Comenzando EL NUEVO AÑO 2016 con una nueva Asamblea
Nacional, un evento trascendental en la vida de los ciudadanos del país, nos
invita a ser paladines para validar las acciones que emprenderán los nuevos
diputados y acatar las leyes que serán en beneficio de la colectividad.
Hemos de terminar con los trucos y los fraudes para
que disminuya la turbulencia emocional que existe internamente en cada
venezolano con la situación de crisis general que padecemos. En los 916.175 km2
del territorio nacional venezolano hay una porción de tierra de farsantes y es
esa la que debemos aniquilar para que de una buen a vez podamos vivir
tranquilos, con dignidad para el trabajo, la vivienda, la salud, el alimento y
la seguridad.
Los políticos en diversos temas se han pronunciado,
algunos para llamar a la calma y conciencia, otros no han entendido que sin
diálogo y la disposición de marcar diferencias en pensamientos y palabras
Venezuela no podrá avanzar hacia su completo equilibrio y desarrollo.
Ni el mismo difunto entendió su revolución, mucho
menos los que le han sucedido, entonces por respeto al pueblo que votó en su contra, deben tener al menos el coraje de retirarse como
representantes del gobierno de Venezuela para darles paso a personas
“venezolanas” de gran capacidad.
El extinto presidente Carlos Andrés Pérez
nacionalizó el petróleo, Chávez vivió del oro negro y Maduro nos volvió la vida
un charco.
En esa confusión grupal “revolucionaria” se ha
desconocido el mandato de nuestra carta magna y es el momento de hacer valer lo
que ellos convirtieron en letra muerta. Ningún venezolano debe aceptar más
ofensa a nuestros derechos establecidos en la Constitución de la República. Si
para el oficialismo fue un ejercicio de
aprendizaje actuar desde el poder nefasto, cada venezolano obtuvo un
aprendizaje de lo que valemos, tenemos y podemos hacer bajo el amparo de la
Constitución.
Las fuerzas armadas del país tienen un compromiso
monumental en estos momentos de defender a la patria y a sus ciudadanos, además
de la moral, la constitución y las leyes elaboradas en el palacio legislativo.
No debemos seguir permitiendo una economía promiscua, sostenida con inmoralidad y con lo
que se consiga, en nuestro lamentable caso es el narcotráfico y el hampa lo que
domina el territorio nacional.
Entender que
el cambio en Venezuela comienza con más capacidad para el diálogo constructivo
y soluciones necesarias, son los pasos efectivos.
Quedó demostrado que los venezolanos nos medimos
frente a las circunstancias, dando lo mejor de nosotros y llevando a su máxima
expresión nuestra capacidad de ser.
Que los valores morales y espirituales sean la ruta
para perfeccionarnos y vivir en armonía, haciéndonos más humanos y con mayor
calidad de vida…Manos a la obra y 2016 sea el comienzo de los cambios anhelados.
Susana Morffe
susana.morffe@gmail.com
@susanamorffe
CNP – 4.837
Nueva Esparta -
Venezuela
www.susanamorffe.blogspot.com
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