viernes, 13 de noviembre de 2015

LUIS GARRIDO, UN PAIS TRISTE,

El mayor daño que ha podido ocasionar el binomio Chávez-Maduro con su revolución ha sido la tristeza que hoy es frecuente  en cada hogar venezolano.  Éramos un país de gente bonachona, siempre había un motivo que celebrar para montar el bonche;  un nacimiento, un cumpleaños, un recibimiento o despedida constituían razones para encender un mayor número de luces como señal de alegría en esa vivienda.  La costumbre del escape acorde a las posibilidades de las familias era hábito enraizado;  por tierra, mar y aire se multiplicaban  las demostraciones de lo que era Venezuela en su tiempo de democracia.     

Pudiéramos decir que las limitaciones responden a una dependencia  mundial que afecta la economía de los países;  pero en esos años -como se dice popularmente- “éramos felices y no lo sabíamos” el ingreso del petróleo fue  inferior a los diez dólares, mientras que por las manos de Hugo Chávez llegó a superar el orden de los 110 dolares por barril, cifra suficiente para que cada venezolano disfrutara de una mejor calidad de vida, producto del seguro empleo y el ingreso justo con menos consecuencia de la inflación y el grosero aumento de la comida, los insumos y todos los bienes y servicios.
Hablamos de un país triste, las calles a partir de las seis de la tarde comienzan a mostrar un rostro de soledad por el terror que causa en la imaginación el riesgo de ser asaltado por los ladrones que deambulan en la ciudad.  Nadie esta exento de este flagelo, pero la gente mas humilde, la de a pie y el autobús es la que mas siente su tristeza por quien ya quedó en el camino o porque este gobierno le ha arrebatado su derecho a ser libre.  No hay casa que no tenga barrotes con la sensación de un algo de seguridad, pero en la parte interior de esos barrotes se vive de recuerdos; hoy la realidad es otra: Venezuela es un país triste.          
Estos falsos revolucionarios pretenden seguir gobernando a pesar del daño que han ocasionado.  Acabaron con el aparato productivo industrial;  desbarataron todo el sector agropecuario con los resultados de la destrucción de la seguridad alimentaria de la nación.  Tenemos un país triste, pero con una lucecita alumbrándonos en la oscuridad del túnel.  Cerca está el día para el despertar, para devolverle la alegría a Venezuela. 
Luis Garrido
luirgarr@hotmail.com
@luirgarr

Carabobo - Venezuela  

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