Existen personas que
les cuesta ver lo que es la realidad y se enfocan bajo la creencia y sensación
de que todo va normal. Es lo que llaman esquizofrenia, dicho por los expertos
conductuales. Peor aún cuando se trata de un problema de carácter social, al no
poder distinguir entre lo verdadero y lo imaginario, lo cual nos hace pensar en
que cosas debemos de creer y en que cosas tenemos que tener cuidado.
Si sujetamos el
concepto a la realidad que tenemos en Venezuela, la situación es tremenda,
diríamos que elevadamente critica y nos hace recordar la película “Una mente
brillante” con su protagonista John Nash. En Venezuela tenemos mentes
brillantes y otras esquizofrénicas, negadas a enfocar la cruda realidad que nos
rodea con la crisis económica.
Vamos a estar claros
y con sinceridad hay que reconocer, por muy duro que sea, el plan o decreto de
emergencia económica del régimen es una soberana burla y aún más, tenemos que
decirlo en lenguaje coloquial, nos están vacilando desde el poder. El
oficialismo, con todas sus mentes deformadas, no tiene ningún propósito de
salir de la crisis económica, emocional y aniquiladora que padecemos todos.
Lo que está sobre la
mesa es una devastación de país, cuyas raíces se hunden en la isla cubana, con
sus secuaces del G2 para acabar con nuestra nación. Es así, ¿por qué les cuesta
a algunos venezolanos entender o darse cuenta de esta realidad? La acción ha
sido llevada a cabo durante los diecisiete años arrastrados y ahora cuando
estamos con el agua al cuello, pretenden hacernos ver que vamos a salir a
flote. Pues no, el libreto fue preparado hace años atrás, ¿tipo venganza?, no
lo sabemos, pero es una realidad.
Tal parece no darnos
cuenta que en la calle ya esta presente el peligro. Son muchos
los que están
descargando sus malos instintos para obtener lo que necesitan. Hay trácalas,
asesinatos, maltratos para obtener alimentos. Hemos tenido muchas clases de
pérdidas reales ¿Estaremos esperando algo peor?
Hasta ahora lo que hemos
hecho es quejarnos, pero no se ha colocado en la mesa la solución definitiva
del largo episodio trágico y deforme. Lo anterior toma forma y es real cuando
mentes brillantes, no enfermas, tres de los que hemos leído, describen el
problema, como el economista José Toro Hardy, quien sostiene que el decreto no
es otra cosa que radicalizar las medidas que a lo largo de los últimos años han
estado conduciendo al descalabro a la economía venezolana, el país lo que
necesita en estos momentos es estimular las inversiones para que aumente la
producción, darle vitalidad al sector privado, generar seguridad jurídica. Este
decreto hace todo lo contrario, lo que enfrenta Venezuela es a la posibilidad
de un conflicto entre poderes, conduciría a situaciones muy delicadas”.
Juan Domingo Alfonzo,
abogado especialista en derecho administrativo, alerta que el decreto
presentado por el Ejecutivo nacional “puede conducir a excesos” y “no prevé”
mecanismos o medidas para solucionar las trabas que afectan la producción de
las empresas.
Para el economista
Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, el decreto no es la salida a la
crisis económica que atraviesa el país porque insiste en el diagnóstico de la
“guerra económica” sin reconocer los fallos del modelo. “Mientras no reconozcan
que el modelo fracasó no hay posibilidad para salir de la crisis”.
Ahora bien, si la
solución es eminentemente política, hay que ir hacia las confrontaciones para
establecer de una buena vez un criterio único con el que podamos salir del mar
de fondo. Lo hemos dicho antes, un pueblo cansado, con hambre, es peligroso.
Es responsabilidad de
los que tienen en sus manos la conducción de la crisis, asumir y detener con
urgencia una avalancha de gente o rebelión en busca de lo que le han quitado.
Llegado el momento, sería muy doloroso concluir que no se pudo hacer nada para evitarlo.
Susana Morffe
susana.morffe@gmail.com
@susanamorffe
www.susanamorffe.blogspot.com
Nueva Esparta –
Venezuela
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