Los venezolanos hemos
pasado años difíciles, especialmente este que culmina ha sido un año duro para
nuestro país, con una inflación galopante que destruye nuestra capacidad
adquisitiva, la violencia aumentando diariamente, y una escasez que convierte
en un reto encontrar productos esenciales. Ante esa realidad los ciudadanos
manifestaron su voluntad de que el 2016 sea el año del cambio, mediante su
voto.
El deseo de un
próspero año nuevo, parece difícil ante las perspectivas creadas por las
nefastas políticas económicas del gobierno, pero por primera vez en muchos años
tenemos una perspectiva de cambio. En 2016 se inicia el camino de la
recuperación de la vida democrática e institucional de Venezuela, con una
Asamblea Nacional que cumpla sus
funciones como poder público independiente.
Es cierto que las
reformas más perentorias dependen de la voluntad política del presidente
Maduro, pero un nuevo parlamento puede iniciar una proceso legislativo que
corrija parte de los desequilibrios institucionales y económicos que aquejan
nuestro país. Además la mayoría calificada que obtuvo la Unidad debe ejercer su
función contralora, para perseguir desde ese poder la desenfrenada corrupción
que reina en el gobierno.
Este primer paso para
un cambio hacia la modernidad y el progreso será lo que marque el año venidero,
ha terminado el ciclo autocrático de un gobierno que estaba acostumbrado a
hacer su voluntad sin ningún tipo de control por parte de los otros poderes,
cómplices de las tropelías cometidas desde el ejecutivo. Ahora los ministros y
el presidente estarán obligados a responder ante el representante más genuino
de la Nación como es la Asamblea Nacional.
Lamentablemente
parece que en el gobierno se hacen de oídos sordos frente al mensaje enviado
por los ciudadanos, e insisten en continuar con las mismas políticas que nos
llevaron al desastre, no pueden ser soluciones lógicas las medidas que causaron
la crisis. El físico Albert Einstein dijo: “loco es aquel que haciendo siempre
lo mismo, espera resultados distintos”, ese parece ser el caso del presidente
de la República.
Pero por encima de la
testarudez de quienes ejercen el poder, está la voluntad soberana de nuestro pueblo,
le tocará a los 112 diputados de la mayoría democrática comenzar a legislar en
función de lo que el pueblo eligió. El 2016 será el año donde se inicien las
transformaciones para restaurar la democracia auténtica y la prosperidad en
nuestra patria.
Leonardo Fernandez
leocat100@hotmail.com
@leofernandezf
Zulia - Venzuela
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