Sr. Falcón:
Mediante el Decreto
No. 7.836 del 18 de noviembre de 2010, publicado en laGaceta Oficial No. 39.556
del viernes 19 de noviembre de 2010, el entonces presidente Hugo Chávez
prohibió el uso de “(…) el nombre, imagen, y figura del Presidente de la
República (…) en bienes inmuebles ubicados en el territorio de la República y
cuya propiedad, administración, gestión, dirección, tutela, control,
construcción, elaboración, y supervisión se encuentre asignada o de cualquier
forma atribuida a los diversos órganos que integran la Administración Pública
Nacional”
De nuevo nada usted
entre dos aguas. Da unas declaraciones que no pueden pasar sin rechazo de los
demócratas venezolanos.
Dijo usted que había
que “respetar los símbolos históricos de Venezuela para evitar la confrontación
entre sectores políticos, pues ello podría llevar al país a un escenario de
guerra civil”. Se refería usted a la decisión que se tomó en la nueva Asamblea Nacional
de sacar las imágenes de Hugo Chávez Frías y algunas de un Bolívar hecho a la
medida por el chavismo, a fin de colocar allí al verdadero rostro de Bolívar.
Sr. Falcón: La razón
para sacar las imágenes de Chávez del Capitolio es clara. El irrespeto no fue
sacarlas, el irrespeto fue el haberlas colocado allí.
Hugo Chávez no es un
venezolano cuya imagen merezca estar en un recinto que pertenece a toda la
nación. Y no lo es porque su vida estuvo dedicada a convertir a un grupo de
venezolanos en enemigo de otro grupo de venezolanos. Porque entregó la
soberanía de Venezuela en manos de sus amos, los Castro. Porque sembró odio en
el país y lo arruinó con su suicida política de dádivas a sus amigos
ideológicos.
A Hugo Chávez se le
debe la ruina material y espiritual de Venezuela y sus múltiples imágenes están
bien sacadas de la Asamblea Nacional. Si hay imágenes que deberían estar allí
son las de los grandes legisladores venezolanos de la etapa democrática, no la
de un déspota.
Esto es tan evidente,
Sr. Falcón, que su reclamo parece confirmar nuestra presunción de que usted no
ha dejado nunca de pertenecer al chavismo. Quien considere a Chávez como
merecedor de estar en imagen en la Asamblea Nacional es, en mi criterio, corto
de entendimiento o chavista. Elija usted la razón que más le guste.
En cuanto al retrato
de Bolívar, oímos a HRA decir que repusieran en el recinto la figura del
Bolívar que todos los venezolanos conocemos desde niños y que aceptamos como la
verdadera, no la que el chavismo creó para desprestigiar al prócer, dándole un
aspecto negado por la verdadera historia. Que usted acepte ese retrato
distorsionado por la grosería chavista habla mal de usted.
Habla muy mal de
usted que siga defendiendo lo que a todas luces es un inmoral culto a la
personalidad del sátrapa fallecido. Cuando usted habla de la necesidad de no
excluir a nadie, en referencia a la salida de las imágenes de Chávez en la
A.N., se equivoca de medio a medio.
Es precisamente para
no excluir a nadie que tienen que salir. ¿O es que usted piensa que la obscena
presencia gráfica de ese dictadorcillo de mala muerte es la única que debería
estar allí? Para no excluir a nadie tendríamos que poner en el recinto las
imágenes de todos los presidentes democráticos de Venezuela y hasta a los
no-democráticos, así como a todos los grandes legisladores (que los hemos
tenido, Pedro Carreño favor abstenerse). En el Congreso Estadounidense hay
edificios enteros que llevan el nombre de sus grandes legisladores, con la
aprobación de todos los congresistas, no solo de una fracción.
¿Pero todo lo que
usted pretende es que la Asamblea Nacional permanezca contaminada con la efigie
de Hugo Chávez?
Sr. Falcón: Pide
usted respetar nuestras diferencias con grandeza. Los falcones pian tarde!
Resulta que por 17 años las diferencias entre los venezolanos han sido
irrespetadas por gente como Chávez, Maduro y Cabello. Se equivoca usted de
destinatario de sus pedimentos.
Termina usted
diciendo: “Todos los venezolanos llevamos en el corazón un sentimiento nacionalista
que debe ser respetado por encima de cualquier diferencia partidista”.
El nacionalismo, Sr.
Falcón, es un sentimiento integral de amor por la Nación, no un acto de
celestinaje hacia miembros de pandillas que la han arruinado. El amor paternal,
el filial, son los más parecidos al amor por la Nación pero aún ese amor no
puede ser ciego. Habrá quien ame a Chávez. Bueno, que ponga su retrato en su
casa. No nos pida un nacionalismo ciego e incondicional, Sr. Falcón, porque eso
fue lo que llevó a la Alemania de Hitler y a la Rusia de Stalin al fracaso.
Gustavo Coronel
gustavocoronelg@hotmail.com
Estados Unidos
Muy acertado su artículo, amigo Coronel (aunque su apellido asuste!!).
ResponderEliminarAprovecho para hacerle una proposición, inspirada como verá en sus comentarios:
¿Tiene usted las posibilidades que yo no tengo para inducir a que se promueva en el seno de este Parlamento una ley que limite la exposición de la imagen de venezolanos en sus espacios -por muy ilustres que sean- si no cuentan con la aprobación certificada del 100% (dije 100%, ni dos tercios ni ocho cuartos) de los diputados. Así se garantizará que el venezolano en quien recaiga ese honor no será objeto de polémicas, ni idolatrías trasnochadas. Y que se abra el proceso selectivo de inmediato y que se incluya a Chávez a Carroña a Cilia y a "disputados" de cualquier calaña. Y no se necesita que un Ramos Allup futuro tenga que exponerse a la vindicta de un grupo de descerebrados. José Bolívar