La paz que se negocia en Cuba establecerá un viraje
y definirá un futuro para la nación hermana colombiana. Se está gestando allí
una nueva patria. Por ello son tan trascendentes los contenidos de los
convenimientos que se alcancen en esta etapa final del proceso y son igualmente
vitales las formas que se han observado
a lo largo de los dos últimos años entre quienes representan a los criminales
guerrilleras y el legítimo gobierno del país.
Un tercer actor sin representatividad expresa, la
sociedad colombiana, ha estado observando los toros desde la barrera y deben
ser numerosos quienes a esta hora se interrogan en atención a cual mandato el
gobierno realizó tantas y tan variadas concesiones a quienes fueron los
verdugos de los colombianos durante medio siglo de barbarie guerrillera.
Si uno de los lados de la ecuación lo componen
criminales confesos y el otro lado representa al pueblo cruel e injustamente
masacrado, no se entiende porqué los criminales estén saliendo tan bien parados
de la contienda. Ni el ánimo de los
insurgentes ni sus exigencias se han moderado
a lo largo de muchos meses de
conversaciones. Muy por el contrario. Sin estar en posición de exigir, cada vez
sacan un nuevo conejo de la manga y ponen nuevas condiciones a su favor en el
curso negociador del país que está a punto de nacer.
La razon es simple. Ante cada posición osada o
intransigente de parte de la guerrilla la respuesta en la mesa de La Habana ha
sido siempre la de un ablandamiento oficial a favor de las posiciones de los
insurgentes. Luego el gobierno se ha encargado de fabricar una argumentación a la n nación para que
esta pueda digerir las piedras de molino que se han ido pactando a lo largo del
el camino . Las posiciones del Estado
colombiano se han vuelto fofas mientras los detractores de la ley, asesinos,
narcotraficantes, violadores, secuestradores, se han ido fortaleciendo.
Asi, el grupo terrorista ha conseguido avanzar con
la sinuosidad propia de los comunistas a quienes solo importan sus propios
postulados y nos los ajenos, alcanzando siempre o casi siempre avances que los
favorecerán en un futuro, todo gracias a
la transigencia incondicionada de los negociadores del gobierno. Resulta
sorprendente que el Presidente y su equipo defiendan con dientes y muelas lo
que a todas luces, en el sentir colectivo, resulta indefendible.
Esa
capacidad que han demostrado tener los alzados en armas de doblarles el brazo a
cada paso a los representantes de Santos frente a temas sustantivos colombianos
siempre ha estado seguida de un nuevo petitorio. Si ya se pudo lo mucho, es
posible seguir presionando para ir avanzado en una nueva concesión. Y asi, dando
tumbos, pero dotados de una tenacidad impresionante han tallando a su
medida su regreso a la vida civil y el
perdón de sus incontable crímenes .
Si se examinan la posición de partida del gobierno
y lo mucho que han conseguido los líderes de las FARC- criminales todos de
siete suelas- en estas tratativas, es
lógico pensar que mucho más allá de las negociaciones de La Habana es ese
componente criminal el que ha estado saliendo victorioso y llevando al país a
comprometerse con favores hacia los enemigos de Colombia y al establecimiento
de una fórmula de convivencia que no los
beneficia sino a ellos.
Son muchos los temas en los que la disposición a la
transigencia gubernamental es
protuberantemente a favor de las fuerzas al margen de la ley: el mantenimiento
de las armas en sus manos a cambio del compromiso precario de su no utilización, el despeje de zonas
vastísimas del país , las fórmulas de participación pública y política de los guerrilleros; el atrabiliario régimen de justicia
transicional , las penas aplicables a los delitos graves, la desvinculación de
los acuerdos de paz de los delitos por narcotráfico, la debida compensación a los afectados de la guerra,
todo ello forma parte de un entramado de beneficios que no tienen por
qué ser concedidos a quienes por 5 décadas sembraron al país de dolor.
Solo cabe
preguntarse, en la distancia, quienes son los que hoy gobiernan a Colombia …
Beatriz De Majo
bdemajo@gmail.com
@beatrizdemajo
Miranda - Venezuela
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