"Una tarde de agosto de 1888 el presidente de
la república Juan Pablo Rojas Paúl, camino a la casa amarilla, observo como los
enfermos muriendo de mengua pululaban en la plaza Bolívar sin ningún tipo de
asistencia médica. Entonces el 16 de agosto de ese mismo año, decreto la
construcción de un Hospital de 1000 camas para la población de Caracas"
Así comienza la bella historia de nuestro gran
Hospital, ya son 127 años del decreto y 125 años de funcionamiento. Hemos
aguantado terremotos, dictaduras, rebeliones, revueltas, deslaves,
revoluciones, golpes de estados, epidemias y todos aquellos acontecimientos que
han ocurrido en nuestro país durante los últimos 125 años. Siempre con mística
de trabajo, con unión y un gran amor por nuestro país y nuestra institución. A
pesar de la falta de insumos, la infraestructura más antigua de Caracas y de la
inseguridad galopante aun nos hemos mantenido.
Pero no estamos preparados para esta nueva amenaza,
que no sé cómo combatirla. Es la INSENSIBILIDAD y la falta de compromiso con la
institución. De los 4 residentes de anestesiología que se graduaron en mi
servicio, ninguno se quedó a trabajar a pesar de ser consciente de la crisis
que vive el hospital. En lo que va de año renunciaron 10 anestesiólogos y tengo
un servicio diezmado. Para lo que resta de diciembre de este año el hospital
tendrá que cerrar sus puertas porque solo quedan 3 anestesiólogos para todo el
mes. Realmente puedo combatir las ideas, a los colectivos, a la directiva, al
gobierno, a los sindicatos, pero lo que no puedo combatir es la insensibilidad,
no tengo las armas para llenar a las personas de valor, o que valoren la
institución que los formo durante tres años. Hemos visto como en los últimos
años formamos a miles de jóvenes en nuestras universidades que al final de su
carrera optan por irse del país, sin sentir ningún tipo de deuda o compromiso
por la nación que los formo. Así mismo, está pasando con nuestras
instituciones, formamos a jóvenes especialistas que luego de aprender con la
población venezolana, con los pacientes más pobres, con las personas sin
recursos, entonces los abandonan pues ya la institución no le es de beneficio.
Perdóneme quizás la dureza de mis palabras pero al
final del día, el único perjudicado es el paciente. Al abandonar la institución
no estas perjudicando al gobierno, ni el presidente dormirá mal esa noche. Son
los mismo pacientes que los ayudaron a formarte los que ahora serán
perjudicados y quizás los encontremos nuevamente en la plaza Bolívar. Me gradué
de medico el 18 de diciembre de 1987 el próximo viernes cumpliré 28 años de
graduado, y si algo me enseñaron mis maestros en la escuela de medicina es que
la razón de ser médico es el paciente. El centro de la Medicina es el Paciente,
lo más importante siempre es el PACIENTE.
Yo decidí quedarme en mi país, y decidí quedarme en
mi hospital y estoy en la resistencia. He estado en la resistencia durante los
últimos años a pesar de todas las condiciones. Quizás me sienta como la
resistencia francesa ante la invasión de París por los Nazis. Pero no puedo
luchar en contra de la Desesperanza, la Desidia, la Insensibilidad. Venezuela
para esta lucha necesita de sus hijos, de todos sus hijos. Podemos quedarnos en
nuestros hospitales pero si no tenemos el recurso humano si no contamos con
nuestros jóvenes médicos, si no se quedan para resistir, luchar, atender a los
pacientes con la esperanza de que esto mejorara, entonces ya perdimos la
guerra.
Lamentablemente el hospital más antiguo del país,
el que ha resistido todos los embates durante los últimos 125 años, se está
muriendo. Y lo peor del caso no es que
lo están matando si no que se muere desde adentro.
Daniel José Sanchez
Silva
danielsanchez24@Yahoo.com
@SanchezDany24
Jefe del Servicio de
Anestesiología
Hospital Vargas -
Caracas
Caracas - Venezuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario