El precandidato
presidencial republicano Marco Rubio y el congresista Carlos Curbelo, del mismo
partido, presentaron la semana pasada un proyecto de ley ante el Senado y la
Cámara respectivamente para, según ellos, "acabar con los abusos
detectados en los beneficios migratorios que reciben automáticamente los
inmigrantes cubanos que llegan a Estados Unidos".
Dicho proyecto de ley,
denominado "Ley de Oportunidad de Trabajo para el Inmigrante Cubano del
2016", no eliminaría la Ley de Ajuste Cubano, en vigor desde los años 60.
Lo que sí hace es acabar con la elegibilidad automática para ayudas públicas
federales para la generalidad de migrantes cubanos que no son realmente
perseguidos políticos.
Sin embargo, sí
mantiene los beneficios contenidos en la Ley de Ajuste Cubano para aquellos que
han sido perseguidos políticos y que están necesitados de ayuda de
reasentamiento. Por otra parte, ambos legisladores afirman que: "Es
particularmente indignante cuando personas que dicen venir huyendo de la
represión en Cuba son bienvenidos y que se les permite recibir asistencia
federal en base a su difícil situación, vuelven a menudo al mismo lugar del que
afirman que están huyendo".
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Marco Rubio |
Ya que hablamos de la
Ley de Ajuste Cubano de noviembre de 1966, vale la pena una breve mirada a las
razones y a los objetivos originales de la misma. En un acto de chantaje al que
nos tienen acostumbrados los tiranos y de cobardía tradicional por parte de los
gobernantes en Washington, el 28 de septiembre de 1965, el gobierno cubano
decidió aliviar su precaria situación económica abriendo el Puerto de Camarioca
y estimulando a los cubanos residentes en los EE.UU. a que fueran a buscar a
familiares y amigos.
Lyndon Johnson no
sólo se cruzó de brazos ante la invasión demográfica desatada por los Castro
sino los premió un año después con la Ley de Ajuste Cubano, que durante más de
medio siglo ha servido de salvavidas político a la tiranía. Según esta ley,
toda persona nacida en Cuba, su cónyuge o hijos menores de 21 años, son
elegibles para obtener la residencia permanente en Estados Unidos después de
permanecer físicamente en el país por un año. El resultado fue que Camarioca
operó como preámbulo y sirvió de ensayo a la gigantesca invasión de 125,000
cubanos 14años más tarde por el Puerto del Mariel.
Como ya sabe todo el
que esté al tanto de las noticias de Cuba, Barack Obama incrementa ahora la
ignominia de la política apaciguadora de Washington hacia los tiranos lanzando
una tabla de salvación a un régimen en inminente peligro de naufragio. El burro
de Birán sabe que el 2017 podría ser el final de su orgía de opresión,
corrupción y sangre. No conforme con que le abrieran la llave de dólares con
las medidas de apertura al turismo norteamericano, le ha pedido a su compinche
Obama que sirva de válvula de escape a quienes podrían constituir una seria
amenaza en caso de una ola de descontento en una Habana sin pan, sin luz y sin
esperanza.
Al mismo tiempo,
estos migrantes económicos representarían otra inyección de divisas limpias
para la tiranía aumentando el monto de las remesas anuales procedentes de los
Estados Unidos. Fuentes dignas de crédito afirman que las remesas del 2016
superarán los 2,700 millones de dólares con un promedio de 2,400 dólares
anuales por cada cubano que envía dinero a sus familiares y amigos. Unos
farsantes que posan como perseguidos políticos pero financian el mismo régimen
por el cual afirman haber estado oprimidos y amenazados.
Pero este libreto
grotesco no habría estado completo sin la participación oportuna y solícita del
hermano ideológico residente en el Vaticano. El Papa Francisco se apresuró a
formular declaraciones pidiendo compasión para estos falsos perseguidos
políticos. El mismo Papa que, después de su viaje a la Isla de los Castro, dijo
no haber visto opositores al régimen. El hombre necesita espejuelos o una buena
transfusión de vergüenza.
