La administración del
alcalde Petro en Bogotá, convirtió al Canal
Capital en un apéndice de Telesur, que es un engendro chavista de
las comunicaciones, con sede en Venezuela, siguiendo la línea
editorial neomarxista que es la receta
que desde 1990 impulsa el foro de Sao pablo, creado y regentado por Fidel
Castro y Lula Da Silva.
El
Canal Capital es público, lo cual
lleva a que la alcaldía de Bogotá, sea responsable de los contenidos emitidos, para no caer en
sesgos políticos e ideológicos, respetando
el pluralismo que es un pilar fundamental en la democracia. Sin embargo
los dos gerentes que ha tenido el canal durante la administración de Gustavo
Petro, no son propiamente muestra de
ponderación, sino que han sido afectos al
comunismo totalitario, usando
como medio propagandístico a una
entidad del estado para promocionar el socialismo del siglo XXl.
Se espera que en la
alcaldía de Enrique Peñalosa, a partir del primero de enero de 2016 haya un
replanteamiento sobre los contenidos del canal, para que la información, la
distracción y el análisis sean de
acuerdo a la cultura ciudadana; buscando evitar la manipulación mediática que
promovió el alcalde saliente con ese
medio de comunicación, de ahí que el
nuevo gerente quien cumplió una importante
labor al frente de RTVC, entrara a
desarrollar una tarea preponderante en
el equilibrio informativo.
Así que con el canal
de Bogotá debe haber una apertura mediática, rompiendo cualquier vinculo con
Telesur, que a pesar de su posición enfermiza en favor del
de la camarilla chavista en Venezuela, no convence y eso se reflejo
claramente en las elecciones legislativas el pasado 6 de diciembre en el vecino
país; en donde prácticamente todos los medios están al servicio del informe
oficial, pero con todo y eso la pandilla chavista perdió las elecciones. Lo que
demuestra que a nivel de comunicaciones
no importa mucho lo cuantitativo sino la parte cualitativa.
Telesur fue una
creación de finado presidente Hugo Chávez, quien buscaba con otros
aparatos como la Celac, Unasur,
Petrocaribe, Alba y el Banco del sur (que nunca se creó) llevar a
Latinoamérica a la esclavitud política
bajo la egida del marxismo leninismo, disfrazado con diferentes ropajes; pero
el proyecto del socialismo del siglo XXl se está desmoronando, reiterando
nuevamente que el comunismo totalitario no tiene razón de ser, siendo
indiscutiblemente una causa perdida.
Son tan caraduras los
directivos del canal chavista Telesur,
que le rinde honores al locutor deportivo
uruguayo Víctor Hugo Morales, teniéndolo como una estrella de su
programación, cuando este señor ha sido señalado como cómplice de la dictadura
uruguaya que gobernó en la década de los
setenta y ochenta al país oriental; y para completar a la presidenta de las
madres de la plaza de mayo en Argentina,
la señora Hebe de Bonafini, quien es una comunista redomada, la tienen dentro de sus figuras. Recordando
que esa señora cuando se encuentra con Fidel Castro saluda con besuqueos al sátrapa, quien fue
junto con URSS pivote de la dictadura
argentina de Videla, ya que en varias ocasiones evitaron que ese régimen
despótico fuera investigado por la
oficina de derechos humanos de la ONU, y a la vez firmaron acuerdos con la dictadura Argentina.
Es bien sabido que el
marxismo que orienta ideológicamente a Telesur, no tiene escrúpulos, moral ni ética, siendo ese canal la caja de
resonancia de un sistema que fracaso en Europa y que en Latinoamérica ha sido
una calamidad, con ese socialismo de
origen marxista, pero que a base de mentiras busca engatusar incautos, mediante
artificios, por ello Hugo Chávez quería convertir a Telesur en un medio “ alternativo” frente a las grandes
cadenas internacionales, pues el comunismo totalitario de forma maximalista vende dicotomías para enredar
a las personas desorientadas, y por ello utilizan reduccionismos entre
imperialismo y patriotismo, socialismo o
capitalismo, izquierda o derecha; todo ello basado en el maquiavelismo para que algunos
cretinos tomen partido.
El alcalde saliente Gustavo Petro, intento con
el Canal Capital seguir a Telesur convirtiendo a esa entidad en un discípulo
del canal Chavista, pero a pesar de la
manipulación espantosa a favor de las fabulas castrocomunistas, fracaso, y solo
consiguió el repudio de la ciudadanía que ve en él, uno de los peores
burgomaestres que ha gobernado a la ciudad. Porque el poder mediático hay que
saberlo manejar y dosificar sino se convierte en un bumerán.
Entonces con la próxima administración de
Bogotá se aspira y espera, que tan
importante medio cumpla con sus funciones democráticas, alejado de los sofismas
marxistas, ya que esa doctrina ni es democrática, ni es liberal y lo único que pretende es adocenar y
enajenar a los pueblos usando los medios
de comunicación, para que los regímenes
comunistas oprobiosos parasiten a perpetuidad con el estado, reprimiendo
y espoleando a las masas.
Ariel Peña
arielpena49@yahoo.com
@arielpenaG
Colombia
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