Empezamos el 2016 temprano, después del trasnocho del 31. El país no
espera. Ese es el problema de quienes no tenemos vacaciones en fecha alguna
sino cuando podemos. La paga o recompensa aquí es un mejor país, y eso amigos
no tiene precio, MasterCard dixit. Los acontecimientos no paran aunque
intentemos descansar.
Resulta que antes del 3 de enero se están cocinando los procedimientos
para la elección de la Directiva de la Asamblea Nacional, y ahora resulta que
hay fuertes diferencias en relación con la elección de quien la presidirá, no
solo por la importancia de quien estará al frente de esa responsabilidad sino
porque es el sucesor inmediato del Ilegitimo en caso de falta del Presidente y
su Vicepresidente.
La Asamblea Nacional es el órgano político del Estado por excelencia en
Venezuela. Al parecer hay desacuerdo en la unión de partidos de la MUD por la
conformación de la Directiva y lo van a dirimir por votos. Y allí hay un primer
error que podría reflejarse en una contradicción de fondo por la forma en que
salieron electos esos diputados. Cuando los nuevos diputados se plantean
resolver cuál será la directiva por votos de facción política, dejan de lado la
razón misma de su propia existencia. Veamos.
No se puede hablar de partidos opositores oficiales en la Asamblea
Nacional. Hay uno solo y se llama MUD. La gente no voto por los candidatos de
los partidos de la unión sino por los candidatos de la unidad establecida en la
MUD. Y hay allí una diferencia sustancial entre una cosa y la otra.
En la primera si cada partido hubiera conservado su tarjeta,
probablemente ni Ramos ni Borges hubieran salido electos Diputados, así como un
montón de especímenes por los cuales la gente votó con un pañuelo en la nariz
por salir del régimen. Y probablemente el partido de Leopoldo López hubiera
sacado más diputados que los que le otorgó la “unidad” al ser el único líder
preso por defender lo que la MUD nunca ha defendido.
Pero ellos decidieron subrogar su representación a una sola oferta
política, representada por la MUD; y sin importar cual fuera el partido del
candidato, este iría, ya bien por lista o nominal, a conformarse en tal o cual
circunscripción de acuerdo al pacto que internamente ellos realizaron. Ese
pacto obedeció a un criterio y negociación política en cada Estado del país,
dejando en las listas o nominales a aquellos candidatos producto de ese
acuerdo. Y eso tiene como veremos, un costo.
En la segunda van todos sin identidad política y por esa suerte de
“unidad” tantas veces vendida como una panacea paradigmática, no se pueden
despegar y deberán seguir pegados indisolublemente como el café con leche. Si
se comienzan a tomar decisiones como el café y como la leche, despegados, y no
como la unión por la que la gente votó, entonces empezará a distorsionarse la
razón por la cual el pueblo les dio en primer lugar la confianza para actuar
como una sola entidad única, el café con leche.
El haber ido unidos les funcionó porque a nadie le importó cual fuera el
partido del candidato, o el candidato mismo, para canalizar su voto-castigo a
favor de la oposición. De eso estuvo consciente el pueblo de Venezuela no al
votar por ellos, sino en contra del régimen.
Pero si por cualquier razón ya empiezan desde ahora a intentar despegar
el café de la leche de un todo como el café con leche, se deja de ser la
entidad nueva creada, distorsionando la razón del porqué fueron unidos. ¿Y
porque eso es tóxico? Porque la minoría mayor de esa Asamblea es el Gran Polo
Patriótico y que obedece a una sola voz: el régimen. Ninguno de los partidos de
la MUD sacó más votos por separado que el gobierno, y si ahora el
comportamiento a lo interno apunta a decisiones tomadas por separado perderán
las propiedades que ganaron precisamente por ir unidos.
Al comenzar a tomar decisiones basadas en las preferencias de cada una
de las partes que componen el todo, como por ejemplo a quien se favorece en la
nueva Directiva, no solo se habrá roto la razón misma del porque todos llegaron
allí, sino que se abre la Caja de Pandora de posibles negociaciones en el
futuro con el pedazo mayor que es el régimen mismo, por parte de aquellos que
no salgan favorecidos en esa Directiva y que se sentirán apartados de la
“unidad”. ¿Les parece eso descabellado? Solo esperen un poco y verán.
En consecuencia lo que se impone no es una medición de fuerzas a lo
interno de la MUD sino un gran consenso unitario y verdadero –no de la boca
para afuera- de esos 112 diputados opositores para conducir ese proceso juntos.
Espero equivocarme pero tengo muy poca confianza que esa “unidad” pueda durar
mucho, solamente por las primeras muestras que han dado al someter a votación
quien será el próximo Presidente de la Asamblea Nacional entre las diversas
facciones de la “unidad”.
Si eso no lo tienen claro y tienen que llevar a votación de las partes
algo que solo puede hacer el todo, a consecuencia de los apetitos personales y
políticos de alguno de esos partidos, desoyendo el clamor de cambio que el
pueblo de Venezuela le endosó a esa “unidad” el 6D, no me cabe la menor duda
que alguna de esas facciones “opositoras” negociará posiciones en algún momento
futuro CON el régimen, desnaturalizando la esencia de esa unidad indisoluble
como el café con leche, por la que voto el pueblo venezolano. Les pido por
favor que vayan anotando quien es la primera, porque esa será la que desea
continuar cohabitando con el régimen, negociando para mantener a Leopoldo López
preso hasta el 2019 por conveniencia política.
De ser ese el caso, deberemos como venezolanos darle a esa facción una
lección, no solo de humanidad sino de decencia y ética en el manejo de los
asuntos políticos, retirándoles absolutamente todo el capital político entregado
a sus militantes el 6D para futuros encuentros electorales. Venezuela debe
cambiar, no solo de forma de gobierno y de sistema político a través de una
nueva Constitución, nacida de un nuevo Pacto Social entre los venezolanos, sino
también en la forma de conducir la política; y eso no se podrá lograr sin que
nuestra dirigencia política comprenda que el mandato de sus electores no es
dinero para traficar poder. Y los ciudadanos deben ser garantes con su voto de
ese estricto cumplimiento.
Los partidos de la oposición oficial inventaron esa “unidad” que les
vendieron a los venezolanos, y ellos la compraron completa, dándoles un mandato
claro de cambio político inmediato. Ya es hora que asuman el costo de ir juntos
y las consecuencias de ese hecho aunque no les guste, no tratando de separar lo
que es indisoluble como el café con leche, so pena de agotar lo que ya de por
si está absolutamente agotado, que no es precisamente la comida y las
medicinas, sino la paciencia de los venezolanos.
Luis Manuel Aguana
luismanuel.aguana@gmail.com
@laguana
Caracas - Venezuela
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