"Quiéranlo o no,
el 5E/2016, nacerá una nueva Venezuela. Después no vengan con boleros..."
Lo que se produjo en
Venezuela el pasado 6D es mucho más que una elección. Fue la firme decisión de
los venezolanos de revertir 17 años de
anomia y más de treinta de crisis, devaluación y deterioro. Yo espero que los
nuevos diputados cumplan la encomienda de los electores que no es otra que
reinstitucionalizar el país. Queda claro que si las expectativas de seguridad,
calidad de vida y libertad quedan aplastadas por comunas legislando
bajo"una mata de mango"', un TSJ anulándolo todo o un Ejecutivo
pasándole por encima, lo que vendrá "es bolero" pero sin rocola, sin
tequila y sin despecho...
Pedirle a los 112
diputados que no discutan su agenda y la conformación de sus directivas, es lo que llaman
"wishful thinking" (pensamiento ilusorio). Tampoco silenciar su plan
de acción política es bueno. El tema parlamentario no será un asunto de
hemiciclo. Es una agenda profundamente sensible que debe estar conectada con la
calle. El momento es esencialmente ciudadano, fundamentalmente institucional, inevitablemente
transparente y profundamente humano y libertario. La gente -rojos y azules-
espera cambio. Y el cambio no se logra sigilosamente. Nadie espera que el
Gobierno se siente a concitar con la nueva AN. Debería hacerlo. Le conviene. Es
lo sensato para sobrevivir el 2016. Pero sabemos que el estilo revolucionario
es arrollador, supremo y arrogante. Y su forma de gobernar no pasa por
diálogos, ni concesiones. Mientras sientan que tienen el mando y el dominio de
las masas (que lo perdieron y no lo quieren ver), su voluntad de permanencia
hegemónica será su norte. Nada nuevo
bajo el sol por lo que nada diferente deben esperar los diputados electos de la
MUD. Ante esta suerte de "negación psicótica de la realidad" (dixit
Dra. Rosa María Zulueta), el Gobierno seguirá martillando como si aquí no pasó
nada de nada el 6D/15. Nadie votó contra ellos. Nada han hecho mal. Hablan de
que no invisibilizar a sus afectos pero de un plumazo burlan la voluntad de 8MM
de venezolanos, designando en sus narices magistrados express y sesionando
desde un jardín lo que no hicieron en un lustro. Es un golpe al nuevo Parlamento. Y no solo a los diputados electos, sino un
golpe a la gente cansada de mendigar comida y harta de no encontrar un mínimo
de respeto, de derecho y de dignidad. Ante esta negación obsesiva de la
realidad, el Gobierno envía un lamentable mensaje antidemocrático: ¡no
volverán, no legislarán, no controlarán, no interpelarán y en fin, no
existirán! Ustedes llegaron porque el pueblo se equivocó. Y como el pueblo no tiene derecho ni "a
equivocarse", pues olvídense de
amnistía, nulidad de tratados o rendición de cuentas, porque "en
revolución" el Estado, es el Gobierno. Pues nada, kerosene a la candela.
Ante el escenario de
marras a la nueva AN no le quedan sino dos escenarios: i.- Construir una agenda
restauradora de la democracia y del Estado de Derecho, promulgando la amnistía,
reordenando los poderes públicos, la seguridad ciudadana y las cuentas, y ii.-Emplazar la defensa institucional del
Estado y la CBV a los ciudadanos y a las FFAA. Esta ruta que no es más que
hacer despertar al Gobierno de su embriaguez esquizoide de poder. Y esta
convocatoria no puede ser instada por una nueva AN sumisa que "juegue a la
política de convergencia nacional" al estilo transición chilena
pos-Pinochet... Aún no salimos del gendarme. Si bien es cierto que el consenso
sería lo ideal (la mayoría quiere paz, estabilidad y entendimiento), lo que ha
demostrado el Gobierno es insolencia. Una profunda inmadurez política, un peligroso
delirio y una violenta prepotencia, que chantajea y manipula a los funcionarios
públicos y convoca la toma de calle para
enfrentar una quimera "guerra económica". Lo cierto es que quien
declara la guerra al 6D/15 y al 5E/16, es el Gobierno azuzando una hecatombe
ciudadana donde quien pierde y se hace ingobernable es él. No es cierto que cuenten con la fuerza
institucional ni los recursos para
seguir tomando el camino de la conflictividad. Lo cierto es que desmantelar la
nueva AN conducirá a una nueva crisis sociopolítica sensiblemente tocada por lo
económico, donde el más vulnerable no será el Poder Ejecutivo. Y no hay que ser
un letrado para comprender que lo más conveniente para el Gobierno, es
rectificar y sobrevivir lo que se avizora, será el peor año de nuestra era
republicana.
El Gobierno ya le
echa la culpa de todo la recién electa AN. Y lo que no ve es que el consenso
revocatorio está en aire. Frente a la fatiga y la voluntad de cambio del 80% de
los mortales de este país, no hay negación posible. Quiéranlo o no, el 5E/2016,
nacerá una nueva Venezuela. Y no vengan con arrepentimientos -cual bolero de
cantina- con que "Ud. es la culpable [AN] de todas mis angustias y todos
mis quebrantos", porque el pueblo le responderá con otra peña y con un son
más sabrosón, "la puerta se cerró detrás de ti y nunca más volviste
aparecer...". Como dice el refrán,"Cantar bien es de pocos y cantar
mal es de locos". Lo mismo aplica a la política. ¡Salut!
Orlando Viera-Blanco
vierablanco@gmail.com
@ovierablanco
Caracas - Venezuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario