El gobierno y la
nueva minoría de la Asamblea Nacional dirigida por Nicolás Maduro y el teniente
Diosdado Cabello, pueden patalear, cacarear, lanzar pancadas de ahogados,
nombrar magistrados chimbos, impugnar diputados, desconocer la voluntad del
pueblo, recoger los vehículos entregados,
entregar en comodato el hemiciclo protocolar del palacio federal legislativo,
nombrar a dedo parlamento comunal, cambiarle el nombre y llevarse los equipos y
activos de ANTV, destituir trabajadores con decreto de inamovilidad recién
publicado y acometer cualquier otro dislate que se les ocurra, pero todas esas
aberraciones tienen el 5 de enero como fecha de vencimiento, porque a partir de
esa histórica fecha, una mayoría de 112 parlamentarios elegidos
democráticamente por más de 7 millones setecientos mil venezolanos, se
instalarán, conformarán y juramentarán ante la Constitución Nacional, para
emprender la ruta hacia la constitucionalización y reinstitucionalización de
Venezuela, para por esa vía comenzar a reconstruir el País que soñamos, de respeto,
convivencia, progreso y de poderes públicos independientes, transparentes y al
servicio de toda la Nación.
Palabras más,
palabras menos, desde el 5E se concreta el inicio del cambio ordenado por el
pueblo con su voto el 6 de diciembre y a esa orden dada no podemos fallarle,
sino que por el contrario tenemos que cumplirla cabalmente y en los términos de
perentoriedad que exige la honda crisis que padece la población venezolana,
nuestra nueva mayoría no es para perseguir o maltratar a nadie o para actuar como
gendarmes de nadie, pero si para restituir los valores, la ética, la moral y
fundamentalmente la JUSTICIA, para
cumplir la palabra empeñada en la campaña electoral y aprobar como primera
prioridad la emblemática Ley de Amnistía, que ordene la inmediata liberación de
los PRESOS POLÍTICOS y el regreso de los perseguidos y exiliados, que por años
tuvieron que abandonar nuestra patria por motivos políticos y en ese orden
atender el obligado compromiso de abordar el tema económico y el reimpulso del
aparato productivo nacional, que es vital para la recuperación del País y sin
que les tiemble encarar el desmantelamiento del llamado “poder popular”
nombrado a dedo desde las altas estefras del poder y restituir la
verdadera DESCENTRALIZACIÓN, para que
los recursos y competencias que les fueron escamoteadas a estados y municipios,
les sean devueltos al verdadero PODER POPULAR que son los gobiernos electos por
el pueblo, como bien lo consagra nuestra carta fundamental, la nueva AN tiene
un gigantesco reto, por lo que en un aciago y complejo momento como el que estamos viviendo, valdría
recordarle una frase histórica que puso de moda en su época el Presidente
Carlos Andrés Pérez, MANOS A LA OBRA, MANOS A LA OBRA.
"Quienes
defienden el derecho a la vida de asesinos, avalan la pena de muerte de
ciudadanos inocentes" PSB.
Pedro Segundo Blanco
petersecond1@hotmail.com
@pedrosegundoABP
Sucre - Venezuela
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