Los
venezolanos amantes de la libertad, la democracia, la paz y la justicia , en gran jornada de hermandad, civilidad, sana
paz y estricto cumplimiento con la Constitución Nacional, nos reencontraremos
este 6 de Diciembre para recuperar nuestra dignidad de pueblo.
El
próximo 6 de Diciembre de 2015 se ha
establecido como fecha para que el pueblo venezolano en ejercicio democrático
de su voluntad, cumpla con su deber constitucional, irrenunciable e
intransferible, de hacer uso del poder originario y ejercer su soberanía ,
mediante votación universal, directa, inalienable, sin permitir coacción alguna
, personalizada, y en el más absoluto secreto con su conciencia, elija los
integrantes de la Asamblea Nacional. Y que estos, en ejercicio emanado de la
soberanía del pueblo que los eligió y a quienes están sometidos,
responderán y actuarán con libertad de
acción y criterio , libre de mandatos y/o coacciones grupales, y representen al
pueblo y los Estados en su conjunto, de manera colectiva, en el cumplimiento la
defensa de sus más sanos intereses .
La
Asamblea Nacional, órgano supremo en el desarrollo de las leyes previstas en la
Constitución Nacional, es vigilante, controlador y auditor sobre el Gobierno y
la Administración Pública Nacional, y mediante elección de segundo grado, en
representación y por delegación expresa del pueblo soberano, indelegable, y en
estricto cumplimiento de los requisitos señalados en la Constitución Nacional,
seleccione: los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, los integrantes
del Consejo Nacional Electoral y los
integrantes del Poder Ciudadano (Defensor del Pueblo, Fiscal General y
Contralor General de la República ) .
Paso
previo para que de manera conjunta, pueblo y Asamblea Nacional, restauraremos
el Estado Constitucional, democrático y social de Derecho y de Justicia,
contemplado en la Constitución Nacional .
De
todos los venezolanos es conocido que en estos tres últimos lustros de vida
republicana, hemos experimentado como nuestro país, en medio de la mayor
bonanza petrolera y fiscal, habiendo recibido el mayor ingreso que supera todos
los que recibieron la totalidad de los gobiernos desde que se instauró la
República y hasta el anterior gobierno, equivalente a unos dos millones de
millones de dólares (US$ 2.000.000.000.000), y nos encontramos hoy en
condiciones económicas deplorables, endeudados en más de doscientos treinta mil
millones de dólares (US$ 230.000.000.000), sumidos en hiperinflación, con su
plantel agrícola e industrial en la ruina, con total desabastecimiento de
alimentos y medicinas, deteriorado el sistema de salud, en completa inseguridad
social y jurídica como nunca vista, destruido el Estado de Derecho y de
Justicia, sumidos en la mayor corrupción jamás vista, con un régimen
caracterizado por su incapacidad total, e inacción, carente de legitimidad de
desempeño. Que pretendiendo esconder su responsabilidad, que le es única, busca
las excusas más inverosímiles. Se inventa enemigos y guerras, y mantiene al
pueblo en un estado de zozobra, inquietud, chantaje y amenaza permanente, con la complacencia de
los restantes poderes públicos que ha mantenido sojuzgados.
Pero
este pueblo, tan cansado ya de esperar mientras su vida se consume, dirá ya
basta de tanta ignominia, ya basta de promesas incumplidas, ya basta de
engaños, ya basta de jugar con nuestros sentimientos de redención que en su
momento depositamos ciegamente en ese líder y en sus esperanzadoras promesas,
le dimos nuestro apoyo incondicional, y hasta lo veneramos. Y hoy, en la
realidad de ver como nos hundimos cada vez más en la pobreza, en total
inseguridad, huérfano de verdadera asistencia social, desencantados, engañados
y humillados en lo más profundo de nuestro ser, pero fiel a nuestra tradición
republicana, a su lucha por nuestra independencia, paz y libertad, en acto
civil de desconocimiento al régimen y a quienes lo han aupado y soportado, en
su torcida legislación y autoridad, y que habiendo venido sistemáticamente
contrariando los valores, principios y garantías democráticos y menoscabando
los derechos humanos, daremos cumplimiento al deber insoslayable que nos impone
la Constitución Nacional , y elegiremos los candidatos, que a nuestro propio
juicio, harán una mejor representación de nuestros conculcados intereses.
Sea
entonces, propicia la ocasión para que nos reencontremos y recuperemos nuestra
dignidad de pueblo, y le hagamos saber al régimen, de la manera más cívica y
civilista, en sana paz pero con firmeza, en estricto apego a los deberes y
derechos que nos impone la Constitución Nacional, que hemos decidido
rechazarlo, y que lo mejor que puede hacer es irse en sana paz. Que reconozca
que no han sido capaces de gobernar. Que nunca estuvieron capacitados para
ejercer el gobierno. Que su labor sistemática de destrucción del Estado
democrático y social de Derecho y de Justicia, descentralizado, para en su
lugar instaurar un Estado centralizado, dictatorial, militar, militarista,
comunal, de corte comunista, vitalicio, como el que ha imperado en Cuba durante
más de media centuria, no tiene cabida, ni puede seguir siendo tolerado por el
pueblo venezolano.
De
esta manera, el mensaje y sus consecuencias es claro, diáfano, irrevocable,
inflexible. No hay cabida para la violencia, el ensañamiento, rencores ni
temores. Es el reencuentro entre hermanos que las circunstancias políticos lo
han hecho parecer como distanciados, pero que en la defensa de sus valores y fidelidad
a su tradición republicana, son amantes de la libertad, la democracia, la paz y
la justicia y vemos esta como la mejor oportunidad para reencontrarnos y
recobrar la dignidad de pueblo.
¡Bienvenidos
hermanos la patria nos llama a todos juntos a su rescate!.
Sergio
Sáez
sergiosaez@gmail.com
@sergiosaez
Miranda
- Venezuela
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