Uno de los elementos
más difícil de combatir entre nosotros en estas pasadas elecciones es lo que se
conoce en el vocabulario de la psicología como
las desesperanzas aprendidas. Una suerte de convicción, presente en
algunas personas, de que no es posible modificar la realidad y que, independientemente
de las acciones que emprendamos para cambiarlas, las cosas se quedarán como
están, será un esfuerzo inútil.
Leía sobre este
punto, que sencillamente la persona sufre varios fracasos continuos en una
lucha lo que hace que se vaya agotando su energía para volver a intentarlo. En
la política y en la guerra se usan estrategias para generar en los disidentes,
opositores, enemigos, estrategias de este tipo para desmoralizarlos y evitar
iniciativas resistentes a los abusos de poder.
Quedarán todavía
algunos resabios a pesar del contundente triunfo obtenido por los venezolanos
en las elecciones parlamentarias del pasado 6 de diciembre, pero esa conducta
negativa debe haberse disminuido a un número insignificante.
Se produjo un cambio
no sólo en el comportamiento del venezolano a partir del 5D sino en la
distribución de las fuerzas tanto del oficialismo que pasó a hacer minoría,
ciertamente con un porcentaje no deleznable, pero minoría al fin y al cabo, y
una oposición que se hizo de una mayoría que seguirá creciendo con el correr de
los días.
El Gobierno no
solamente salió debilitado sino que persiste en los mismos errores que le
llevaron a esos resultados aterradores y como consecuencia lógica se ha
profundizado el descontento dentro y fuera de sus filas.
Pretender imponer un
“Parlamento Comunal Nacional”, monumental error, paralelo a la Asamblea
Nacional tendrá repercusión en su popularidad ya mermada. La ceguera del
fracaso no les permite ver que el pueblo no les acompaña hoy en día, solo basta
esperar la llegada del 5 de enero de 2016, entonces veremos.
Los sectores
populares de Caracas donde el “madurismo” y el “Chavismo” que también metieron
en este terremoto electoral salieron derrotados en todos los circuitos, no
ganaron uno solo, pues, estos sectores acompañarán a los 112 diputados a tomar
posesión de sus cargos, y no pasará nada, como no pasó nada el 5D, más allá del
histórico fracaso del oficialismo.
Para concluir, las
fuerzas de la Unidad le darán un tiempo prudencial al presidente para que
rectifique, para que haga el viraje que el pueblo le solicitó en las urnas.
Ahora, de persistir en su errada política activará o bien el adelanto de las
elecciones presidenciales, o solicitará un revocatorio o llamará a una
Constituyente, es cosa de unos meses más.
Feliz Navidad y Feliz
Año 2016 para todos. Regresamos a mediados de enero. Mucha suerte y optimismo
en el destino del país.
Rafael García Marvez
garciamarvez@gmail.com
@RGarciaMarvez
Carabobo - Venezuela
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