El hecho es que Obama
en forma solapada y Francisco sin el más mínimo pudor son promotores del circo
que estamos viendo en Centroamérica. Un circo donde 8,000 migrantes cubanos son
traídos a los Estados Unidos con privilegios de refugiados políticos y con
recursos pagados por el contribuyente norteamericano. Una farsa de la peor
especie que sólo se tragan los ignorantes y los incautos, no quienes llevamos
años siguiendo esta trama macabra. La pregunta que se haría cualquier persona
medianamente inteligente e informada es quién está pagando por la manutención y
transporte de esos migrantes por avión y autobús desde sus actuales refugios
hasta las mismas frontera de México y los Estados Unidos, donde se les
garantizarán los beneficios inmerecidos de la Ley de Ajuste Cubano.
Definitivamente no
unos tiranos cubanos que oprimen a sus ciudadanos, matan de hambre a su pueblo
y no pagan las deudas a sus acreedores internacionales. Tampoco las
tambaleantes naciones centroamericanas que exportan a sus masas empobrecidas a
los Estados Unidos para que envíen remesas que les permitan mantenerse a flote.
Mucho menos un México que hambrea a sus propios hijos y que ha maltratado y
devuelto a Cuba a las decenas de miles de cubanos que han tenido la desgracia
de pisar tierra mexicana en los últimos 57 años. Lo pagará Barack Obama con
dinero que no es suyo pero que utiliza para financiar su legado de gran
apaciguador de los enemigos de los Estados Unidos. Alguna promesa o soborno
ofrecidos por Washington ha producido el milagro de esta súbita compasión por
unos migrantes cubanos de quienes hasta ahora muy pocos se compadecían.
Marco Rubio se apretó
el cinturón y decidió poner fin a este relajo que hiere la sensibilidad de los
verdaderos patriotas cubanos y siembra la discordia en un pueblo necesitado de
la unidad para la lucha por su libertad. Marco sabe que no tendrá votos entre
quienes envían remesas para sostener a la tiranía. Ahora bien, con este gesto
valiente, demuestra ser el estadista y el hombre de carácter que necesita el
mundo libre para enfrentar los retos del terrorismo islámico y de forajidos
como Putin, Assad y los clérigos iraníes. Por eso tiene mi voto y el limitado
pero incuestionable respaldo que pueda ofrecerle.
Por otra parte, esta
iniciativa de Rubio está enmarcada dentro del contexto de su fórmula hacia una
justa y equilibrada y política migratoria norteamericana. Los Estados Unidos
son una nación de inmigrantes con una tradición de compasión hacia los
perseguidos y los desamparados del mundo. Pero son una nación cuyas leyes
tienen que ser respetadas y cuyos intereses nacionales deben ser prioritarios
en cualquier política migratoria.
Las fronteras
abiertas son una seria amenaza a la seguridad nacional de una potencia que
tiene enemigos determinados a destruirla y las leyes que no son aplicadas
pierden su eficacia y, peor aún, el respeto a la obediencia ciudadana que
garantiza la paz social. Por eso Rubio propone que sean admitidos quienes
cumplan los requisitos legales y que se dé prioridad a aquellos inmigrantes
cuyos conocimientos contribuyan a la prosperidad, el desarrollo tecnológico y
el enriquecimiento cultural de los Estados Unidos. Una fórmula donde son
combinados la compasión humana y los intereses nacionales de los Estados
Unidos. Lo que hemos visto por medio siglo, tanto con los cubanos como con
inmigrantes de otros países, ha sido la hipocresía encubriendo objetivos
políticos e intereses económicos de miembros de ambos partidos.
Yo propongo que se le
niegue la entrada a todos aquellos inmigrantes que por su conducta personal
constituyan un peligro para la seguridad de la comunidad en la que vayan a
residir. Al igual que a aquellos que, por su cultura o su religión, se nieguen
a integrarse al resto de la sociedad norteamericana. Violar estos lineamientos
constituiría una fórmula para el desastre como el que estamos viendo en la
Europa decadentes de estos momentos.
Estos cubanos que
llegan desde Costa Rica y todos los que les sigan pueden ser admitidos como
inmigrantes con los mismos derechos y requisitos de los exigidos a inmigrantes
procedentes de otros países. Pero nada de privilegios de perseguidos políticos
a quienes financian a tiranos de los que dicen ser perseguidos. Dicho en buen
cubano ¡BASTA YA DE RELAJO!
Alfredo Cepero
alfredocepero@bellsouth.net
@AlfredoCepero
Director de
www.lanuevanacion.com
Estados Unidos
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