,
reconoce haber recibido órdenes para apuntalarlas en la sentencia final de
confinamiento de alguien libre de culpa.
¿Ahora qué? El defensor del Pueblo asestó su
comentario como de ser “invisibles” e “inexistentes” tales señalamientos, para
un fallo ya propinado. Comunes personeros del gobierno dan su opinión, con la
pasmosa tranquilidad de quienes tienen la sartén por el mango y los poderes
ciegos de su lado. Nada ocurre por más que estos cánticos de los arrepentidos
vuelvan al escenario a entonar sus pecados, bajo la mirada estupefacta de la
comunidad internacional, la tranquilidad de un gobierno sin entrañas y una ONU
que se olvida de su posición de no aplaudir las vejaciones.
El Foro Penal Venezolano sigue su lucha y ha
dejado claro que nuestro país es líder mundial en persecución política y
manipulación de la justicia, con la cifra más alta de presos políticos (más de
80 en su haber), incluso por encima de Cuba. Venezuela ostenta la diadema de
erigirse como el mayor violador de derechos humanos del planeta.
Nieves tiene una catadura similar a la de
Eladio Aponte Aponte, exmagistrado del TSJ, quien confesase en 2012 el montaje
realizado en el proceso judicial de Manuel Rosales. Pero nada pasó. Todos
entonaron sus cánticos con la misma batuta de la indignación y el
remordimiento.
Sólo nos quedará esperar a ver si se cumple
el vaticinio de este nuevo penitente, pues aseguró que más miembros de esta
cantera de leguleyos del Poder Judicial, se sentarán con partitura en mano a
cantar las atrocidades de una nación asaltada por el disfraz indecoroso del
socialismo.
José
Luis Zambrano Padauy
zambranopadauy@hotmail.com
@Joseluis5571
Zulia
- Venezuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario